미술 (art) - hwang hyunjin (stray kids) (+18)

veintidós: grana, como todo lo que quemo a mi alrededor

"El amor es eso: cuando alguien, aún conociendo tus cicatrices, se queda para besarlas" – Benjamin Griss.

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Hyunjin tuvo que mover miles de hilos para esto, y no estaba segura de todo el teatro que el mismo Bangchan tuvo que hacer por nosotros también. Pero aquí estaba, con Hyunjin, Brooklyn y una mujer llamada Chohee (la que encontré abrazando a Brooklyn el día que pasó por la pérdida). Me enteré luego que era la encargada de vestuario de Stray Kids.

El día que recibí en el correo físico una carta de cartón duro blanco, en la que se leía "FÉDÉRATION DE LA HAUTE COUTURE ET DE LA MODE" en grande, junto a "Madamme Vivienne Kim" escrito con lápiz de tinta negra con una caligrafía pulcra, comencé a gritar en medio de la sala del apartamento.

Pensé que Hyunjin bromeó cuando insistió que podía convencer a su staff de llevarme como su traductora simultánea al coctel de Versace post-pasarela, pero no bromeó. El hijo de puta lo logró, con ayuda de Bangchan.

Y estábamos aquí en París, Francia, finiquitando mi vestuario y maquillaje antes de salir con Hyunjin hacia la fiesta coctel exclusiva. Mis piernas temblaban levemente, pero intenté quedarme quieta para Brooklyn que maquillaba mis labios de un rojo vinotinto obscuro, casi marrón si estaba lejos de fuentes de luz.

—Y también tienes que recordar que es él quién hará toda la conversación por ti, tú sólo encárgate de ser quién traduzca. La parte social... Él se encarga. Es el idol estrella y está entrenado para eso, tú seras su novia hermosísima que trabajará con él hablando francés como intermediaria por una noche—ella hablaba sin mirarme a los ojos, su vista fija en la brocha de maquillaje que usaba en mi boca, yo me miraba en el espejo completamente asombrada.

Esa no parecía yo. Era otra persona.

La señora Chohee ahorcó mis pechos en el corsé del vestido en V vinotinto, del mismo tono que mis labios, mi cabello rizado por calor cayendo en mis hombros. Solté un gemido ahogado, sentí que no podía respirar, pero mierda. Mis curvas resaltaron apenas apretó las jodidas cintas.

—¿Cuántas horas tendré que estar en esto?—pregunté con el ceño fruncido una vez Brooke tomó otra brocha para aplicar iluminador en mis... ¿hombros y pecho?

—Unas cinco, querida—soltó la señora Chohee a mis espaldas—. Es el mínimo que tienen que estar en el evento antes de tener luz verde para irse sin quedar como maleducados.

—Etiqueta en este tipo de eventos—aclaró Brooke, distraída, polvoreando el iluminador. Se guardó la brocha en su delantal de cuero, luego sacó un espray y me sonrió—. Aguanta la respiración, por favor. Hyunjin odia el espray fijador. Dice que huele mal.

Aplicó el espray, una y otra vez, tapando mi vestido con un cartón blanco que la señora Chohee le dio de inmediato. Eran tan coordinadas al trabajar que resultaba hipnotizante.

—Señora Chohee, ¿tiene las zapatillas Versace a mano?—frunció el ceño Brooke. Me alegré por dentro, por que vi que amaba su trabajo y le distraía de su perturbada mente.

—Sí, señorita Bahng. Están en la caja, para evitar que se rayen—de inmediato la mujer se movió, sacando de su maleta de mano de trabajo una caja negra de zapatos, con la palabra "Versace" en letras doradas bordadas.

Mis labios se entreabieron con asombro al ver los zapatos de tacón rojos más bonitos que vería en mi vida, de mi talla. Al igual que el vestido tan suave de terciopelo carísimo que vestía, los zapatos estaban hechos a mi medida gracias a Hyunjin.

—No puedo creer que Hyunjin llamara a Donatella Versace y le pidiera ropa a medida para mí—jadeé, calzándome los tacones con ayuda de ambas.

—Vivienne, Hyunjin llamaría al mismo Dios por ti—Brooke sonrió acunando mi cara levemente por un segundo, apartando la mano luego por miedo de dañar su obra maestra. Espolvoreó más polvos en donde me tocó, satisfecha.