"Suri... no..." susurró para sí mismo intentando convencerse de que estaba sobre pensando, el eco de su voz sonando solitario en el aire. Todo comenzó a encajar en su mente, los silencios incómodos, las preguntas sin respuesta, la mirada triste que Suri había tenido en los últimos días. Se dio cuenta de que ella había sentido que algo andaba mal, pero nunca había imaginado que esto pudiera ser el resultado.
Caminó hacia la cama y se sentó en el borde, con la cabeza entre las manos. Nunca se había sentido tan impotente, tan asustado. Sabía que tenía que encontrarla, tenía que explicarle, decirle la verdad antes de que todo se arruinara para siempre. Pero, ¿y si ya era demasiado tarde?
Con el corazón lleno de miedo, Charles sacó su teléfono y comenzó a llamarla una y otra vez, pero cada llamada iba directamente al buzón de voz.
"Por favor, Suri... contéstame..." rogaba en cada mensaje de voz que dejaba, su voz quebrándose por el dolor. Pero el teléfono de Suri permanecía en silencio, ignorando sus súplicas mientras ella se acurrucaba en el sofá del pequeño departamento, luchando por aceptar lo que había hecho.
Mientras Charles se hundía en la realidad de que Suri se había ido, su mirada se desvió hacia la pequeña cajita que seguía en su bolsillo. La sacó con manos temblorosas y la abrió lentamente. Dentro había un delicado anillo, diseñado específicamente para ella, el símbolo de todo lo que él había querido construir juntos.
Pero ahora, el anillo no era más que una cruel ironía, un recordatorio de lo que había perdido antes de siquiera tener la oportunidad de dar ese paso. Con lágrimas en los ojos, Charles se dio cuenta de que todo su plan había sido un desastre desde el principio. Las sorpresas, los secretos... todo había terminado alejando a la única persona que realmente amaba.
Suri pensaba que había dejado atrás la vida que había construido junto a Charles, mientras veía a la nada en aquel lugar que seguía siendo su refugio, un espacio lleno de recuerdos de su vida antes de que Charles entrara en ella, cerrando los ojos con fuerza para contener las lágrimas que luchaban por salir. ¿Cómo habían llegado hasta aquí?
Al mismo tiempo, Charles en el departamento observaba el espacio en el cual normalmente se encontraban las maletas de Suri a un lado del armario, listas para usarlas para acompañarlo a cada gran premio, que ahora estaba vacío. Los pequeños detalles que hacían que ese espacio se sintiera como su hogar habían desaparecido. El perfume suave que solía impregnar la habitación seguía allí, pero la ausencia de su risa y su presencia era ensordecedora.
Su mirada se quedó fija en el armario, todavía entreabierto, donde la ropa de Suri solía estar colgada junto a la suya. Ahora, solo quedaba la mitad de un armario lleno, y esa mitad vacía parecía gritarle lo que había perdido.
Con la voz temblorosa, murmuró, "Suri..." pero no hubo respuesta. Su mente comenzó a dar vueltas, intentando entender cómo había llegado a este punto. Observó ese anillo que había escogido con tanto cuidado, imaginando cómo sería el momento en que se lo diera. Pero ahora, ese momento parecía un sueño lejano y roto.
"No puede ser... Esto no puede estar pasando..." se dijo a sí mismo, sintiendo que su mundo se desmoronaba a su alrededor.
Charles se dejó caer en la cama, la misma en la que había compartido tantas noches con Suri, pero que ahora solo se sentía fría y vacía. El sonido de su teléfono vibrando en su bolsillo lo sacó de su estupor, volteó a mirarlo con la esperanza de que pudiera hablar con Suri y arreglarlo todo, pero al ver el nombre en la pantalla, toda fuerza se esfumó. Sabía que probablemente Carlos entendería más adelante.
Charles estaba sentado en el borde de la cama, incapaz de procesar lo que acababa de suceder. La cajita con el anillo seguía en sus manos, pero el peso de la ausencia era insostenible. Las paredes del cuarto, una vez llenas de vida, ahora parecían ahogarlo con su vacío. Justo cuando el pánico comenzaba a apoderarse de él, la puerta del departamento se abrió de golpe.
Carlos entró literalmente corriendo, respirando con dificultad, su rostro lleno de preocupación. "¡Charles!" llamó, buscando a su amigo desesperadamente.
Al encontrarlo en el cuarto, Carlos se detuvo en seco. Leclerc estaba allí, sentado, mirando al vacío. "Se fue..." murmuró Charles con voz quebrada, apenas audible, antes de romperse por completo. Las lágrimas que había intentado contener comenzaron a caer sin control, y su cuerpo temblaba por la desesperación.
Carlos se acercó rápidamente, arrodillándose frente a él y colocando una mano firme en su hombro. "Charles, ¿qué ha pasado? ¿Dónde está Suri?" preguntó, aunque ya se temía la respuesta.
"Se... se fue, Carlos. Seguro... descubrió... todas las mentiras y pensó... que... que la estaba engañando. Yo solo... yo solo quería que todo fuera perfecto para la sorpresa, pero... se fue cuando fui por el anillo, antes de que pudiera explicarle. Ahora..." Charles levantó la mirada, sus ojos enrojecidos y llenos de angustia. "La perdí. La perdí, Carlos."
Carlos respiró hondo, sintiendo el peso de la situación. "Charles, escucha," dijo con firmeza. "Esto no puede terminar así. Sé que Suri te ama. Si se fue es porque está herida, pero también porque le importa. Tenemos que encontrarla, aclarar este malentendido. Aún puedes pedirle que se case contigo, como lo habías planeado."
Leclerc asintió, aunque todavía parecía perdido en su propio dolor. "¿Pero cómo, Carlos? Ni siquiera sé dónde podría estar..."
Carlos lo apretó ligeramente en el hombro, tratando de transmitirle algo de su propia determinación. "Comencemos con lo que sabemos. Tal vez Lando sepa dónde está.", propuso mientras escribía un mensaje de texto a Lando explicándole la situación.
"Vamos, Charles. No te rindas ahora. No después de todo lo que han pasado juntos..."Pero fue interrumpido por el sonido de su celular, el nombre de uno de sus mejores amigos brillando en la pantalla, contesta mientras sale a la estancia.
**Carlos:**
– ¿Lando?
**Lando:**
– Carlos, acabo de ver tu mensaje. ¿Qué pasó? ¿Qué malentendido? ¿Qué le hizo Charles?
**Carlos:**
– Lando, es un desastre. Suri se fue. Charles llegó a su departamento con el anillo, listo para proponerle matrimonio, y... ella ya no estaba. Se llevó todo, absolutamente todo.
**Lando:**
– No puede ser. ¿Por qué pensaría que Charles la está engañando?
**Carlos:**
– Porque Charles le dijo que iba al simulador para una sesión larga, pero en realidad fue a buscar el anillo. Lina se empezó a dar cuenta de que algo no cuadraba y me llamó. Quería saber si yo sabía algo del simulador, y como no tenía idea, le dije la verdad: que Charles había pedido el día libre. [Suspira con frustración] Ahí fue cuando todo se torció. Ella pensó que le estaba mintiendo para cubrir algo más.
**Lando:**
– Dios... ¡Claro! Al escuchar que Charles no estaba en el simulador, debió pensar que él estaba haciendo algo detrás de su espalda. No puedo creer que todo se haya malinterpretado así...
**Carlos:**
– Exacto. Y ahora, Charles está destrozado. No deja de culparse por no decirle lo que estaba planeando, pero no tiene idea de dónde está Lina, ni cómo arreglarlo. Su teléfono está apagado y está desesperado.**Lando:**
– *[Suspira profundamente]* Yo... no tengo idea. No he hablado con Suri en unos días. Ella me mencionó que Charles estaba actuando raro, pero yo no quería arruinar la propuesta. Intenté mantenerlo en secreto y ahora siento que me alejé cuando más me necesitaba.