Capitulo 19.

27 2 0
                                    

Cap. 19.

Los últimos días han transcurrido entre reuniones y negociaciones, en las que me di cuenta de que es Aydan y no el Sr. Hederman –propietario de HI- quien comprará las acciones de una compañía árabe dedicada, al igual que HI, a asuntos de publicidad. De modo que no estoy trabajando para Holdings Enterprise, sino para Aydan Gautier.

Pero eso no me molesta, lo que me molesta es que estos cuatro días de arduo, no he ido ni un solo minuto a la playa y si mal no lo recuerdo el trato fue que después de un día de trabajo podía visitar la playa. Mis dedos tamborilean incansablemente en la superficie de cristal de la larga mesa de negocios donde se han producido todas las reuniones, estoy sola, la última reunión paso hace poco más de veinte minutos y Gautier...desapareció hace como quince minutos.

De repente, las puertas de la sala se abren, y el entra cargando una bandeja de metal plateado con dos copas con un liquido rosado traslucido en su interior y dos platos con una extraña comida, coloca la bandeja encima de la mesa y me mira fijamente.

-pensé que tendrías hambre- murmura, tomando una de las copas y la acerca a sus labios, y toma un sorbo del liquido rosa, la aleja de su boca y se humedece los labios con su lengua.

Rayos

-estoy cansada ¿Cuándo me vas a llevar a llevar a la playa?- pregunto y el resopla rodando sus ojos.

-pensé que te habías olvidado de eso- murmura

-pues no- sonrío, el también sonríe y se inclina para tomar mi mentón entre sus dedos, trago hondo.

-bien- susurra –haremos un trato: te llevo a la playa, mañana sin falta, si te vienes a dormir conmigo en mi habitación-

-¿Qué?-

-no estoy durmiendo bien sabiendo que estas a solo una pared de distancia de mi- confiesa él, y por un momento parece tan vulnerable y tan transparente como una gota de agua; si la dejas caer, se perderá para siempre. Trago hondo.

-está bien. Pero mañana pasaremos el día en la playa-

-como digas... pero ¿Por qué aceptaste? Pensé que saldrías corriendo al escuchar mi propuesta- fijo mis ojos en los suyos.

-porque tengo un objetivo, Gautier y para alcanzarlo haré lo que sea. Cuando quiero algo, lo consigo y punto- algo brilla por un instante en sus ojos, el sonríe y acaricia mi labio inferior con su pulgar haciendo que, prácticamente, arda como llama ¿Por qué no deja de torturarme?

-de eso no tengo ninguna duda, preciosa-

Cuando entramos al pent-house. Nahari y Jake están casi atragantándose el uno con el otro contra uno de los Lamborghinis que, casualmente, están en medio del salón principal. Sinceramente no entiendo a los ricos y sus excéntricos caprichos. Cuando Jake empieza a entrar su mano por debajo de la falda de la chica, Aydan choca sus manos.

-¡chicos! En cualquier lugar menos encima de mi bebe- ellos, prácticamente, saltan uno lejos del otro como si quemaran y se ponen tan rojos como un gran tomate.

-¡señor! Discúlpenos es que...-

-sí, sí, son jóvenes, las hormonas, hace frío, estaban solos, bla, bla, bla. Para eso tienen habitaciones ¿acaso no tienen respeto por Sunshine? ¡Por dios!-

Yo solo me río.

-despúlpenos Srta. Lambert-

-no se preocupen chicos, no ha pasado nada- los tranquilizo.

-¡claro que ha pasado!- me corrige Aydan –no te traje aquí para que veas como mis empleados tienen sexo ¡mucho menos eso!-

La hora de cumplir mi parte del trato ha llegado, después de darme una ducha larga y extensa, me he puesto un pijama bonito, no tan sexy para no provocar el lívido de Aydan, y no muy monja para que no piense que le tengo miedo, o algo así. Es solo un pijama de dos piezas: shorts y blusita de color azul celeste, suelto mi pelo y salgo de la habitación donde dormía para dirigirme a la de Aydan, todo está oscuro y silencioso y la única brecha de luz proviene de su habitación, cuya puerta esta entreabierta, la abro para entrar y lo veo hablando por el teléfono, está mirando por la ventana y solo tiene unos pantalones de pijama, parece tenso.

One and Only.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora