Capitulo 15

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El siguiente fin de semana, decidí invitar a Nino a pasar un día en el parque. Sabía que ella disfrutaba de los momentos tranquilos y pensaba que este sería un buen escenario para continuar desarrollando nuestra relación. Aún recordaba el beso en la mejilla que me había dado la última vez, y aunque ambos habíamos actuado como si nada, no podía negar que había marcado un antes y un después en nuestra dinámica.

Llegué temprano al parque, con la intención de preparar todo antes de que Nino llegara. Había traído una manta para un picnic, algunas de sus comidas favoritas, y una pequeña sorpresa que esperaba que le gustara. Mientras esperaba, revisé los mensajes en mi teléfono, incluyendo uno de Miku que me decía que esperaba que tuviera un buen día con Nino y que no me preocupara por ella.

Finalmente, vi a Nino acercándose, luciendo más relajada de lo habitual. Su cabello, como siempre, estaba perfectamente peinado, y su expresión, aunque tranquila, dejaba ver un leve nerviosismo.

—Hola, T/N —saludó cuando llegó a mi lado.

—Hola, Nino. Me alegra que pudieras venir —respondí, sonriendo mientras le señalaba la manta.

Nos sentamos, y para mi sorpresa, Nino parecía más cómoda que en nuestra salida anterior. Empezamos a charlar sobre temas ligeros: sus hermanas, sus planes para el futuro, y lo que le gustaba hacer en su tiempo libre. A medida que hablábamos, noté que estaba abriéndose cada vez más, y eso me hizo sentir más conectado con ella.

—¿Sabes? Nunca pensé que disfrutaría tanto de algo tan simple como un picnic —dijo Nino mientras tomaba un bocado de su comida—. Normalmente estoy más enfocada en cosas más prácticas, pero esto... esto es agradable.

—Me alegra que lo pienses así —respondí—. Quería que tuvieras un día relajante, lejos de todo el estrés.

Nino me miró por un momento, y luego bajó la vista, como si estuviera considerando algo importante.

—T/N, he estado pensando... —comenzó, su voz más suave de lo habitual—. Desde que empezamos a pasar tiempo juntos, me he dado cuenta de que... no eres tan malo como pensaba. Al principio, solo lo hacía porque Miku y Mitsuri te querían, pero ahora… no sé, siento que quiero conocerte mejor por mí misma.

Sus palabras me tomaron por sorpresa, pero antes de que pudiera responder, ella continuó.

—Es extraño para mí decir esto, pero siento que estás convirtiéndote en alguien importante para mí. Y eso me asusta un poco —confesó, evitando mi mirada.

Sabía que para Nino, admitir algo así no era fácil, así que tomé su mano suavemente, esperando transmitirle algo de la tranquilidad que yo sentía.

—Nino, no tienes que sentirte asustada. Esto también es nuevo para mí, pero quiero que sepas que me importa mucho lo que pienses y sientas. Y aunque no sé a dónde nos llevará esto, estoy dispuesto a descubrirlo contigo.

Nino finalmente me miró, y pude ver la emoción en sus ojos, mezclada con un toque de vulnerabilidad.

—Gracias, T/N. De verdad... gracias —dijo en voz baja, apretando mi mano.

Nos quedamos así por un momento, disfrutando de la tranquilidad del parque y del hecho de que, poco a poco, estábamos creando un vínculo más fuerte. Nino estaba dejando caer su fachada de chica fuerte y autosuficiente, y yo estaba agradecido de poder ver ese lado más suave y genuino de ella.

El Primer Beso de Verdad

Después del picnic, caminamos juntos por el parque, conversando sobre cosas triviales y disfrutando de la compañía del otro. Había algo diferente en la forma en que Nino me miraba, como si estuviera viendo algo más que solo el chico con el que se había encontrado por casualidad. Y mientras caminábamos, noté un pequeño sendero que llevaba a un jardín escondido, lleno de flores de colores brillantes.

—¿Quieres ver el jardín? —pregunté, señalando el sendero.

Nino asintió, y juntos caminamos hacia el jardín. Era un lugar hermoso, lleno de flores que parecían brillar bajo la luz del sol. Nos detuvimos en medio del jardín, rodeados por el suave aroma de las flores, y por un momento, simplemente disfrutamos del silencio.

—Este lugar es precioso —murmuró Nino, mirando a su alrededor con admiración.

—Lo es —respondí, pero en lugar de mirar el jardín, la miré a ella.

Nino se dio cuenta de mi mirada y se sonrojó ligeramente, pero no apartó la vista.

—¿Por qué me miras así? —preguntó en voz baja.

—Porque... me gusta cómo te ves cuando estás feliz —admití, sintiendo que mis propias palabras eran tan sinceras como las suyas lo habían sido antes.

Nino no respondió de inmediato. En cambio, dio un paso más cerca de mí, sus ojos nunca dejando los míos.

—T/N... —susurró, y antes de que pudiera decir algo más, se inclinó y me besó.

A diferencia del beso rápido y nervioso en la mejilla de la otra vez, este beso fue suave, pero lleno de emoción. Pude sentir todo lo que Nino había estado conteniendo, todas las dudas, todos los miedos, y también todos los sentimientos que había estado guardando.

Cuando finalmente nos separamos, ambos estábamos un poco sin aliento, pero no había duda en sus ojos esta vez. Nino sonrió, un poco tímida, pero también segura de lo que acababa de pasar.

—Supongo que eso responde a muchas preguntas —dijo con una risa suave.

Sonreí, todavía sintiendo el calor de sus labios en los míos.

—Sí, lo hace —respondí, tomando su mano de nuevo mientras comenzábamos a caminar de regreso—. Y solo quiero decirte que no importa cuántas preguntas aparezcan en el camino, quiero responderlas contigo, Nino.

Ella asintió, apretando mi mano con fuerza, y supe en ese momento que nuestra relación había cambiado para siempre. Ahora, había algo más profundo entre nosotros, algo que iba más allá de las palabras. Y aunque todavía nos quedaba mucho por descubrir, ambos estábamos dispuestos a enfrentarlo juntos.

Continuará...

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