veinticuatro: beis sarcoline, como la mañana siguiente

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"Cuando te acaricié me di cuenta que había vivido toda mi vida con las manos vacías." (Alejandro Jodorowsky)

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Tomé más agua, tragando el líquido y mordisqueándome el labio. El bolígrafo viajaba por la hoja, haciendo trazos perezosos al dibujar a Vivienne en la cama, dormida.

No pude dormir el resto de la noche. Vivi se durmió luego del orgasmo, yo me corrí tan fuerte dentro de ella que me tomó un momento recuperarme, y al levantarme lo primero que hice fue ir al baño de la suite por una toalla que llené de agua y jabón. La limpié con cuidado, preparé un vaso de agua para ella y lo puse en la mesa de noche.

Pero Vivi no se despertó en lo absoluto, estaba durmiendo como una roca incluso luego que me duchara y me sentara con mi móvil. Me puse a dibujar en el bloc de notas proporcionado por el hotel en la habitación, desde flores y animales hasta un retrato detallado de lo que mi mente captó de su cara al correrse.

Ahora era de mañana, yo aún no podía dormir, y ella continuaba en brazos de Morfeo.

Me sorbí la nariz levemente, mi ceño fruncido por la concentración mientras trazaba la Vivienne en tinta, desnuda, boca abajo y con los labios entreabiertos. Levanté la mirada a ella, captando lo más que podía su cabello despeinado con el bolígrafo negro. Cuando quise hacer una línea más, la tinta falló.

—Ah, se está quedando sin tinta—susurré, frunciendo los labios. Tomé otro bolígrafo, el último y segundo en el bote lapicero en el escritorio de caoba al lado de la cama, y seguí dibujando en silencio.

Levanté el bolígrafo al escuchar a Vivienne moviéndose en la cama, gimió en voz baja, como si le doliera el cuerpo. Cosa que esperaba que pasara, era normal luego de la noche que tuvo, y esto era algo normal para ella.

Por eso, con una excusa pobre de que mi hombro dolía por el viaje, Brooklyn me compró un relajante muscular en una farmacia cercana donde pudo pedirlo en inglés por mí, y lo dejó en la puerta de entrada de la suite. Y ahí esperaba por ella, la pequeña pastilla al lado del vaso de agua.

Me quedé pensativo, y volteé la hoja en el bloc. Comencé a escribir, en coreano e inglés, haciendo una lista puntuada.

Cuerda de bondage. Amarres de seda en cintas.

¿Esposas? → esto puede asustarle, Hyunjin. Consulta con ella primero antes de comprarlas

Pestañeé levemente, pensando. Me mordisqueé el pulgar, sacudiendo la pierna de forma silenciosa con el pie descalzo en la alfombra del hotel.

Velas para el juego de temperatura.

Paleta para juego de impacto... ¿Quizás una gruesa para disminuir el dolor?

—Amo la manera en la que frunces los labios al concentrarte—la voz de Vivienne me asustó, salté en la silla con los ojos abiertos de par en par. La encontré mirándome, aún acostada boca abajo abrazando la almohada.

Bajé el bolígrafo de nuevo, sonriéndole levemente.

—Y también amo cuando sonríes así—ronroneó.

—¿Cuándo sonrío como?—jugué con ella.

—Así—se apoyó en sus codos, su cabello cayó por su espalda y hombros, cubriendo sus pechos apretados contra la cama. Me hipnotizó el contraste de lo sensual que se veía, y lo dulce que era su voz al hablarme—, cómo si tuvieses toda la confianza del mundo en lo que dices, y eso te hace atractivo.

Me reí en voz baja, dejando el bloc y el bolígrafo sobre la mesa para levantarme e ir hasta ella. Me acosté en la cama a su lado, apoyé mi barbilla en mi mano a la par que con mis dedos, acariciaba su espalda.

미술 (art) - hwang hyunjin (stray kids) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora