Enemigos Naturales (Itanaru)

Capítulo 6

Capítulo 6:

El sonido de los tambores de guerra resonaba a través del valle mientras las fuerzas Uchiha avanzaban hacia el fuerte Uzumaki. La estructura, situada en una colina estratégica, había sido una fortaleza clave para los Uzumaki durante generaciones. Itachi lideraba el avance con una mirada decidida, mientras sus guerreros marchaban en formación cerrada.

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En el interior del fuerte, Naruto y sus ayudantes se preparaban frenéticamente para el ataque inminente. La fortificación estaba llena de actividad: arqueros ocupaban sus posiciones en las murallas, soldados afilaban sus espadas, y los sanadores preparaban suministros para los heridos.

—Sakura, asegúrate de que todos los heridos estén en un lugar seguro —ordenó Naruto, su voz firme pero calmada.

—Entendido —respondió Sakura, corriendo hacia la enfermería.

—Kakashi, lidera la defensa en el lado este. Es nuestro punto más vulnerable —continuó Naruto.

Kakashi asintió. —No te preocupes, Naruto. No permitiré que pasen.

Naruto subió a la muralla principal, mirando a lo lejos las fuerzas Uchiha que se acercaban. Sabía que Itachi estaría liderando el ataque, y una mezcla de determinación y aprehensión llenaba su corazón.

El sonido de los cuernos de batalla resonó cuando las fuerzas Uchiha comenzaron su asalto. Flechas en llamas volaron por el aire, impactando contra las murallas del fuerte y encendiendo varios puntos. Los defensores Uzumaki respondieron con una lluvia de flechas propias, derribando a muchos atacantes antes de que pudieran acercarse.

—¡Mantengan la línea! —gritó Naruto, su voz clara sobre el caos de la batalla—. ¡No permitan que pasen!

Itachi, liderando el asalto desde el frente, se movía con una gracia letal, desviando flechas con su espada y dirigiendo a sus hombres con precisión táctica. —Avancen hacia las puertas principales —ordenó, señalando a un grupo de élite—. Rompan las defensas exteriores y abran paso para el resto de nuestras fuerzas.

Shisui y Sasuke luchaban codo a codo con Itachi, sus habilidades brillando en medio del conflicto. —¡Itachi, la resistencia es fuerte en el flanco derecho! —informó Shisui mientras derribaba a un defensor Uzumaki.

—Desplieguen las torres de asedio —ordenó Itachi—. Necesitamos romper su formación.

Mientras la batalla continuaba, Naruto e Itachi se encontraron cara a cara en un puente que conectaba dos secciones del fuerte. El sonido del acero chocando resonaba alrededor mientras ambos guerreros se miraban con intensas miradas.

—Uchiha —dijo Naruto, su voz llena de desafío.

—Uzumaki —replicó Itachi, su tono igualmente firme.

Ambos se lanzaron al combate, sus espadas chocando con fuerza. El duelo era una mezcla de habilidad y ferocidad, cada movimiento meticulosamente calculado. Naruto, aprovechando su agilidad, atacó con una serie de rápidos tajos, pero Itachi desvió cada uno con precisión fría.

—¿Es esto todo lo que tienes? —provocó Itachi, lanzando un contraataque que Naruto apenas pudo bloquear.

—Ni de cerca —respondió Naruto, aprovechando una apertura para golpear el costado de Itachi.

Itachi retrocedió ligeramente, reconociendo el golpe con una mirada de respeto. —Eres mejor de lo que pensaba, Naruto.

—Lo mismo digo —replicó Naruto, sin dejar de atacar.

Mientras el duelo personal continuaba, ambos líderes dirigían a sus fuerzas con señales y órdenes rápidas. Shikamaru gritó a los arqueros en batalla para que concentraran el fuego en las torres de asedio Uchiha que se acercaban, mientras Obito ordenaba a sus hombres flanquear las defensas laterales del fuerte.

—¡Kakashi, necesitamos refuerzos en el flanco derecho! —gritó Shikamaru, viendo que las fuerzas Uchiha estaban ganando terreno.

—¡Ya voy! —respondió Kakashi, llevando a un grupo de guerreros para reforzar la defensa.

Obito, viendo la resistencia de los Uzumaki, decidió cambiar de táctica. —Sasuke, Shisui, vamos a concentrar nuestro ataque en la puerta principal. Si logramos abrirla, podemos romper sus líneas.

Sasuke y Shisui asintieron, liderando a un grupo de élite hacia la puerta principal. Con una combinación de ataques coordinados, lograron debilitar las defensas de la puerta.

—¡Empujen! —ordenó Obito, mientras la puerta principal comenzaba a ceder bajo el asalto.

A medida que la batalla se intensificaba, Naruto e Itachi se enfrentaban en un duelo cada vez más feroz. Sus espadas chocaban, creando chispas que iluminaban sus rostros sudorosos y determinados.

—¿Por qué seguimos luchando, Itachi? —preguntó Naruto, su voz entrecortada por el esfuerzo—. Esta guerra solo trae muerte y sufrimiento.

El azabache, respirando con dificultad, miró a Naruto a los ojos. —Luchamos por nuestro clan, por nuestra gente. No podemos permitirnos fallar.

Naruto asintió, reconociendo la verdad en las palabras de Itachi. —Pero debe haber otra manera.

Antes de que Itachi pudiera responder, un sonido ensordecedor resonó cuando la puerta principal del fuerte finalmente cedió. Las fuerzas Uchiha comenzaron a fluir hacia adentro, enfrentándose a los defensores Uzumaki en una batalla cuerpo a cuerpo brutal.

—¡No te detendrás! —gritó el joven líder, lanzándose hacia Itachi con renovada furia.

—Y tú tampoco —replicó Itachi, enfrentándose a Naruto con igual determinación.

La batalla se prolongó durante horas, ambos bandos luchando con todo lo que tenían. Los Uchiha, con su ventaja táctica y la ferocidad de su asalto, lograron ganar terreno dentro del fuerte. Sin embargo, la resistencia tenaz de los Uzumaki, liderada por Naruto, evitó una derrota total.

Finalmente, cuando la noche comenzó a caer, Itachi ordenó una retirada estratégica, sabiendo que continuar el asalto solo resultaría en más bajas innecesarias. —Retirada —ordenó, su voz resonando por encima del caos.

Naruto, viendo a los Uchiha retirarse, suspiró con alivio, pero sabía que esta victoria parcial no era el final. La guerra continuaría, y cada batalla sería más difícil que la anterior.

—Preparen las defensas —ordenó a sus hombres—. Esto aún no ha terminado.

Itachi, liderando a sus hombres de vuelta a su campamento, miró hacia el fuerte Uzumaki una última vez antes de desaparecer en la oscuridad. Sabía que la próxima vez que se enfrentaran, tendría que estar mejor preparado.