Capitulo 13

17 3 0
                                    

Después de ese día en el parque y en el cine, empecé a notar pequeños cambios en mi relación con Nino. Aunque seguía siendo la misma chica directa y con un toque de arrogancia, había algo diferente en su manera de interactuar conmigo. Su actitud distante y tsundere parecía suavizarse poco a poco, dejando entrever una Nino más vulnerable y cercana.

Un Encuentro Inesperado

Una tarde, mientras Mitsuri y Miku estaban ocupadas con unos recados para la casa, decidí dar un paseo por la ciudad. Necesitaba un poco de aire fresco y tiempo para pensar. Sin embargo, no esperaba encontrarme con Nino en una pequeña cafetería que frecuentaba. Estaba sentada sola, con una bebida caliente en sus manos y una expresión pensativa en su rostro.

No pude evitar acercarme y saludarla.

—Hola, Nino. ¿Te importa si me siento contigo? —pregunté, un poco nervioso.

Nino levantó la vista, y aunque su expresión se mantuvo neutral, no había rastro de la irritación habitual.

—Haz lo que quieras —respondió, encogiéndose de hombros.

Me senté frente a ella, y durante unos segundos, ninguno de los dos dijo nada. El silencio entre nosotros no era incómodo, pero sentía que había algo en su mente.

—¿Todo bien? —pregunté finalmente, tratando de romper el hielo.

Nino dejó escapar un pequeño suspiro antes de responder.

—Solo estaba pensando… en cómo han cambiado las cosas últimamente —dijo, mirando su taza de café.

—¿A qué te refieres? —pregunté, genuinamente interesado.

—Bueno, a esto. A nosotras, a ti, a todo. No es que lo odie, pero... no puedo evitar sentir que todo ha sido tan repentino —admitió, su tono más suave de lo habitual.

—Entiendo a lo que te refieres —dije, asintiendo—. Para mí también ha sido un gran cambio, pero creo que todos estamos tratando de adaptarnos.

Nino me miró fijamente, como si estuviera evaluando mis palabras. Luego, su expresión se suavizó un poco más.

—¿Y cómo te sientes al respecto? —preguntó, en un tono que no había escuchado antes.

Tomé un momento para pensar en mi respuesta.

—Me siento... agradecido —dije finalmente—. Estoy agradecido de tener a Miku en mi vida, y ahora también a Mitsuri y a ti. Sé que todo esto es nuevo y complicado, pero estoy dispuesto a hacer que funcione, si tú también lo estás.

Nino no dijo nada por un momento, pero luego, una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

—No eres tan tonto como pareces, ¿eh? —dijo, aunque su tono no tenía la habitual dureza—. Supongo que también quiero que funcione.

Esa pequeña admisión significó mucho para mí. Aunque Nino no era del tipo que expresaba sus sentimientos fácilmente, este pequeño paso adelante me hizo sentir más cerca de ella.

Un Día de Compras

Unos días después, Miku y Mitsuri decidieron salir juntas para hacer algunas compras de ropa. Aproveché la oportunidad para pasar un poco de tiempo a solas con Nino, quien no parecía muy entusiasmada con la idea, pero no se opuso.

Fuimos a un centro comercial cercano, donde Nino parecía estar en su elemento, mirando escaparates y criticando la moda que no le gustaba. Aunque trataba de mantener su actitud distante, noté que se divertía, aunque no lo admitiera.

—¿Qué te parece esta? —preguntó Nino, mostrándome una chaqueta que había encontrado en una tienda.

—Creo que te quedaría bien —respondí honestamente—. Tienes buen gusto.

Nino pareció sorprendida por mi respuesta, pero no lo mostró demasiado.

—Claro que lo tengo. No esperaría menos de mí —dijo, pero había un toque de satisfacción en su voz.

Mientras continuábamos caminando por el centro comercial, me di cuenta de que Nino se estaba abriendo más a mí. Aunque seguía siendo la misma chica fuerte e independiente, había momentos en los que dejaba caer su guardia, mostrando una faceta más suave y vulnerable.

Finalmente, terminamos en la sección de comida, donde Nino sugirió que tomáramos un descanso y comiéramos algo.

—T/N —dijo de repente, mientras mordía un trozo de pizza—. ¿Qué fue lo que te atrajo de Miku?

La pregunta me tomó por sorpresa, pero no dudé en responder.

—Bueno, Miku siempre ha sido alguien especial para mí. Su amabilidad, su inteligencia, su manera de ver el mundo... Siempre me ha hecho sentir como si pudiera ser yo mismo a su lado —dije sinceramente.

Nino asintió, como si estuviera pensando en lo que acababa de decir.

—Entiendo. Miku siempre ha sido la más dulce de nosotras. Supongo que tiene sentido que te enamoraras de ella —dijo, con una leve sonrisa.

—Pero ahora también estás tú —agregué—. Y aunque las cosas empezaron de manera diferente con nosotras, creo que también tenemos algo especial. Me gusta pasar tiempo contigo, Nino. Eres única, y no puedo imaginarme nuestra vida sin ti ahora.

Nino pareció sorprendida por mis palabras, y por un momento, no dijo nada. Luego, su expresión se suavizó, y un leve rubor apareció en sus mejillas.

—Tonto... No digas cosas así tan de repente —murmuró, mirando hacia otro lado.

Pero aunque intentaba esconderlo, pude ver la pequeña sonrisa que luchaba por aparecer en sus labios. Ese pequeño gesto me hizo sentir que habíamos avanzado un poco más en nuestra relación.

Reflexiones Nocturnas (Parte II)

Esa noche, después de regresar a casa, no pude evitar pensar en cómo había cambiado mi relación con Nino en tan poco tiempo. Lo que comenzó como una interacción algo tensa y distante, se estaba convirtiendo en una conexión más profunda y significativa.

Miku, quien siempre parecía saber lo que estaba pensando, me sorprendió mientras estaba perdido en mis pensamientos.

—¿Pensando en Nino? —preguntó con una sonrisa.

—Sí... Ha sido un día interesante —admití.

Miku asintió, y luego se sentó a mi lado.

—Estoy feliz de que estés conectando con ella —dijo suavemente—. Nino siempre ha sido alguien difícil de leer, pero cuando se preocupa por alguien, lo hace con todo su corazón. Estoy segura de que está empezando a sentir lo mismo por ti.

Sonreí, sintiéndome más seguro de lo que habíamos construido juntos.

—Gracias, Miku. No sé qué haría sin ti.

Miku simplemente sonrió y apoyó su cabeza en mi hombro, mientras ambos disfrutábamos del silencio de la noche.

En ese momento, Mitsuri apareció en la sala, con su energía habitual.

—¡T/N, Miku! ¡Vamos a ver una película juntos! —exclamó, emocionada.

Miku y yo intercambiamos miradas y luego sonreímos.

—Claro, Mitsuri. Vamos —respondí, levantándome del sofá.

Mientras nos acomodábamos en el sofá, con Mitsuri en medio y Miku a mi lado, sentí que, aunque nuestra relación seguía siendo compleja y llena de desafíos, estábamos en el camino correcto. Y sabía que, con el tiempo, Nino, Miku, Mitsuri y yo seguiríamos fortaleciendo nuestra conexión, creando algo único y especial.

Continuará...

¿Esto Es Un Sueño?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora