𝗖𝗼𝗺𝗼 𝗗𝗶𝗺𝗲𝗹𝗼: 𝘕𝘪𝘤𝘬𝘪 𝘺 𝘛𝘳𝘶𝘦𝘯𝘰

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Nicole.

Llego la época del año en donde dios, cuanto frío hace.

No siento la punta de la nariz, los pies, las orejas y las manos de tanto frío. También tengo tanto frío que dentro de mi pecho no logro descifrar si mis sentimientos hacia Mateo se han congelado o no.

No me entiendo, deseo que así como me estoy congelando del frío se congelen mis emociones, se pierda su recuerdo y no cambien las estaciones.

Aunque si eso pasara, las estaciones nunca se frenarian; en primavera se empezará a quebrar ese tonto caparazón que rodea mi corazón, y finalmente en verano se rompería, así dejando todo el hielo descongelado en un rincón.

Aunque odio el frío, me chupa un huevo vivir en un eterno invierno, peor era estar junto a ti en tu infierno.

Si, hoy nuevamente esto se trata de poemas tristes.

¿Como puede ser que todos tengan finales felices y el nuestro sea solo para tu divertirte?, ¿como es posible que en esta historia mal contada termine yo terrible?

Terrible-mente sola, terriblemente tonta, y sin que me demuestres que me quieres dejandome hablando con mi propia sombra.

¿No comprendes?, te lo explico.

Me enamore de vos, Mateo.

Tanto tiempo dedicándome a ti, y haciendo todo lo posible para tenerte cerca de mi. Solo logré que tu me dejaras como la infeliz.

Me encapriche contigo aún sabiendo que no ibas a venir y por ese acto yo no iba a ser feliz...

Aunque, no pierdo las esperanzas de tener un futuro hermoso, si no fuera por tus estúpidas acciones capaz hubiéramos tenido un final fabuloso.

— todavía queda tiempo- me digo más a mi misma.

Y si Nicole, estas sola en tu casa. ¿A quien le vas a decir?

— nada en esta vida sale como tu quieres, si sucede es coincidencia, no porque lo hayas logrado. La vida está modificada para que cosas salgan y cosas no.

Me di la vuelta encontrándome con aquella chica con la que no interactuo hace meses, o bueno; años.

—  soñar no cuesta nada- le respondo.

— soñar es una pérdida de tiempo en el que te encerras en un mundo imaginario.

— ¿por qué?

— los sueños no se cumplen, perdida de tiempo ya que ocupan espacio en la cabeza y eso ya es demasiado- se sienta en la silla frente a mi.

Se encoge de hombros y noto como sus huesos se asoman por sus hombros. Aso se encuentra con una palidez enfermiza.

— es mejor tener todo vacío, para no hacerte falsas ilusiones- continua- nadie sabe distinguir la esperanza de las ilusiones.

Sonrio a boca cerrada.

— ¿como estas, Nicole?, tanto tiempo- abre los brazos y me abalanzó hacia ella para abrazarla.

— en el quilombo que nos metimos todos por tu culpa, amiga.- digo en su oído.

Solo pude sentir su sonrisa en mi cuello- ustedes se lo buscaron, nadie les dijo que se involucren.

— Abril murió y todos los demás cortaron lazos conmigo, me quedé sola.

— Abril se lo busco, y respecto a los demás, no te merecían- se separa de mi.

— ¿vos comes?- alzó una ceja- digo, tus huesos un poco más traspasan tu piel. Sin ofender.

Bajo mi vista hacia sus rodillas, notando como se empinan los huesos amarillentos de su esqueleto.

— es cosa de acostumbrarse, me causa asco la comida- responde ella- antes me miraba al espejo con indiferencia, ahora me doy asco.

Asiento con la cabeza- ¿anemia?

Ella ríe.

— na, eso creo.- le resta importancia- creo que Mateo piensa que estoy embarazada.

— son demasiados distintos los sintomas, ¿como puede pensar eso?

— Boludeces de el, capaz está celoso- hago una mueca.

Sigo sin aceptar que el la cele a ella y no a mi.

— aunque, - vuelve a hablar ella- yo creo que si pueden confundirse sintomas- alzó una ceja

— ¿como cuales?

— el cansancio, aveces suele estar acompañado de fatigas, palidez o taquicardia. Ya que, por falta de hierro.

— ¿y si estuvieras embarazada?- pregunto yo

— yo estoy segurisima de que tengo anemia, pero si estuviera embarazada y con anemia, es un embarazo muy riesgoso.

— podría afectar su organismo

— no creo que viva, aparte de los síntomas de anemia Mateo lo mataría.

No hay expresión que explique mi cara.

— ¿el sería capaz de...

— Mateo es capaz de todo, Nicole.- me interrumpe- y más sabiendo que si yo estuviera preñada, sería de Manuel el bebé.

— ¿vos y Mateo nunca...

— ¡no!- me vuelve a interrumpir- nunca.

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¿Anemia, embarazo, o las dos?

Che, les copa que estas dos se lleven bien?, si quieren hago que se peleen. Ahre