11. Lando Norris

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En la fiesta de la boda de Carlos Sainz y su novia Cam, el ambiente era de celebración y alegría. Las luces cálidas iluminaban el salón, mientras la música llenaba el aire con una mezcla de ritmos suaves y animados. Lando y Kelly, ambos sonriendo en compañía de amigos, compartían la alegría de ver a Carlos comenzar un nuevo capítulo en su vida. Sin embargo, había una tensión subyacente entre ellos, una que solo ellos dos comprendían.

Lando y Kelly habían sido una pareja apasionada, pero después de muchas conversaciones y lágrimas, decidieron que era mejor separarse. No por falta de amor, sino porque a veces, el amor no era suficiente para mantener a dos personas juntas. La relación había llegado a un punto en el que las diferencias y el desgaste diario comenzaron a superar los buenos momentos. Ambos querían lo mejor para el otro, pero sabían que eso significaba dejarse ir.

En un impulso, Lando se acerca a Kelly y le extiende la mano. "¿Bailamos?", pregunta, su voz suave, casi como si temiera la respuesta. Kelly lo mira a los ojos, buscando en ellos un indicio de lo que siente, y tras unos segundos de duda, asiente. "Por última vez", dice con una pequeña sonrisa que no llega a sus ojos.

Se unen a la pista de baile, la música lenta envolviéndolos en una burbuja donde el tiempo parece detenerse. A medida que se mueven al ritmo de la melodía, ambos recuerdan los buenos tiempos, los días en que nada más importaba que estar juntos. Kelly apoya la cabeza en el hombro de Lando, cerrando los ojos mientras siente su calor, y por un momento se permiten olvidar todo lo que salió mal.

"¿En qué piensas?", pregunta Lando, su voz apenas un susurro.

"En nosotros," responde Kelly, sin levantar la cabeza. "En lo que fuimos y en lo que ya no somos."

Lando asiente, su mente viajando a esos recuerdos compartidos. "Tuvimos buenos momentos, ¿no?", dice con una sonrisa triste.

"Muy buenos," confirma Kelly. "Pero no supimos cuidarlos."

El silencio entre ellos es cargado de significado. Ambos saben que su relación se deterioró no por falta de amor, sino por falta de cuidado. Las carreras, los viajes, las presiones del mundo en el que vivían, todo eso contribuyó a la distancia que creció entre ellos. Y sin embargo, en este momento, abrazados en la pista de baile, todo parece más claro, como si hubieran aprendido demasiado tarde las lecciones que el amor les ofreció.

Mientras siguen bailando, los recuerdos fluyen en forma de una conversación suave y melancólica, susurrada entre la música.

"¿Recuerdas aquella vez en Mónaco? Fue nuestro primer viaje juntos fuera de la temporada," murmura, su voz apenas audible entre las notas de la melodía.

Ella asiente, una sonrisa nostálgica curvando sus labios. "Claro que sí. Te emocionaste tanto cuando viste el circuito por primera vez. Decías que era un sueño hecho realidad, y no podías esperar para enseñarme cada rincón del lugar."

Una risa suave escapa de sus labios. "Y terminamos en esa pequeña cafetería escondida en el puerto. Nunca imaginé que el mejor café lo encontraríamos ahí, en un lugar tan sencillo."

"Fue una noche perfecta," susurra ella. "Caminando por las calles vacías, como si el mundo fuera solo nuestro por unas horas. Nunca nos habíamos sentido tan conectados como esa vez."

Sus ojos se suavizan al recordar. "Sí... también recuerdo las noches en las que simplemente nos quedábamos hablando hasta el amanecer. A veces, no era necesario decir mucho. Solo estar juntos era suficiente."

"Y las carreras... cada vez que ganabas o subías al podio, yo estaba ahí, apoyándote," dice ella con ternura. "Nunca olvidaré cómo brillabas en esos momentos."

"Eras mi roca, mi apoyo incondicional," confiesa él con melancolía. "No importa cuán difícil fuera el día, siempre encontrabas la manera de hacerme sonreír."

Una risa suave escapa de sus labios. "¿Cómo olvidar nuestras pequeñas escapadas después de cada GP? Esas semanas en las que nos alejábamos de todo para reconectarnos... aunque no siempre funcionaba como esperábamos."

"Lo sé," susurra él, su voz cargada de nostalgia. "Y aun así, era hermoso porque intentábamos. Porque nos importaba lo suficiente como para intentarlo una y otra vez."

"Quizá, en algún punto, nos perdimos un poco entre tantas cosas," reflexiona ella con tristeza. "Dejamos de luchar por nosotros, y más por lo que creíamos que se esperaba de nosotros."

"Tal vez," concede él suavemente. "Pero eso no quita lo especial que fue. Y lo que siempre serás para mí."

Se miran en silencio, sus corazones pesados por el adiós que han decidido, pero también con gratitud por los momentos que compartieron

"¿Crees que el amor verdadero significa no cometer errores?", pregunta Lando, buscando sus ojos.

Kelly lo mira, pensativa. "No," responde al fin. "El amor verdadero no es perfecto. Es aprender a amar a alguien a pesar de los errores, a pesar de las dificultades. Es seguir eligiéndote, una y otra vez, incluso cuando es difícil."

Lando asiente lentamente. "Creo que dejé de elegirte, y tú también dejaste de elegirme."

Kelly suspira, apartando la mirada. "Tal vez. O tal vez dejamos de creer que éramos lo suficientemente importantes para elegirnos."

La música termina y con ella su baile. Ambos se quedan quietos, sin soltarse de inmediato, como si prolongar ese último momento juntos pudiera de alguna manera cambiar el pasado. Finalmente, Kelly se aparta suavemente, sus manos resbalando de las de Lando.

"Gracias por este último baile," dice, su voz cargada de emociones contenidas.

Lando la mira, con los ojos brillantes. "Siempre te elegiré, Kelly, aunque no estemos juntos. Eso nunca cambiará."

Kelly asiente, con una mezcla de tristeza y paz. "Y yo a ti."

Ambos se quedan en silencio, disfrutando de ese breve momento de conexión. La separación es palpable en el aire, como si el tiempo mismo les estuviera diciendo que es hora de seguir adelante. Pero a pesar de la despedida, hay una sensación de paz en el aire. Un entendimiento tácito de que, aunque sus caminos ahora se separen, el amor y el respeto que alguna vez compartieron no desaparecerán.

"Tal vez," dice Lando, su voz baja, "en otro momento, en otro lugar, nuestras historias se crucen de nuevo."

Kelly lo mira, sus ojos llenos de un brillo esperanzador. "Quizás. El tiempo tiene formas extrañas de traer de vuelta a las personas que realmente importan."

Se abrazan una última vez, un abrazo lleno de afecto y gratitud por los recuerdos compartidos. Luego, Kelly se aparta suavemente, y Lando la deja ir, observándola mientras se aleja hacia sus propios amigos.

En ese instante, ambos sienten que están diciendo adiós no solo a lo que fue, sino a la posibilidad de un futuro juntos. Sin embargo, hay un susurro en el aire, una promesa implícita de que, a pesar de la distancia y el tiempo, las historias no siempre terminan de la manera en que uno espera. En algún lugar, en algún momento, podría haber una nueva oportunidad para lo que una vez fue especial entre ellos.

Mientras Kelly se mezcla nuevamente con los demás invitados y Lando regresa a su lugar en la celebración, ambos llevan consigo el recuerdo de su último baile, un recordatorio de que el verdadero amor no siempre se mide por el tiempo que pasas con alguien, sino por los momentos compartidos y el impacto que dejas en el corazón del otro.

Y aunque el futuro es incierto, hay una chispa de esperanza que permanece, una promesa de que, a veces, el tiempo solo necesita un poco de espacio para volver a unir lo que una vez estuvo destinado a ser.

One Shots F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora