Abrí los ojos sintiendo como mi cuerpo dolía en especial una zona de abajo. Oprimí los labios recordando lo que había pasado, me di vuelta esperando encontrarme con Dante, sin embargo, no estaba, solo la marca de la almohada donde él había estado acostado y suspire pensando que ayer todo había sido muy bonito pero hoy era otro día y todo había acabado. Me senté en la cama y miré la mesita de noche observando como se encontraba una flor y una pequeña nota.Mi querida Kiara he tenido que salir para ayudar en algo a mi amigo Fabián. Lamento no estar para cuando despiertes.
Besos de tu novio falso.
No pude evitarlo y sonreí como una estúpida enamorada, abrace la almohada y moví mis pies emocionada sintiéndome la más enamorada. Me levante en cuanto deje mi show de niñita cursi, me comencé a vestir para ir a la universidad ya que Mónica pasaría por mi para irnos juntas.
Escuche el claxon y salí corriendo, al bajar las escaleras me encontré con mi madre quien hacía su desayuno, hoy era su día de descanso. Note que tenía unas grandes ojeras y también que estaba aun más delgada, sin embargo, ellas se las ingeniaba para mostrarme una cálida sonrisa como si todo estuviera bien aun cuando sabemos que no era así. El hecho de que el señor que dice ser mi padre haya aparecido de nuevo le ha hecho daño y le atraído recuerdos malos.
A los lejos escuche una música ruidosa y supe de inmediato que era Mónica ya que siempre que venía por mi traía con su música a todo volumen que se escuchaba a cinco cuadras. Me despedí de mi madre dándole un beso en la frente y salí de la casa encontrándome con mi amiga quien estaba arriba de su auto con unas gafas de sol y fruncí el seño al darme cuenta que ni siquiera había sol, sin embargo, los lucia increíble como todo lo que ella se ponía.
—Que día tan hermoso —dijo con una enorme sonrisa — Una mañana nosotras dos sin nuestros queridos novios.
—¿Dónde están? —pregunté.
—Ya es un gran avance —murmuro entrando al auto y yo hice lo mismo.
—¿A qué te refieres?
—Ya no niegas que Dante y tu son novios.
—No lo somos.
—¿Aún no te lo pide?
—No.
Ella sonrió un poco al ver mi mueca y yo fingí ver hacia afuera de la ventanilla para que no notará mi molestia. Mónica no hizo ningún comentario al respecto y yo agradecí que no lo hiciera ya que por el momento mi cabeza estaba hecho un lío con todo lo que había pasado, por fin había aclaro mis sentimientos, siendo sincera sabía que quería a Dante pero tenía miedo y aun seguía con aquel miedo de que en algún momento se tenga que ir y yo me quede con todo este amor que siento.
Baje del auto junto con Mónica quien caminaba como si estuviera modelando mientras que yo caminaba como un zombi arrastrando mis pies hasta llegar a la universidad. Entre y de inmediato me comenzó a dar un dolor de cabeza por el ruido que había dentro, la mayoría se encontraba en el pasillo y tuve que respirar hondo para seguir caminando sintiendo como algunos daban empujones de vez en cuando tratando de llegar a sus respectivos salones. De repente mi día se iluminó, toda flojera y dolor de cabeza se esfumó en cuanto vi a Dante entre tantas personas, este me sonrió y sin darme cuenta yo le devolví la sonrisa como una tonta.
Mónica me dio un empujón sacándome de mi imaginación y la mire borrando por completo aquella sonrisa. Ella parecía divertida ante la situación y levantó ambas cejas jugando con ellas y yo me cruce de brazos sabiendo que se burlaría de mi.
—Ahora no se quien esta más enamorado de Dante, si tu o mi novio —comento con molestia lo último cuando vio como Fabián abrazaba a Dante y no ella.
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Entelequia
Novela JuvenilKiara Sánchez es una joven lectora que vive entre libros huyendo de la realidad. Un día encuentra un vídeo extraño de cómo traer a la realidad un personaje literario, ella decide hacerlo pensando que es una tontería y no funcionará, sin embargo, a l...