미술 (art) - hwang hyunjin (stray kids) (+18)

once: granate, como tu miedo

"Ella me trataba tan justamente como alguna vez una mujer trató a un hombre. No tengo quejas sobre ello. Era todo amor de mi parte, y buena camaradería y amistad en la suya. Cuándo nos separamos, ella fue una mujer libre; pero yo jamás sería un hombre libre de nuevo." (Arthur Conan Doyle, El Regreso de Sherlock Holmes)

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No sabía qué le pasaba a Vivi, y no dejaba de pensar en ello.

Incluso ahora, en medio de mi transmisión en vivo con mis fans, no dejaba de pensar en ella mientras pintaba. Las fans me pidieron que pintara un ramo de rosas, y me tensé un poco de inmediato, pensando en el ramo de rosas que le di a Vivi dos días atrás.

Y cómo ella parecía tan decaída y triste ayer, por más que intentara entrar en su burbuja de nuevo, me dejó fuera. Se encerró en su mundo interior otra vez, y el señor Lee estaba tan confundido como yo.

Era como si ella estuviese bien un día, y al siguiente llorara desconsoladamente, disociara por un rato, y luego se sintiera vacía por dentro. Como si una parte de ella muriera cada día que eso le pasaba, pero ninguno de nosotros sabía qué hacer para evitar que continuara pasando.

Dejé de pintar con el pincel, recordando que estaba en vivo con las fans, que la pintura estaba lista, y que yo tenía que dormir. Levanté el pincel de la hoja en mi bloc, me pasé la mano por el cabello húmedo luego de mi ducha, y le sonreí a la pantalla que reflejaba el yo que la cámara grababa.

Sonreí lo más brillante que pude para STAY, por que ellas no tenían culpa de mis preocupaciones. Y menos, preocupaciones de este tipo.

Me despedí de ellas, sonriente hasta el final. Y cuando terminé el video en vivo, me dejé caer en mi silla y suspiré, cerrando los ojos.

Vi la hora, y me di cuenta que era casi la hora de que saliera Vivi del trabajo. Eso, si es que fue a trabajar. Decidí vestirme e ir, por si acaso. Al menos la acompañaría a casa, aunque no pudiese ir más temprano por el video en vivo que tuve que hacer, y le prometí que iría a verla hoy también, no importa qué.

Sólo tomé mi billetera y teléfono, terminé mi vaso de agua, me despedí de Changbin y salí; prometiéndole que volvería en una media hora o menos. Me pidió que le comprara snacks y café del conbini, y le dije que lo haría al volver de regreso.

De camino allá, pensaba en que me preocupaba irme de nuevo en las últimas dos paradas de la gira sin estar cerca de ella. Y luego tenía entrevistas por varios días. Y después otro descanso que usaría para ir a casa de mis padres por unos días, y me iría a París a la pasarela y evento coctel de Versace.

Dejarla sola sin saber aún qué era lo que le disparaba su estado anímico deplorable era algo que me dejaba mal sabor de boca. Así que tenía que determinarme a entender qué le pasaba. Eso y sacarla en algunas citas.

Pero empezaría con conocerla un poco más. Como hoy.

Al llegar al café, la encontré con las llaves en mano, ya con su mochila al hombro, y el cabello enmarañado en una coleta alta. Sonreí al verla, y ella también sonrió levemente al verme.

—Hey—me saludó en voz baja. Me mordí el labio, acercándome a ella.

—Hey, vengo a llevarte a casa. Estoy preparado, por si acaso—señalé mi mascarilla negra y gorra desgastada. Ella comenzó a reír en voz baja.

—Seguro que nadie sospechará nada con esa gorra Versace que cuesta más que mi renta mensual.

Nos reímos al mismo tiempo, a pesar de verla tan cansada, al menos mantuvo su humor. Le ofrecí mi mano cuando nuestras risas se apagaron.