Capítulo 34

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Capítulo 34:

El sol apenas asomaba en el horizonte cuando el día señalado finalmente llegó. En el refugio secreto de los Uchiha Uzumaki, el ambiente estaba cargado de tensión. Todos sabían lo que estaba en juego y lo que debían hacer para enfrentar a Orochimaru y destruir su maligna influencia de una vez por todas.

Hana, Haruki, Saiko e Inami se encontraban reunidos en la amplia sala principal, con Shin entre ellos, repasando por enésima vez el plan que habían trazado en los últimos días. Los cinco niños, dotados de habilidades extraordinarias, sabían que eran la clave para derrotar a Orochimaru. Sin embargo, también comprendían la importancia de la cooperación y la estrategia en esta misión.

—Recuerden, debemos mantener la calma y seguir el plan al pie de la letra —dijo Hana, con una seriedad que reflejaba la magnitud del desafío que tenían por delante—. Cada uno tiene un rol crucial en esto. No podemos permitirnos cometer errores.

—Yo me encargaré de distraer a Orochimaru con el Amaterasu —continuó Hana, refiriéndose a las peligrosas llamas negras que había desatado por primera vez durante su entrenamiento. Shin la miró con admiración, sabiendo que esa habilidad sería vital para ganar tiempo y crear una apertura.

—Haruki y yo utilizaremos el Mokuton para contener sus movimientos —añadió Shin, mientras miraba a su compañero—. Debemos asegurarnos de que no pueda escapar ni utilizar su entorno en su favor.

Saiko e Inami asintieron, sabiendo que su papel sería proteger a sus hermanos y aprovechar cualquier oportunidad que surgiera para atacar a Orochimaru. La coordinación entre ellos era esencial para el éxito de la misión.

Mientras los niños afinaban los últimos detalles de su estrategia, Itachi y Naruto, junto con Sasuke, Shisui, Karin y Sakura, escuchaban desde la puerta entreabierta. Sus corazones estaban llenos de preocupación, pero también de orgullo. Itachi y Naruto Sabían que sus hijos eran más poderosos de lo que ellos jamás habían sido, y que la batalla que enfrentaban hoy era una que ellos, como simples guerreros, no podrían luchar directamente.

—No podemos dejarlos solos en esto —susurró Sasuke, mirando a los demás adultos—. Nosotros también tenemos un papel que jugar.

Naruto asintió, su expresión dura pero decidida. Como Hokage, era su deber proteger a su aldea y a su familia. Aunque no tenía las habilidades sobrenaturales de los niños, había entrenado toda su vida para situaciones como esta.

—Formaremos un pequeño grupo de guerreros de la aldea —dijo Naruto—. Nuestra misión será destruir cualquier rastro de los experimentos de Orochimaru. No podemos permitir que continúe con sus atrocidades.

—Mientras tanto, Sasuke y yo nos infiltraremos para rescatar a Izumi y Kabuto —añadió Shisui—. Con su ayuda, podremos debilitar las defensas de Orochimaru desde dentro.

Itachi, que había permanecido en silencio hasta ese momento, finalmente habló.

—Nuestros hijos son fuertes, pero no podemos subestimar a Orochimaru. Él es astuto y despiadado. Debemos estar listos para cualquier eventualidad.

Naruto colocó una mano en el hombro de Itachi, un gesto que era tanto de apoyo como de camaradería.

—Confío en nuestros hijos, pero también confío en nosotros —dijo Naruto con firmeza—. Juntos, venceremos a Orochimaru y acabaremos con su amenaza de una vez por todas.

Con el plan establecido, los adultos se separaron para hacer sus propios preparativos. Los guerreros seleccionados para la misión comenzaron a armarse con las mejores armas que la aldea podía ofrecer. Espadas afiladas, arcos y flechas, lanzas y dagas; todo estaba listo para la operación que, esperaban, pondría fin al reinado de terror de Orochimaru.

Mientras tanto, los niños Uchiha Uzumaki y Shin se preparaban mental y físicamente para la batalla que se avecinaba. Aunque sabían que el riesgo era inmenso, también comprendían que estaban luchando no solo por ellos mismos, sino por todos aquellos que amaban y por la libertad de su aldea.

Hana miró a sus hermanos y a Shin, sabiendo que, pase lo que pase, enfrentaría el futuro con valentía y determinación.

—Esto no es solo nuestra batalla —dijo en voz baja—. Es la batalla de todos. No podemos fallar.

—No lo haremos —respondió Haruki, con una confianza inquebrantable.

Finalmente, cuando el sol terminó de elevarse en el cielo, marcando el comienzo de un nuevo día, todos se reunieron una vez más para partir. El momento había llegado. Era hora de enfrentar a Orochimaru y, con suerte, poner fin a su oscuro legado.

Naruto, Itachi, Sasuke, Shisui y los demás guerreros liderarían la carga desde las sombras, mientras que los niños, con sus habilidades extraordinarias, se encargarían de enfrentarse a Orochimaru directamente.

La batalla aún no había comenzado, pero el destino de todos estaba a punto de decidirse.

Enemigos Naturales (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora