Capitulo 4

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Habían pasado dos días desde que comencé a preparar todo para la mudanza, y al fin, todo estaba listo.

Guardé toda mi ropa y otros objetos importantes, y también compré ropa nueva para Miku. No quería que le faltara nada.

Ya con todo en orden, Miku y yo salimos del apartamento. Antes de irnos, tomé un momento para suspirar, cerrando la puerta con llave. Había sido nuestro hogar, pero ahora era tiempo de un nuevo comienzo. Nos alejamos juntos, caminando hacia la estación de taxis.

Al llegar al sitio, pedimos un taxi que nos llevara a la central de autobuses. Nos subimos, y mientras el taxi nos llevaba a nuestro destino, mi mente comenzó a divagar, reflexionando sobre todo lo que había sucedido hasta ahora. Las palabras de aquel extraño aún resonaban en mi cabeza, cuestionando por qué un ser como yo merecería la ayuda de Dios.

Mientras miraba por la ventana, observando el paisaje que pasaba rápidamente, mis ojos se dirigieron a Miku. Ella estaba profundamente dormida a mi lado, su expresión era tan tranquila, tan llena de paz, que no pude evitar sonreír.

—Qué linda se ve mientras duerme —murmuré, apenas en un susurro.

Luego, acomodé mi cuerpo en el asiento, dejándome llevar por el cansancio, y pronto también caí en el sueño.

No supe cuánto tiempo había pasado cuando me desperté, pero al abrir los ojos, noté que estábamos llegando a nuestro destino. Moví suavemente a Miku para despertarla.

—¿Ya llegamos? —preguntó ella, su voz somnolienta y dulce.

Le respondí con un tono sereno y amable:

—Sí, ya casi llegamos a la central de autobuses.

Miku se acomodó en su asiento, preparándose para salir. Pronto, el autobús entró en la estación y se estacionó. Ambos tomamos nuestras mochilas y descendimos, listos para enfrentar el siguiente capítulo de nuestra aventura.

Caminamos por las calles de la ciudad, observando cómo algunas zonas aún conservaban ese estilo rural que tanto me recordaba a mi infancia. Era una mezcla de lo antiguo con lo moderno, algo que siempre me había fascinado.

Después de un rato, llegamos a la casa de mis padres. Mi corazón latía con fuerza mientras me acercaba a la puerta. Con un suspiro, toqué el timbre.

Esperamos unos segundos hasta que oímos una voz familiar.

—¡Voy! —gritó mi madre desde el interior.

Escuché sus pasos acercándose, y finalmente la puerta se abrió. Ahí estaba, mi madre, con una expresión de sorpresa y alegría en su rostro. No había cambiado mucho, pero se notaba que el tiempo había pasado desde la última vez que nos vimos.

—¡Hijo, me alegra tanto que hayas vuelto! —dijo emocionada, abrazándome con fuerza.

—Gracias, mamá. Yo también te extrañé mucho —respondí, devolviéndole el abrazo con cariño.

Nos separamos, y mi madre me dedicó una sonrisa llena de amor. Sin embargo, en cuanto notó la presencia de Miku, sus ojos se abrieron con sorpresa.

Yo le devolví una sonrisa nerviosa, mientras Miku, un poco avergonzada, se inclinaba levemente en señal de respeto.

—Mucho g-gusto, señora. Mi nombre es Miku Nakano —dijo Miku con un tono suave y respetuoso.

Mi madre, aún sorprendida, le respondió con una sonrisa cálida.

—El placer es mío, linda —dijo ella con un tono calmado.

Nos invitó a entrar, y ambos pasamos a la sala, donde mi padre nos esperaba. Al verme, su rostro se iluminó de felicidad, y no tardó en saludarme con la misma efusividad que mi madre. Pero al ver a Miku, su expresión cambió a una de sorpresa, reflejando la misma curiosidad.

Nos invitaron a tomar asiento, y así lo hicimos. La conversación fluyó de manera relajada al principio, hablando sobre temas triviales y cosas al azar. Sin embargo, de repente, sentí la urgencia de ir al baño, así que me disculpé y me retiré rápidamente.

Cambio de narrador

Después de que T/N se retirara al baño, Miku se quedó sola con los padres de él. Al principio, el ambiente estaba cargado de un silencio incómodo, pero fue la madre quien decidió romperlo.

—Y dime, ¿cuál es la relación que tienes con mi hijo? —preguntó con curiosidad, aunque su tono era amable.

Miku se sonrojó notablemente, nerviosa, pero respondió con sinceridad:

—B-bueno, yo soy su novia —dijo, titubeando un poco.

—Así que están saliendo —respondió la madre, asintiendo con la cabeza.

El padre, que había permanecido en silencio hasta ese momento, fue el siguiente en hablar.

—Y dime, ¿qué es lo que te gusta de nuestro hijo? —preguntó, con un tono serio pero no intimidante.

Miku, aún con nervios pero con más confianza, respondió decidida:

—Me gusta que sea amable, valiente y decidido. También que sea honesto y que nunca se rinde. Para ser honesta, me gusta todo de él.

Al escuchar esto, los padres de T/N no pudieron evitar esbozar una sonrisa de satisfacción.

—Entonces, cuida de nuestro hijo, ¿sí? —dijo la madre con una mirada tierna.

—Por supuesto —respondió Miku con una sonrisa sincera.

Lo que ninguno de ellos sabía era que T/N, quien ya había terminado en el baño, había escuchado toda la conversación desde el pasillo. Su rostro estaba rojo de la vergüenza, pero también se sentía increíblemente feliz por las palabras de Miku.

Cambio de narrador

Después de recomponerme y tomar un respiro profundo, regresé a la sala con una expresión calmada, aunque por dentro, mi corazón latía con fuerza.

Continuará...

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