Capitulo 13.

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Cap. 13



Mi madre hace su desfile hacia la calle, dejando una tensión palpitante aquí, entre James y yo. Miro a Bride.


-tengo cosas que contarte- le digo

-¿almuerzo?- pregunta ella, arqueando una de sus cejas

-sip- digo asintiendo y miro a James y automáticamente se forma ese nudo pesado en mi estomago, la culpa.

-¿y qué le contaras?- pregunta el con una sonrisa tan sincera que me dan ganas de pegarme un tiro. Pero por encima de eso, finjo una sonrisa y le respondo.

-le contare a mi amiga sobre los horribles dolores menstruales que me dan y como paso días sangrando y llenando toallas y tampones de esa sangre.- le digo y miro como deja de respirar a medida de que sus mejillas se vuelven rojísimas y se aleja de nosotros caminado como un pingüino. Bride y yo nos miramos y estallamos en sonoras carcajadas.

-¡eres malvada Susi!-

-eso le enseñará a no volver a meterse en lo que no le concierne-

Nos reímos de nuevo pero Bride deja de hacerlo y mira hacia la puerta haciendo que yo también lo haga: Aydan, con cara de concreto, rodeado de suspiros femeninos se acerca hacia nosotras. Mierda.


-Buenos días Sr. Gautier ¿lo de siempre?-

-sí, Bride- le sonríe de lado y luego me mira serio.

-y para la Srta. Lambert un capuchino con mucha crema y unas donas glaseadas con chocolate-

-estoy a dieta- murmuro

-tiene un largo día de trabajo como para estar pasando hambre- dice y me regala una de esas sonrisas arrogantes que aunque me cueste admitirlo las extrañaba, porque era una de las cosas que más amaba de él, creo que nunca lo dije. Ahora dirige su mirada a Bride.

-te esperamos en mi oficina- ella siente y se aleja de nosotros.

-¿Cómo que 'te esperamos'?-

-trabajaremos juntos- murmura y tomando de manera cortés mi cintura -algo que de paso me hace sentir muy incómoda- me dirige al ascensor...ese ascensor, el que no tomamos juntos desde...esa vez. Entramos y el silencio incomodo invade el lugar.


Respiro profundo y aunque no quiera, los recuerdos atacan fuerte y con ello, la tristeza. Me refugio en una esquina y fijo mi mirada en el suelo.

Escucho como respira y murmura algo que no puedo entender, me mira de soslayo, respira de nuevo, sonoramente. Camina y pausa este agobiante aparato, se dirige hacia mí y cuando me golpea con su mirada haciendo que suelte el aire de mis pulmones lentamente.

-¿Cómo estuve anoche?- pregunta con esa sonrisa engreída que aunque no lo quiera, me saca una risita nerviosa, el también se ríe y aprovecha para tocar mi mejilla, calentando el resto de mi rostro, volviendo rosado -oh, Sunshine, eres tan bella- y el rosado pasa a rojo.

-gracias- susurro

-aun no haz respondido mi pregunta- susurra él, enterando su mano en mi cabello, provocando cosas en mi.

-te sentiste como si me quisieras- respondo, entonces el sostiene mi nuca y pega nuestras frentes

-¿enserio?- susurra

One and Only.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora