Capitulo 22.

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Cap.22

El taxi nos deja justo frente al edificio donde vivo. Francis baja junto a mí y cierro la puerta para darme vuelta y caminar para entrar en el edificio, pero el taxi no se va, se queda ahí y el conductor hace sonar el claxon para llamar mi atención, entonces me volteo para ver lo que quiere, tal vez se me olvido pagarle.

-dulzura- me dice con una cortés sonrisa –sonríe por favor, eres demasiado bonita como para estar enfadada- medio sonrío.

-gracias-

-si estas así por un chico, olvídate de él, estoy seguro de que muchos se mueren por hacerte sonreír- agrega y después desaparece en la carretera.

Pienso en lo que dice. Tiene razón.

Acaricio las orejas de Francis, quien, encantado sacude su negra cola y sisea con su lengua afuera. ¡El perro es un cachondo!-ya es tiempo de conseguirte una novia Francis- él ladra animado y corre hacia el edificio, lo persigo caminando y cuando entro todos se alegran de verme: Jessica la recepcionista, su novio Roberto, Miranda la chica que vende cosas como collares y recuerditos y Franklin el viejo portero junto a Dustin, el sexy portero.

Todos me saludan cariñosamente y Jessica me entrega una caja rectangular color rojo vino y un ramo de rosas rosadas. Al ver todo eso, sonrío, chillo me sonrojo y la abrazo. No importa la situación, una mujer siempre se alegrara con los detalles.

-¿y qué es el admirador secreto?- pregunta Miranda, curiosa. No necesito leerla notita adjunta para saber quién es.

-James, mi novio-

-¡y qué novio!- exclama Jessica, Roberto la mira mal y ella le da un codazo juguetón –no seas imbécil 'cuchi, cuchi'- mira a Miranda –es todo un tipazo, Dios, esos ojos, ese cuerpo, su voz, ¡joder! Me imagine miles de barbaridades-

-Jessi, estás hablando de mi novio- le recuerdo, muerta de la vergüenza.

-¡lo sé! Anda, lee la notita- me incita ella

Le haga caso y desdoblo el papelito para leerlo en voz alta.

'Cuanto te extrañe, princesa. Lamentablemente no puedo reunirme contigo porque estoy cumpliendo con un compromiso de la empresa súper importante.Espero que me perdones.No paro de pensar en ti.Te amo, princesa.'

Termino de leer totalmente sonrojada y todos en recepción exclaman un 'awwww' muy meloso, me sonrojo aun más y me dirijo al ascensor con mis regalos entre mis brazos, sostenidos ridículamente. Dustin presiona el botón de mi piso por mí y le agradezco. Las puertas se abren y antes de que entre, Franklin me dice:

-Susi, tu padre vino a traer tus maletas esta tarde-

-gracias, Frank-

Francis y yo entramos finalmente en el ascensor y este no tarda en llegar hasta mi piso. Cuando sus puertas se abren, Francis sale corriendo hacia la puerta de mi amado apartamento y empieza a rasguñarla, pidiendo, desesperadamente, que la abra.

Riendo, saco las llaves de los bolsillos de mis vaqueros, la encajo en la cerradura y la hago girar para quitar el seguro. La puerta se abre. Francis entra en la casa como un loco desquiciado y corre por todas como si estuviera comprobando que no falta nada, ladra y corre hasta que dos palmadas mías lo hacen parar frente a mí.

-vamos a ducharnos, cariño- le digo sonriente.

Cincos minutos despues, estoy en tina llena de espuma y burbujas, desnuda y acompañada de mi chico, Francis.

Si, los dos en la tina, solo falta el champagne y las fresas para que sea un momento romántico. No tengo caprichos o tabúes y por lo tanto, para mí es un gusto bañarme con mi perro y más cuando se que el también lo disfruta.

Después de ducharnos, vestirme bien abrigada y ponerle a mi niño su bufanda azul celeste pongo mis rosas en un jarrón con agua en el aparador de mi habitación y abro la caja roja para ver lo que contiene ¡son chocolates! ¡En todas las formas! ¡Qué lindo! Me como unos cuantos y le ofrezco uno a mi perro, quien, por poco se lleva mis dedos con todo y chocolate.

Luego vamos a la casa de mis padres, toco la puerta, nadie abre, entonces me agacho en el suelo y levanto la alfombra que dice 'Home, sweet Home', saco la llave de repuesto y con ella abro la puerta.

Miro alrededor mío, está oscuro, hay música suave de Norah Jones, Turn me on, y una tenue luz se escapa desde el pasillo donde están las habitaciones, de donde también escucho...gemidos y jadeos, de mis padres.

Los colores se me suben a la cara.

-bien, vamos Francis- le digo, totalmente desconcertada mientras el mira a su alrededor en busca de los peculiares sonidos. Pobre Francis.

Me acerco a la pecera de Sebastian y toco el cristal, el se mueve. Bien. No ha muerto. La cojo y salimos de ahí lo más pronto posible; mitigando el orgasmo de mis padres al cerrar la puerta.

¡Señor, que trauma!

-nota mental- me digo –cuando me case y tenga hijos, tendré una habitación insonorizada-

Luego de salir de la casa de mis padres, tomo un taxi y le indico al conductor la dirección del negocio de mi amigo Andy, que es un biólogo marino que se dedica a salvar la vida vegetal y animal del mar. Obviamente.

Cuando llegamos, este me recibe con los brazos abiertos. Encantada de verle, le pregunto sobre su familia, sus proyectos y el, encantando de verme, me lo cuenta todo. Quiero y admiro mucho a mi amigo Andy, me alucina su trabajo y lo considero una especie de héroe, solo que es vez de una capa, el lleva una bata blanca de doctor y en vez de salvar personas, el salva animales y plantas.

Le dejo a Sebastian con toda la confianza del mundo y vuelvo a mi casa con Francis. Hora de dormir.


One and Only.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora