siete: rojo falun, como mi atracción por ti

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"Has marcado mi alma. Soy mitad agonía, mitad esperanza. Dime que no he llegado tan tarde, que estos sentimientos preciosos durarán para siempre" (Jane Austen)

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Apreté mis puños a los costados de mi cuerpo, preguntándome si de verdad estaba bien lo que haría. Mi bolso tote en mi hombro bueno pesaba como la mierda, pero esperaba que valiera la pena todo.

Suspiré, arreglando mi cabello despeinado usando el vidrio de la tienda al lado del café.

—Vamos, Hyunjin. Ella te necesita—murmuré para mí mismo.

Me alisé mi camisa de vestir holgada, y me aseguré que mis pantalones de chándal no tuviesen manchas luego de almorzar temprano con Changbin. Y así, me giré y entré al café.

—¡Bienvenido!—esta vez, sólo una voz me recibió. Era el otro barista, que aprendí ayer, era el dueño del local y jefe de Vivi—Oh, es usted. Hola, señor Hyunjin.

Sonreí levemente, luego de darme cuenta que Vivi tampoco estaba aquí hoy, algo entristecido pero intentando ser cordial.

—Hola, señor Lee. ¿Ha escuchado algo de Vivi?

—Sí, ella...

Escuché la puerta tras de mí, le vi mirar detrás de mí y su rostro cambió.

—¡Vivienne!—gritó emocionado.

Me giré y la vi. Pero lo que vi hizo que mis hombros cayeran, y que la sonrisa dejara mi rostro.

Vivienne se veía demacrada. Era como si no hubiese podido dormir absolutamente nada, su cabello húmedo sin peinar, su cara sin maquillaje y sus ropas holgadas que claramente se puso apresurada cambiaban su usual aura por completo.

Aún así, se veía hermosamente triste. Y cuando sus ojos caídos y cansados vieron los míos, vi un pequeño rayo de ilusión en ellos, que se esfumó en un segundo cuando bajó la mirada de nuevo.

—Vivi, hola—me acerqué. Toqué su brazo con la punta de mis dedos, y noté su ceño fruncirse a la vez que apartaba su brazo unos centímetros. Tragué saliva, no debí haber hecho eso. Ella era mi fan, yo era su idol, y teníamos un claro desbalance de poderes.

Aunque era ella quién me tenía completamente anonadado.

—Hola—su voz tan baja me hizo morderme el labio, sin entender qué pasó. Por qué se fue así hace dos días. Por qué ahora ponía un espacio entre ambos, cualquier mínimo avance que hice con ella se esfumó—. Lo siento, Hyunjin.

Levanté una ceja.

—¿Lo sientes? ¿Qué es lo que sientes?

Su labio inferior tembló levemente.

—Nada—negó con la cabeza, la vi tragar saliva pesadamente—¿Quieres café?—me miró a los ojos de nuevo, luego a mis labios, y luego bajó la mirada otra vez antes de irse tras la barra.

—Vivi, no tienes que trabajar hoy si no quieres—le dijo su jefe, preocupado. Claramente, él tenía más información que yo de cómo la pasó ella ayer, pero no sabía tanto como para que fuese relevante decirme—. Ve a descansar en casa.

Ella no dijo nada, sólo negó con la cabeza y se puso su delantal para comenzar a hacer mi bebida.

—Vivienne—le dijo de nuevo con voz firme, quitándole el portafiltro y el tamper de las manos, y mirándola a la cara—. Ve a descansar por favor.

—Estoy bien, sólo estoy cansada, es todo—mintió, claramente.

—Haré la bebida de tu amigo, si quieres ve a hablar con él. Ha intentado venir a verte desde ayer y está preocupado por ti—susurró, como si yo no pudiese escucharlo. Vivi me miró con ojos cansados.

미술 (art) - hwang hyunjin (stray kids) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora