Capítulo 29

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Capítulo 29:

Shin regresó al escondite donde vivía con sus padres, aún con la imagen de la cálida reunión en la casa del Hokage grabada en su mente. El contraste entre la calidez del hogar de Naruto e Itachi y la frialdad y oscuridad del lugar donde vivía con Orochimaru era desgarrador. Pero por más duro que fuera, no podía dejar que esa diferencia lo debilitara. Tenía una misión que cumplir.

Al llegar, encontró a sus padres esperando ansiosamente noticias suyas. Kabuto, siempre alerta, notó la tensión en los hombros de su hijo y supo que algo importante había sucedido.

—Shin, ¿cómo fue la reunión? —preguntó Kabuto, tratando de mantener la calma.

Shin se sentó con ellos, respirando hondo antes de empezar a hablar.

—Me recibieron bien... Mejor de lo que esperaba —empezó a decir—. Les conté todo lo que ha pasado. Les hablé sobre Orochimaru, sobre cómo ha experimentado consigo mismo y cómo ha desarrollado habilidades poderosas. También les dije que ustedes están arrepentidos y que quieren huir.

Izumi, que había estado escuchando en silencio, sintió un nudo en el estómago. Sabía que enfrentarse a sus antiguos aliados sería difícil, y el peso de sus acciones pasadas empezó a caer sobre ella.

—¿Y qué dijeron ellos? —preguntó, con la voz temblorosa.

—Están dispuestos a considerar ayudarnos, pero tienen sus reservas. Aún sienten resentimiento por lo que ocurrió... por lo que tú hiciste, mamá.

Izumi cerró los ojos, recordando el día en que había traicionado a Naruto e Itachi al consejo. Lo había hecho por miedo, por presión, por algo que llamo amor, solo era obsesión, pero eso no cambiaba el hecho de que sus acciones habían causado un dolor profundo a aquellos que ahora eran sus únicos aliados posibles.

—Nunca quise hacerles daño —murmuró, su voz apenas un susurro—. Pero lo hice... y no hay forma de borrar eso.

Kabuto colocó una mano reconfortante sobre la suya, comprendiendo el peso de sus palabras.

—Lo importante ahora es que tenemos una oportunidad para redimirnos. No será fácil, pero con la ayuda de Naruto e Itachi, podemos dejar atrás este lugar y encontrar una vida mejor.

Shin asintió, pero sabía que el camino por delante estaría lleno de peligros, especialmente con Orochimaru vigilándolo tan de cerca.

—Orochimaru me ha estado observando más de lo normal últimamente. Sabe que estoy progresando, pero también que mis habilidades aún no están completamente desarrolladas. Necesita mi Sharingan y mi habilidad de madera para completar sus propios planes.

Kabuto frunció el ceño, su mente trabajando rápidamente para formular un plan.

—Debemos ser cuidadosos. Orochimaru no dudará en usar cualquier medio para obtener lo que quiere.

**

El siguiente día, Shin fue llamado por Orochimaru para un entrenamiento intensivo. El ambiente en la sala de entrenamiento era sofocante, las paredes grises reflejaban la falta de esperanza que inundaba el lugar. Orochimaru lo esperaba con su característica sonrisa serpentina, sus ojos afilados evaluando cada movimiento de su joven pupilo.

—Shin, hoy veremos cuánto has progresado. No te contengas —dijo Orochimaru, sus palabras deslizándose como veneno.

Shin sabía que estos entrenamientos no eran meras pruebas de habilidad; eran intentos de Orochimaru por medir el potencial de su futuro recipiente. Cada vez que luchaban, Orochimaru lo empujaba al límite, buscando cualquier señal de debilidad o fuerza inesperada.

El entrenamiento comenzó, y Shin desplegó su Sharingan, sus ojos escarlata reflejando el poder. Pero a pesar de su fuerza, Orochimaru era un adversario formidable. Con cada ataque, Orochimaru mostraba las habilidades que había adquirido a través de sus experimentos, su velocidad y fuerza eran incomparables.

Shin se esforzaba al máximo, pero sabía que aún no era rival para Orochimaru. En un momento crucial, Orochimaru lanzó un ataque devastador que obligó a Shin a concentrar todo su poder en defenderse. Fue en ese instante, en medio de la desesperación, cuando sintió una chispa de poder emerger en su interior. Su Sharingan, que hasta ese momento solo había mostrado dos aspas, de repente se transformó, apareciendo una tercera aspa, completando su forma.

El poder fluyó a través de Shin como un torrente, dándole una claridad y precisión que nunca había sentido antes. Con un grito, contraatacó, usando su nueva habilidad para predecir y esquivar los movimientos de Orochimaru con una precisión letal. Sin embargo, a pesar de su mejora, Orochimaru seguía siendo demasiado fuerte. El combate terminó con Shin cayendo de rodillas, jadeando, mientras Orochimaru lo miraba con una mezcla de satisfacción y codicia.

—Interesante... —murmuró Orochimaru, acercándose a su joven discípulo—. Tu Sharingan está evolucionando, justo como lo esperaba. Pronto estarás listo... muy pronto.

Shin sabía exactamente a qué se refería Orochimaru. No solo quería su poder, sino que lo necesitaba para sus propios fines oscuros. Orochimaru quería poseer su cuerpo, usar sus habilidades para sus propios planes. El conocimiento de esto llenó a Shin de un terror helado, pero también de una determinación ardiente.

Cuando regresó con sus padres esa noche, les contó lo que había sucedido en el entrenamiento. Izumi sintió una profunda angustia al ver a su hijo empujado tan lejos, mientras que Kabuto supo que el tiempo estaba en su contra.

—Debemos actuar pronto —dijo Kabuto con firmeza—. Orochimaru no esperará mucho más. Quiere el poder de tu Sharingan y no se detendrá ante nada para obtenerlo.

Shin asintió, su rostro mostrando una madurez que iba más allá de su edad.

—Lo sé, padre. Pero estoy listo para luchar. No dejaré que Orochimaru me use como una herramienta. Si vamos a escapar, debemos hacerlo pronto, antes de que sea demasiado tarde.

Izumi, con lágrimas en los ojos, abrazó a su hijo.

—No permitiré que te conviertas en su prisionero, Shin. Haremos lo que sea necesario para mantenerte a salvo.

Shin se aferró a esa promesa, sabiendo que los días venideros serían los más difíciles de su vida. Pero también sabía que, con el apoyo de su familia y la posible ayuda de los Uchiha Uzumaki, tenía una oportunidad de escapar del destino que Orochimaru había planeado para él.

Mientras la noche caía sobre el escondite, Shin, Izumi y Kabuto comenzaron a trazar el plan que cambiaría sus vidas para siempre.

Enemigos Naturales (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora