quince: amarillo gamboge, como un nuevo comienzo

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"El obispo escuchó en silencio. Cuando concluyó el relato, preguntó:

¿Dónde se juzgará a ese hombre y a esa mujer?

En el tribunal de la Audiencia.

Y replicó:

¿Y dónde juzgarán al fiscal?" (Victor Hugo, Los Miserables)

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NOTA DE AUTORA: este capítulo contiene descripciones de un episodio de estrés post-traumático. Recomendaría la discreción de cada lector y lectora antes de leerlo, y cómo tema principal de esta historia, te recuerdo, ante cualquier señal de abuso de cualquier tipo, no tengas miedo de hablar. Tu salud mental importa.

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Quise estar con Vivienne el momento que el abogado y un representante de la universidad de mujeres Ewha decidieron cuestionarla.

Por que eso era lo que era esto. Estaban cuestionándola, más que interrogándola para recopilar evidencia para el caso. Intentaban hacerle gaslighting, y sus padres, el representante Yoon, y yo estábamos estupefactos escuchando todo, sin poder realmente hacer mucho al respecto. Intercambiábamos miradas entre nosotros, viéndola llorar ante la mirada indiferente de ambos oficiales a los que claramente les importaba una mierda lo que le pasó.

Vivi, por sugerencia de su madre que insistió en ello antes de que entráramos, estaba grabando todo el encuentro en su teléfono. Lo que significaba que tendría una grabación de ella narrando por tres horas y media todo lo que vivió.

Y escucharla narrar todo me hacía hervir de furia. Quería matar al hijo de puta, sin que me importara manchar mi carrera el resto de mi vida.

Ni siquiera era por celos. Nadie que hiciera esto a una mujer merecía vivir. Traumó mentalmente a Vivienne por el resto de su vida, y entendí que aunque intentara vivir una vida normal en su día a día, muy dentro de ella jamás sería la misma.

Esta no era la Vivienne que conocí en el evento fanmeeting hace unos meses. Esta Vivienne era una mujer cuyo núcleo fue destruido por completo por un psicópata, esta Vivienne era una chica cuya luz se apagó.

Verla llorar desconsoladamente mientras describía cómo Daeho la tocaba, una y otra vez, y cómo revivir eso la estaba matando me rompía el corazón. Ella no merecía esto, pero todos le fallamos.

Todos vimos las señales, los gritos silenciosos pidiendo ayuda, sus cambios de humor, su depresión creciendo por semanas, y no hicimos nada.

Y vi en los ojos de su madre que ella pensaba exactamente esto mismo. Le fallamos, la abandonamos en el momento más vulnerable de su vida.

—...Y entonces Hyunjin me ayudó—sollozó Brooklyn, una montaña de pañuelos húmedos en la mesa en la sala de reuniones donde estábamos, ella y la staff de la universidad juntas en una pequeña mesa aparte frente a la de reuniones.

Sus ojos enrojecidos por el llanto encontraron los míos, la vi tragar saliva pesadamente.

—Si no fuese por él, Daeho me hubiese violado.

La expresión neutra de la mujer me incomodaba en demasía. Era como si de verdad le diera igual todo. Entrecerré los ojos, nuestras miradas se encontraron, y usé mi mejor cara juzgadora. La vi ponerse algo incómoda, pero intentando disimularlo.

Giré los ojos, irritado como la mierda por la forma en la que trataba a Vivienne. Pero si su madre no diría nada, yo tampoco.

—Entiendo, señorita Kim—soltó con voz indiferente—. ¿Dice que este chico aquí es quién la ayudó en ese supuesto ataque del señor Daeho?

미술 (art) - hwang hyunjin (stray kids) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora