Capitulo 14

15 2 0
                                    

Después de la película, Mitsuri se quedó dormida en el sofá, acurrucada entre Miku y yo. Decidí llevarla a su habitación, y mientras la dejaba en su cama, me di cuenta de cuánto había crecido nuestra relación en tan poco tiempo. Mitsuri era una parte esencial de nuestras vidas ahora, pero esa noche, mi mente seguía volviendo a Nino y a la conversación que habíamos tenido.

Cuando regresé a la sala, me encontré con Miku, quien parecía estar esperando algo. Su expresión era tranquila, pero en sus ojos podía ver que había algo que quería decir.

—¿Pasa algo, Miku? —le pregunté mientras me sentaba a su lado.

—T/N, ¿puedo hacerte una pregunta? —dijo en voz baja, mirándome con esos ojos llenos de ternura.

Asentí, esperando lo que fuera que quisiera decir.

—¿Cómo te sientes realmente con Nino? —preguntó, sin rodeos.

La pregunta me tomó por sorpresa. Sabía que Miku era muy perceptiva, pero no esperaba que fuera tan directa sobre el tema.

—Bueno… —comencé, buscando las palabras adecuadas—. Es complicado, Miku. Nino es diferente, y aunque al principio pensé que sería difícil acercarme a ella, ahora me doy cuenta de que realmente me importa. Es como si poco a poco estuviera descubriendo una parte de ella que no muestra a los demás, y eso me hace querer conocerla más.

Miku me miró en silencio durante un momento, y luego una suave sonrisa apareció en sus labios.

—Me alegra escucharlo, T/N. Sé que Nino no es fácil de tratar, pero creo que ella también está empezando a sentirse más cómoda contigo. Solo te pido una cosa —dijo, tomando mi mano con delicadeza—. No te olvides de lo que tenemos tú y yo.

—Nunca lo haría, Miku —respondí, apretando su mano suavemente—. Tú siempre serás especial para mí.

Miku asintió y luego me dio un abrazo cálido. Sentí que nuestras palabras habían fortalecido nuestra relación, asegurando que, aunque nuestras vidas se estaban complicando con la llegada de Mitsuri y ahora Nino, nada cambiaría lo que sentía por ella.

Una Salida Especial

Unos días después, mientras Miku estaba ocupada con unos estudios y Mitsuri asistía a una clase de cocina, decidí invitar a Nino a salir, solo los dos. Aunque sabía que sería un desafío hacer que aceptara, sentí que era importante pasar tiempo a solas con ella para fortalecer nuestra conexión.

Cuando se lo propuse, Nino me miró con escepticismo.

—¿Quieres que salga contigo? ¿Por qué debería hacerlo? —preguntó, cruzándose de brazos.

—Porque quiero conocerte mejor, Nino —respondí con sinceridad—. Además, no será una salida cualquiera. Tengo algo especial planeado.

Nino levantó una ceja, intrigada por mi propuesta.

—Está bien, pero si resulta ser aburrido, te lo haré pagar —dijo con una sonrisa juguetona.

La llevé a un pequeño café que había descubierto recientemente, un lugar acogedor y tranquilo que sabía que le gustaría. Cuando llegamos, Nino pareció sorprendida por la elección del lugar.

—No esperaba algo tan… tranquilo —comentó mientras nos sentábamos.

—Sabía que te gustaría —dije, sonriendo.

Pasamos la tarde hablando de cosas que nunca habíamos discutido antes: su familia, sus sueños, e incluso sus frustraciones. Nino, quien usualmente era reservada, se abrió más de lo que esperaba, lo que me permitió ver un lado de ella que normalmente mantenía oculto.

—¿Sabes, T/N? No soy tan complicada como todos piensan —dijo Nino, mirando su taza de café—. Solo me cuesta confiar en la gente. He tenido que cuidar de mis hermanas durante tanto tiempo que a veces siento que no puedo relajarme y ser yo misma.

—Entiendo, Nino. Pero aquí, contigo, quiero que sepas que puedes ser quien quieras ser, sin preocupaciones —respondí, tomándola de la mano.

Nino me miró, y por un momento, pareció que iba a apartar la mano. Sin embargo, la dejó ahí, permitiéndome sentir el calor de su piel.

—Gracias, T/N. De verdad —dijo en voz baja, y pude ver un leve rubor en sus mejillas.

El Primer Beso

Al final de la noche, después de haber pasado horas hablando y riendo juntos, decidí llevar a Nino a su casa. Mientras caminábamos, el silencio entre nosotros era cómodo, lleno de entendimiento mutuo. Cuando llegamos a la puerta de su casa, Nino se detuvo y me miró directamente a los ojos.

—T/N… —comenzó, pero parecía dudar.

—¿Qué pasa, Nino? —pregunté, preocupado por su repentina vacilación.

—Nada, solo… Gracias por hoy. Lo pasé bien —dijo, y por un momento, pensé que eso sería todo.

Pero antes de que pudiera responder, Nino se acercó y me dio un beso rápido en la mejilla, lo suficientemente rápido como para que casi no lo sintiera. Cuando se apartó, su cara estaba completamente roja.

—¡No te lo tomes como algo especial! Solo… estaba en el momento, eso es todo —dijo rápidamente, claramente avergonzada.

Me quedé allí, sorprendido pero sonriendo.

—Claro, Nino. Lo que tú digas —respondí con una sonrisa.

Nino me miró con una mezcla de frustración y diversión, pero al final, solo suspiró y sonrió.

—Nos vemos mañana, T/N. Buenas noches —dijo, antes de entrar rápidamente a su casa.

Esa noche, mientras regresaba a mi casa, no podía dejar de sonreír. Sabía que algo había cambiado entre Nino y yo, y aunque todavía teníamos un largo camino por recorrer, sentía que estábamos en la dirección correcta. Nino no era solo una chica más en mi vida; se estaba convirtiendo en alguien especial, y estaba dispuesto a hacer todo lo posible para que esa relación creciera.

Continuará...

¿Esto Es Un Sueño?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora