Enemigos Naturales (Itanaru)

Capítulo 7

Capítulo 7:

La tensión entre los clanes Uchiha y Uzumaki había alcanzado su punto álgido. Los Uchiha, decididos a golpear el corazón de sus enemigos, planeaban un asalto nocturno con el objetivo de capturar a Naruto, el líder carismático de los Uzumaki. El líder Uchiha se quedaría en el campamento para el equipamiento de armas a los miembros del clan. La noche estaba envuelta en un manto de oscuridad, apenas iluminada por las antorchas y el resplandor de la luna.

Shisui, liderando a sus mejores guerreros, se adentró sigilosamente en el fuerte Uzumaki. Habían planeado el ataque con precisión, estudiando las patrullas y los puntos débiles de las defensas. Los Uchiha avanzaban como sombras, moviéndose en silencio absoluto.

—Recuerden, nuestra misión es capturar a Naruto sin alertar a toda la fortaleza —susurró el líder del pelotón a sus hombres mientras se acercaban al centro del fuerte—. Eviten derramamiento de sangre innecesario.

Los guerreros Uchiha asintieron, comprendiendo la importancia de la misión. Se dividieron en pequeños grupos, rodeando la tienda de campaña de Naruto. Shisui, junto con orochimaru y Sasuke, lideraba el grupo principal.

Naruto, que había estado supervisando las defensas y planes de recuperación tras el asedio, estaba descansando brevemente en su tienda cuando sintió una perturbación en el aire. Abrió los ojos, alerta, justo cuando los Uchiha hicieron su movimiento.

—¡Intrusos! —gritó un guardia Uzumaki, pero fue rápidamente silenciado por un Uchiha.

Naruto se levantó de un salto, agarrando su kunai. Al salir de su tienda, se encontró cara a cara con Orochimaru, Shisui y Sasuke. Los ojos de shisui y Naruto ambos se encontraron, y en un instante, comprendieron la gravedad de la situación.

—Shisui Uchiha, Sasuke Uchiha... Orochimaru—murmuró Naruto, apretando los dientes.

—Naruto —respondió Shisui, su voz calmada pero firme—. Ríndete. No tiene sentido resistirse.

Naruto se lanzó hacia ellos, decidido a luchar.

—¡Nunca me rendiré!

La batalla que siguió fue intensa. Naruto se movía con agilidad, sus movimientos precisos y letales. A pesar de estar rodeado, logró derribar a varios guerreros Uchiha, pero su número y habilidades eran abrumadoras.

Shisui, viendo la determinación en los ojos de Naruto, sintió un destello de respeto.

—No es un líder fácil de derrotar —pensó el sannin serpiente, lanzándose al combate para apoyar a su alumno Sasuke.

Naruto luchó con todo su ser, pero finalmente, la superioridad numérica y las habilidades de los Uchiha se impusieron. Sasuke, usando su hilo ninja, logró atrapar a Naruto, haciendo que cayera al piso, lo que permitió a Shisui inmovilizarlo.

—Es suficiente, Naruto —dijo Shisui con voz firme—. No queremos matarte. Solo queremos detener esta guerra.

Naruto, con la respiración agitada, comprendió que estaba atrapado.

—Esto no cambiará nada —dijo, mirando al ayudante del líder con desafío—. Mi clan seguirá luchando.

Naruto fue llevado al campamento Uchiha bajo una fuerte vigilancia. Encadenado y con sus movimientos restringidos, se encontraba en una tienda de campaña custodiada por los mejores guerreros del clan. A pesar de su situación, su espíritu indomable no había disminuido.

—Itachi, hubiera preferido que fueras tú. Pero, el trabajo ya está hecho —dijo Shisui, su voz firme.

Itachi, al enterarse de la captura de Naruto, sintió una mezcla de alivio y preocupación. Si bien la captura era un golpe estratégico a los Uzumaki, también era consciente de las implicaciones personales de tener a Naruto prisionero. Tomó una decisión rápida y, bajo el manto de la noche, se dirigió a la tienda de campaña donde Naruto estaba retenido.