En el bullicioso paddock, donde los motores rugían y las conversaciones se entremezclaban, un grupo de pilotos estaba reunido, observando a Pierre Gasly. Sus miradas seguían a una figura femenina que se movía con elegancia entre los garajes, tomando notas y conversando con los ingenieros. Lana, la nueva publicista de George Russell, captaba la atención de todos, pero especialmente la de Gasly, quien no podía evitar mirarla cada vez que pasaba cerca.
"¿La viste?" murmuró Lando Norris, con una sonrisa pícara. "No ha dejado de mirarla desde que llegó."
"Pierre, hermano, si sigues así, te vas a caer en la pista," bromeó Charles Leclerc, dándole un leve golpe en la espalda.
Gasly se removió incómodo, tratando de disimular. "No es nada. Solo me parece interesante que George tenga una publicista tan... profesional," respondió, aunque su intento de sonar indiferente no convenció a nadie.
Lando, siempre el bromista, vio una oportunidad. "Te apuesto mi nuevo McLaren a que no consigues que se enamore de ti," dijo con una sonrisa traviesa.
Pierre levantó una ceja. "¿Estás hablando en serio?"
"Totalmente," respondió Lando, cruzando los brazos. "Pero no es tan fácil como crees. Ella parece totalmente inalcanzable."
Carlos Sainz, quien había estado escuchando en silencio, intervino con un tono más serio. "Pierre, no deberías hacer esto. Lana no es alguien con quien deberías jugar. Si te interesa de verdad, hazlo bien. Pero no aceptes apuestas estúpidas."
Gasly dudó por un momento, sabiendo que Carlos tenía razón. Pero su orgullo y el reto de sus amigos pesaron más. "No me asusta," dijo, aunque su voz tenía una nota de inseguridad. "Acepto el reto."
Carlos suspiró, preocupado por las posibles consecuencias. Pero la decisión ya estaba tomada. Gasly, con el apoyo de sus amigos y el desafío de su propio ego, se preparaba para conquistar a Lana, sin saber que este reto pondría a prueba no solo su habilidad para enamorarla, sino también su propio corazón.
Pierre Gasly se acercó a Lana con la actitud confiada que usualmente lo acompañaba. Sabía cómo captar la atención y tenía la intención de hacerlo con la nueva publicista de Russell. Después de todo, había aceptado el reto de Lando y, aunque se había sentido incómodo al principio, su orgullo no le permitió retroceder.
Lana estaba revisando algunos documentos cuando Pierre llegó a su lado. "Hola, Lana, ¿verdad?" Pierre sonrió con su típico aire encantador. "He oído que eres la nueva publicista de George. Debe ser un desafío trabajar con alguien tan exigente."
Lana levantó la vista, estudiándolo brevemente antes de sonreír con cortesía. "Sí, pero disfruto los desafíos. Me mantienen alerta."
El comentario le arrancó una sonrisa a Pierre. "Eso es admirable. Es raro encontrar a alguien que no se deje intimidar por este mundo."
Lana dejó los documentos a un lado y lo miró con más detenimiento. "Me imagino que tú también disfrutas de los desafíos, Pierre. Después de todo, la pista no es el único lugar donde te gusta competir, ¿verdad?"
Pierre sintió que ella lo había leído como un libro abierto, y por un momento, el juego que había iniciado pareció más complicado. Pero no se dejó intimidar. "Supongo que me has pillado. Pero en este caso, solo me interesaba conocerte mejor. Eres diferente a todos los demás aquí."
Lana alzó una ceja, divertida. "¿Es eso un halago o un intento de hacerme bajar la guardia?"
"Ambos, tal vez." Pierre rió suavemente, pero en su interior, notaba algo diferente. Cuanto más hablaba con Lana, más la veía como alguien mucho más complejo de lo que había anticipado. No era solo una mujer encantadora; era una persona que lo hacía cuestionarse cosas que antes había dado por sentadas.