12.2 George Russell

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Las palabras de George avivaron la llama de la controversia. Los periodistas, que ya estaban predispuestos a cuestionar a Zoe, se lanzaron a hacer preguntas sutilmente machistas. "¿Crees que las mujeres tienen la capacidad de manejar la presión en la Fórmula 1? ¿O es una cuestión de mentalidad?"

Zoe, desde la sala de médicos, escuchó las preguntas mientras se recuperaba de su choque. Las palabras de George, más que herirla, la enfurecieron. No entendía cómo alguien que decía amarla podía decir algo tan hiriente.

Esa noche, la conversación entre Zoe y George fue tensa. Zoe estaba herida, tanto física como emocionalmente. George, aún en modo de autoprotección, intentó justificar sus acciones.

"Zoe, solo estaba intentando hacer lo mejor para el equipo. Sabes que...", comenzó a decir, pero Zoe lo interrumpió.

"No, George. No estoy hablando de la carrera. Estoy hablando de cómo me tratas y cómo me has hecho sentir. Lo que hiciste hoy no fue solo una maniobra en la pista. Fue una traición." Zoe habló con firmeza, su voz temblando con la emoción reprimida.

George frunció el ceño, aún a la defensiva. "¡Traición! Zoe, tú estorbaste. No estabas haciendo el trabajo que se esperaba de ti. ¿Acaso no puedes soportar la presión? Si hubieras estado a la altura, no habría pasado nada de esto."

Las palabras de George hicieron que Zoe se sintiera aún más herida. "¿Así es como te sientes realmente? Que es mi culpa porque no pude defender mi posición en esas condiciones? Te creía mejor que esto, George."

"¡No sabes lo que estás diciendo! Tú siempre estás buscando victimizarte. ¡Nunca te das cuenta de que también estoy bajo presión!" George estalló, su voz cargada de ira y frustración. "Quizás no deberías estar en la Fórmula 1 si no puedes manejar el estrés. No puedo seguir soportando esto."

Zoe se quedó en silencio por un momento, procesando el dolor de las palabras de George. La herida era profunda, y el desdén de George estaba dando forma a un dolor creciente. "¿Sabes qué, George? Quizás tienes razón. Quizás no merezco estar aquí, pero tampoco merezco estar en una relación en la que se me trate como una carga. Tal vez deberíamos... terminar."

George, cegado por su propio enojo y la presión acumulada, respondió sin pensar. "¡Si eso es lo que quieres, adelante! Estoy cansado de que siempre seas el centro de atención y de tener que cargar con tus problemas también."

Las palabras hirientes y el tono áspero de George hicieron que Zoe sintiera que su corazón se rompía en mil pedazos. "¡Genial! Perfecto. Al menos seré libre de alguien que no sabe apreciar lo que tengo para ofrecer. Si eso es lo que realmente piensas de mí, entonces, ¿para qué seguir?"

George no pudo responder. Las palabras de Zoe y su propuesta de terminar la relación lo golpearon con una realidad que no quería enfrentar. En lugar de buscar una solución, se sumergió en su propio enojo y frustración.

"Entonces está decidido," dijo George con frialdad, dándose la vuelta y saliendo de la habitación sin mirar atrás.

En los días siguientes, el equipo de George comenzó a recibir críticas, tanto internas como externas. La prensa seguía presionando, y la imagen pública de George se volvió aún más tensa. La situación en el equipo se volvió un campo de batalla de opiniones, y el verdadero costo de las decisiones de George estaba empezando a mostrar su rostro.

El ambiente en el paddock estaba cargado de tensión. La noticia de la ruptura entre George Russell y Zoe se había filtrado entre los pilotos, y el clima entre ellos se había vuelto frío. Charles Leclerc, conocido por su empatía y su habilidad para conectar con los demás, notó el cambio en George. La actitud de su compañero estaba empeorando, y Leclerc sintió que era el momento de intervenir.

Después de una carrera, cuando la mayoría de los pilotos ya se habían retirado, Charles se acercó a George en el garaje. George estaba solo, sentado en un rincón, revisando sus notas con una expresión de frustración y desánimo.

"George," dijo Charles, tratando de sonar amigable, "¿podemos hablar un momento?"

George lo miró, sorprendió de que alguien quisiera hablar con él en ese estado. "¿Qué quieres, Charles?"

"Quiero asegurarme de que estés bien," respondió Leclerc. "He notado que has estado muy tenso últimamente, y no parece que estés manejando las cosas muy bien."

George suspiró y miró hacia abajo. "¿Qué más da? No parece que nada de esto importe ahora."

Charles se sentó a su lado. "No es así. Tienes que hablar con alguien. ¿Qué ha pasado realmente?"

George, agotado y con la presión acumulada, comenzó a hablar. "Todo está mal, Charles. Zoe y yo... todo se fue al carajo después de esa carrera. Ella nunca entendió la presión que estaba enfrentando. Todo el equipo me está presionando, y parece que ella estaba en el camino."

"Pero, ¿qué realmente pasó?" preguntó Leclerc, con tono paciente.

George hizo una pausa, pensando en cómo expresar su frustración. "Fue una maniobra en la pista, y ella no pudo manejar la presión. Era necesario para el equipo."

Leclerc frunció el ceño. "¿Sabes que eso no es todo lo que ocurrió? ¿No has visto el video del choque?"

George se quedó en silencio. "No, no lo he visto."

Charles sacó su teléfono y mostró el video a George. La imagen era clara: Zoe se encontraba en una posición difícil con la falla en su caja de cambios, pero la maniobra de George fue agresiva y peligrosa. La colisión con el muro fue el resultado directo de una maniobra que, aunque en el calor del momento parecía necesaria para George, fue claramente imprudente.

"¿Ves ahora?" dijo Leclerc, mientras el video mostraba el momento del choque. "No era solo una carrera. Tus acciones tuvieron consecuencias reales. Y luego, tus declaraciones solo empeoraron las cosas."

George observó en silencio, con los ojos abiertos de par en par. "No me di cuenta... no entendía que estaba causando todo esto."

Charles continuó, mostrando los titulares recientes de la prensa. "Ahora, la prensa está atacando a Zoe con comentarios machistas, insinuando que ella no debería estar aquí. Tus palabras solo han avivado el fuego. Ella ha sido menospreciada por algo que, en realidad, tú tienes una gran parte de culpa."

El peso de las palabras de Charles hizo que George sintiera un dolor profundo. "No sé cómo arreglar esto. Sé que la he herido, y no creo que me pueda perdonar tan fácilmente. La amo, y solo he empeorado las cosas para ella."

Leclerc le dio una palmadita en el hombro. "Lo primero que debes hacer es reconocer tus errores y pedir disculpas sinceramente. No esperes que todo se solucione de inmediato, pero el primer paso es ser honesto con ella. Demuestra que entiendes el impacto de tus acciones y que estás dispuesto a enmendarlo."

George asintió lentamente, la realidad de la situación golpeándolo con fuerza. "Gracias, Charles. Necesitaba ver esto desde otro punto de vista. Haré lo que pueda para enmendarlo."

Leclerc sonrió con una mezcla de tristeza y esperanza. "No te prometo que será fácil, pero al menos ahora tienes una oportunidad para hacer lo correcto."

Con la determinación renovada, George se dirigió a buscar a Zoe, sabiendo que tendría que enfrentarse a las consecuencias de sus acciones y luchar por una segunda oportunidad. La tarea no sería sencilla, pero estaba decidido a intentar reparar el daño y demostrar que, a pesar de sus errores, seguía comprometido con la persona que más amaba.

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