Capítulo 2

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Capítulo 2

El cielo se tornaba gris mientras la batalla se alejaba lentamente del campo. Los cuerpos yacían inmóviles en el suelo, el eco de los gritos y el choque de espadas aún resonando en la distancia. Ambos clanes se retiraban para lamer sus heridas, y el ambiente estaba cargado de tristeza y rabia.

En el campamento Uzumaki, Naruto caminaba entre los heridos y los caídos, su corazón pesado con la carga de las pérdidas. Cada rostro conocido que encontraba lo llenaba de una ira silenciosa. Sus compañeros, aquellos con los que había crecido y luchado, yacían inmóviles o agonizando.

—¡Naruto! —La voz de Sakura, su compañera de armas y amiga de la infancia, lo llamó desde una tienda cercana—. Tenemos heridos graves aquí, necesitamos tu ayuda.

Naruto asintió y se apresuró a entrar. Dentro, la visión era desoladora. Varias personas yacían en camas improvisadas, sus heridas vendadas apresuradamente. Sakura trabajaba frenéticamente, tratando de estabilizar a los más graves.

—Sakura, ¿cómo están? —preguntó Naruto, su voz tensa.

—No bien —respondió ella sin detenerse—. Hemos perdido a muchos hoy, y algunos más no pasarán la noche. Necesitamos más suministros médicos.

Naruto apretó los puños—. Los Uchihas pagarán por esto.

Mientras tanto, en el campamento Uchiha, la situación era igualmente sombría. Itachi caminaba entre los heridos, su rostro impasible, pero sus ojos oscuros reflejaban una tristeza profunda. Había perdido a muchos compañeros, y el peso de sus decisiones como comandante del pelotón lo agobiaba.

—Itachi —le llamó Shisui, su primo y confidente—. El consejo quiere hablar contigo.

Itachi asintió y siguió a Shisui hasta una tienda grande donde los líderes del clan Uchiha se habían reunido. Las discusiones eran acaloradas, la tensión palpable.

—¡No podemos permitir que los Uzumaki se salgan con la suya! —exclamó uno de los ancianos—. ¡Han matado a demasiados de los nuestros!

—Necesitamos vengar a nuestros caídos —añadió otro—. Itachi, ¿cuál es tu plan?

Itachi levantó una mano para silenciar la habitación—. Entiendo su enojo —dijo con calma—. Pero necesitamos una estrategia. No podemos permitirnos más pérdidas sin un plan claro.

Shisui, quien había estado observando en silencio, intervino—. ¿Qué propones, Itachi?

Itachi respiró hondo—. Vamos a reforzar nuestras defensas y planear un ataque preciso. Necesitamos golpear donde les duela más, pero sin exponernos innecesariamente.

La discusión continuó, pero Itachi sabía que la batalla con Naruto había sembrado algo más profundo en él. No solo era odio; era una rivalidad que lo empujaba a ser mejor, a superarlo en cada enfrentamiento.

De vuelta en el campamento Uzumaki, Naruto se sentó al borde de una colina, mirando hacia el horizonte. La ira burbujeaba en su interior, mezclada con un dolor profundo. Se prometió a sí mismo que no dejaría que las muertes de sus compañeros fueran en vano.

Sakura se sentó a su lado—. Sé que es difícil, Naruto —dijo suavemente—. Pero necesitamos mantener la cabeza fría. No podemos dejarnos consumir por el odio.

—Lo sé, Sakura —respondió él, su voz apenas un susurro—. Pero no puedo dejar de pensar en Itachi Uchiha. Hay algo en él... algo que me hace querer enfrentarlo una y otra vez.

—Naruto —dijo Sakura con preocupación—. No dejes que te consuma. Prométeme que no dejarás que este odio te destruya.

Naruto la miró, su mirada llena de determinación—. Te lo prometo, Sakura. Pero juro que los Uchihas pagarán por lo que han hecho.

Mientras ambos clanes se preparaban para la próxima confrontación, Itachi y Naruto sabían que su rivalidad solo se intensificaría. El odio entre ellos se había solidificado, alimentado por las pérdidas y el deseo de venganza. Ambos guerreros estaban listos para la siguiente batalla, conscientes de que cada encuentro los acercaba más a un destino inevitable.

En los días que siguieron, los Uchiha y los Uzumaki reforzaron sus líneas y planearon sus movimientos. El campo de batalla sería testigo de más sangre derramada, más vidas perdidas, todo en nombre de una antigua enemistad que ahora tenía un rostro personal para Itachi y Naruto.

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En una noche silenciosa, Itachi se encontraba solo, meditando sobre los eventos recientes. Shisui se le acercó, rompiendo el silencio con su presencia tranquilizadora.

—Itachi —habla Shisui, sentándose a su lado—. ¿Qué es lo que realmente piensas de Naruto Uzumaki?

Itachi abrió los ojos, su mirada fija en la luna—. Es fuerte, determinado... y obstinado. Pero hay algo en él que no puedo ignorar.

Shisui asintió—. Es un digno adversario. Pero no dejes que te consuma, primo. Recuerda por qué luchamos.

Itachi suspiró—. Lo sé. Pero hay algo más en juego aquí. Algo más profundo que el simple odio.

Ambos clanes se preparaban para el inevitable enfrentamiento, y tanto Itachi como Naruto sabían que su próxima batalla sería decisiva. El odio que sentían el uno por el otro se había profundizado, y cada uno estaba decidido a vencer al otro, sin importar el costo.

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El amanecer trajo consigo el sonido de tambores de guerra y el clamor de soldados preparándose para la batalla. Los clanes Uchiha y Uzumaki se alinearon una vez más, listos para enfrentarse en el campo de batalla. El aire estaba cargado de electricidad, y la tensión era palpable.

Naruto lideraba a sus hombres, su mirada fija en el horizonte. A lo lejos, podía ver a Itachi, sereno y concentrado. Ambos sabían que este enfrentamiento definiría el curso de su rivalidad.

—¡Esta vez no escaparás, Itachi Uchiha! —gritó el rubio, alzando su espada en señal de desafío.

Itachi, desde su posición, observó a Naruto con una mezcla de respeto y determinación—. Nos encontraremos en el campo de batalla, Naruto Uzumaki. Y solo uno de nosotros saldrá victorioso.

Con esa promesa, ambos clanes se lanzaron al combate una vez más, el estruendo de la batalla llenando el aire. Naruto e Itachi avanzaron hacia el centro del conflicto, sus miradas encontrándose a través del caos.

La batalla sería feroz, y ambos sabían que solo a través del odio y la determinación podrían encontrar la fuerza para superar al otro.

El odio había echado raíces profundas, y la rivalidad entre Itachi y Naruto se convertiría en una leyenda.

Enemigos Naturales (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora