Sus ojos estaban llenos de lágrimas, y su rostro estaba pálido de sorpresa y dolor.
Pierre se dio cuenta demasiado tarde de lo que había hecho. Lana, herida por las palabras que acababa de escuchar, no esperó a que él pudiera decir algo más. Salió corriendo, lágrimas cayendo por sus mejillas, hacia el motorhome de George Russell.
Pierre estaba paralizado por el peso de su culpa. Lando y Charles se quedaron en silencio, mirando cómo Lana se alejaba, con Charles intentando consolar a un Pierre que, ahora más que nunca, se sentía atrapado por sus propias acciones.
"Lo arruinaste todo," dijo Carlos finalmente, su tono serio, mientras Pierre se quedaba allí, sintiéndose impotente y devastado por el dolor que había causado.
Pierre Gasly estaba consumido por la culpa. Después del incidente en el paddock, se dio cuenta de lo irreparable que había sido su error. Cada vez que intentaba acercarse a Lana para disculparse, se encontraba con un muro impenetrable. George Russell y Lewis Hamilton, protectores como siempre, no le permitían acercarse a ella. La tensión entre ellos era palpable; en una ocasión, George incluso llegó a enfrentarse a Pierre, y solo fue detenido por la intervención de Hamilton en el último momento.
Pierre se sentía desesperado y abatido. No sabía cómo reparar el daño que había causado. Sus amigos, al ver su tristeza y desesperación, decidieron intervenir. Hicieron planes para que Pierre pudiera comunicarse con Lana de alguna manera. Comenzaron a enviarle regalos en un intento de disculparse: flores frescas, peluches, chocolates, y globos. Sin embargo, todos los intentos acababan en fracaso. Los regalos regresaban a él deshechos, aplastados, o incluso rotos. Lana usaba a Russell y Hamilton como mensajeros, quienes no podían evitar sentir lástima por la situación de Pierre.
Carlos Sainz, viendo la frustración de Pierre y entendiendo la profundidad de su arrepentimiento, sugirió algo diferente. "Tal vez deberías escribirle una carta," propuso. "Una carta sincera, sin adornos, donde le expliques todo lo que sientes."
Pierre, aunque no estaba seguro de si eso ayudaría, decidió seguir el consejo de Carlos. Con un corazón pesado y una mente atormentada, escribió una carta. En ella, expresó su arrepentimiento sincero, su dolor por el daño causado, y su deseo de arreglar las cosas. Se disculpó por tratar a Lana como un trofeo y admitió que su comportamiento había sido inmaduro e insensible. Reconoció que, a pesar de que la apuesta había sido un juego, sus sentimientos hacia ella eran reales y profundos.
Cuando la carta fue finalmente entregada, Lana la leyó con cuidado. Cada palabra resonaba en su corazón, y aunque el dolor seguía presente, también había una parte de ella que deseaba creer en la sinceridad de Pierre. Sin embargo, no estaba lista para responder. Sabía que tenía que tomar un tiempo para procesar sus emociones y decidir si debía seguir a su cabeza o a su corazón.
Lana se encontró en una encrucijada. Su mente le decía que debía protegerse y no dejarse engañar nuevamente, pero su corazón aún sentía una conexión con Pierre, a pesar de todo el dolor. La carta le ofreció una ventana a los sentimientos de Pierre, pero aún así, no estaba dispuesta a tomar una decisión apresurada.
Mientras tanto, Pierre continuaba lidiando con su culpa y su arrepentimiento. Sus amigos seguían apoyándolo, con la esperanza de que Lana pudiera encontrar en su corazón el perdón y la posibilidad de una nueva oportunidad. La espera era larga y dolorosa, pero Pierre sabía que había que ser paciente y respetar el tiempo que Lana necesitaba para sanar y tomar una decisión.
La noche de la celebración post carrera estaba llena de risas, música y festejos. La mayoría de los pilotos y sus equipos disfrutaban de la victoria y del merecido descanso, pero en medio de la euforia, Pierre Gasly se encontraba sumido en la desesperación. La falta de respuesta de Lana lo había llevado al borde de la desesperación, y comenzó a beber más de la cuenta, tratando de ahogar sus penas en el alcohol.
Charles Leclerc, al notar el estado de Pierre, se acercó preocupado. El pobre Gasly no podía ni sostenerse en pie, y su voz estaba llena de tristeza mientras repetía el nombre de Lana una y otra vez. Leclerc y los demás amigos de Pierre decidieron ayudarlo a regresar a su habitación de hotel, pero la situación se tornó más complicada cuando Pierre, incapaz de calmarse, comenzó a mostrar un comportamiento algo violento, gritando y pidiendo desesperadamente por Lana.
Viendo que no podían manejar la situación por sí mismos, Carlos Sainz tomó una decisión arriesgada. "Voy a llamarla," dijo con determinación. Sabía que Lana podría ayudar a calmar a Pierre y tal vez brindarle la oportunidad de una última conversación. A pesar de sus dudas, Lana aceptó la llamada de Carlos y se dirigió al hotel.
Cuando Lana llegó, Pierre estaba en un estado lamentable. Apenas podía conectar las palabras, y su comportamiento era incoherente. Lana, con un corazón dolorido pero decidido a ayudar, lo ayudó a acostarse en la cama. Le prometió que hablarían al día siguiente y que, por ahora, necesitaba descansar.
El amanecer trajo consigo una ligera calma. Lana, después de una noche inquieta, se encontró nuevamente con Pierre. El estado de él había mejorado un poco, aunque aún estaba desorientado y avergonzado por el comportamiento de la noche anterior.
"Lo siento mucho," comenzó Pierre, su voz llena de arrepentimiento. "No debería haberte puesto en esta posición. Me he dado cuenta de cuánto significas para mí, y que mi comportamiento fue una estupidez. No esperaba que las cosas llegaran a este punto."
Lana lo miró con una mezcla de tristeza y comprensión. "No es solo tu comportamiento lo que me ha dolido, Pierre. Es todo el juego, la mentira, el trato que me diste. Me has lastimado."
Pierre asintió con tristeza. "Sé que lo hice. Y lamento profundamente haber tratado esto como un simple reto. Me doy cuenta de que mis sentimientos eran reales, y que lo que más quiero ahora es demostrarte que puedo cambiar, que merezco una segunda oportunidad para ganarme tu confianza."
Lana lo observó en silencio, sopesando sus palabras. "Voy a darte una oportunidad, pero esta vez, deberás demostrarme que realmente estás dispuesto a hacer las cosas bien. No se trata solo de ganar mi confianza, sino de mostrarme que has aprendido de todo esto."
Pierre sintió un alivio profundo al escuchar esto. "Lo haré, Lana. Te demostraré que estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para volver a ganarme tu confianza y tu amor."
Lana asintió, su corazón aún herido pero esperanzado. "Empezaremos de nuevo, pero esta vez, no habrá más juegos ni mentiras. Solo honestidad y respeto."
Con un nuevo sentido de determinación, Pierre comenzó a trabajar en ganarse la confianza de Lana de nuevo. Aunque sabía que el camino sería largo y desafiante, estaba dispuesto a hacer todo lo posible para demostrarle que realmente había cambiado y que, al final, merecía una segunda oportunidad con ella.