Capitulo 9

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Taehyung llegó al parque, su mirada escaneando el lugar hasta encontrar a Jimin, sentado en un banco bajo la sombra de un árbol, con la cabeza gacha y los hombros hundidos. Sin decir una palabra, caminó hacia él y se sentó a su lado, dejando que el silencio hablara por ambos. Jimin no levantó la vista, pero la presencia de su amigo a su lado le hizo sentir un poco menos perdido en medio del caos que llevaba dentro.

Pasaron unos minutos en los que ninguno de los dos dijo nada. Taehyung sabía que Jimin necesitaba tiempo para hablar, y no estaba dispuesto a presionarlo. En cambio, simplemente esperó, ofreciendo su apoyo de la única manera que sabía: estando ahí, sin exigir respuestas ni explicaciones.

Finalmente, Jimin tomó aire, como si reunir el valor para decir algo fuera un esfuerzo titánico.

—No sé cómo llegamos a esto —murmuró, su voz quebrada—. Todo se ha desmoronado tan rápido.

Taehyung asintió en silencio, comprendiendo lo difícil que debía ser para él poner en palabras todo lo que sentía. Sabía que Jimin llevaba un peso enorme sobre sus hombros, uno que parecía hacerse más pesado con cada día que pasaba. Decidió no preguntar sobre los detalles de la ruptura; Jimin hablaría cuando estuviera listo. Lo que más le preocupaba era ver a su amigo tan frágil, como si estuviera al borde de romperse en mil pedazos.

—¿Quieres venir a mi casa? —sugirió Taehyung con suavidad—. No tienes que estar aquí solo, mirando al vacío. Podemos ir y descansar un rato.

Jimin asintió, agradecido de no tener que enfrentar la soledad por su cuenta. Caminaron en silencio hasta la casa de Taehyung, que no estaba lejos. Mientras lo hacían, Jimin intentaba mantener la compostura, pero por dentro luchaba con una confusión que iba más allá de lo emocional. Había estado sintiéndose extrañamente agotado, y había notado cambios en su cuerpo que no lograba entender del todo, pero atribuía todo al estrés. No quería darle más vueltas ahora.

Al llegar a la casa, Taehyung lo guió hasta el sofá y fue a la cocina para prepararles algo caliente. Cuando volvió, Jimin estaba recostado, con una mano sobre su estómago y una expresión ausente en su rostro. Le ofreció una taza de té, y Jimin la aceptó con una sonrisa débil.

—Bebe un poco, te hará sentir mejor —le dijo Taehyung mientras se sentaba a su lado.

Jimin asintió y tomó un pequeño sorbo, dejando que el calor le reconfortara la garganta. Pero, incluso mientras intentaba relajarse, no podía sacudirse una sensación persistente de malestar que lo había estado acompañando en los últimos días. Era sutil, como una incomodidad que iba y venía, pero no lo suficiente como para alarmarse. Solo estaba cansado, se repetía a sí mismo.

Taehyung lo observó con atención, notando cómo Jimin parecía luchar por mantenerse presente en la conversación. Aunque no mencionó nada, había captado pequeños gestos, como la manera en que Jimin tocaba su estómago de vez en cuando o la forma en que cerraba los ojos brevemente, como si intentara lidiar con una sensación desagradable. Algo no encajaba del todo, pero decidió no presionar. Jimin tenía suficiente en su mente.

—Si necesitas descansar, puedes quedarte aquí tanto tiempo como quieras —dijo Taehyung finalmente, rompiendo el silencio con una voz suave—. No tienes que tomar ninguna decisión ahora ni enfrentarlo todo de una vez.

—Gracias, Tae —murmuró Jimin, tratando de contener las lágrimas que amenazaban con brotar—. No sé qué haría sin ti.

Taehyung le sonrió con ternura y le dio un pequeño apretón en el brazo, transmitiéndole todo el apoyo que podía. Mientras Jimin se recostaba en el sofá y cerraba los ojos, Taehyung decidió dejarlo descansar. Sin embargo, no pudo evitar sentir una pequeña preocupación en el fondo de su mente. Había algo en Jimin que iba más allá del dolor emocional. Pero por ahora, lo más importante era que su amigo no estaba solo, y eso, al menos, era un primer paso hacia adelante.

Mientras Jimin se acomodaba en el sofá, llevando instintivamente una mano a su abdomen en busca de consuelo, la sensación persistente de algo diferente seguía ahí, apenas perceptible. Pero, por ahora, decidió no pensar demasiado en ello.

TRUE  LOVE YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora