Yoongi estaba en su oficina, la luz de la tarde se filtraba a través de las persianas mientras intentaba sumergirse en el trabajo. Pero la verdad era que no podía concentrarse. La decisión de pedir el divorcio ya estaba tomada, y los papeles estaban próximos a ser entregados a Jimin para ser firmados y el pensamiento le atormentaba. El peso de la traición y el dolor que había causado parecía aplastante.
La puerta de su oficina se abrió con suavidad, y Hyuna entró con la confianza de alguien que sabía exactamente el efecto que tenía en él. Su presencia siempre era una mezcla de seducción y desafío, y en ese momento, estaba perfectamente consciente de lo que estaba haciendo. Llevaba un vestido ajustado, de color rojo intenso, y sus labios estaban pintados de un tono igualmente llamativo. Su mirada estaba llena de una satisfacción calculada.
—¿Sigues aquí atormentándote? —preguntó, su voz tan dulce como venenosa mientras se acercaba a él—. ¿No crees que es hora de que dejes de lamentarte y empieces a disfrutar de lo que es la felicidad?
Yoongi levantó la vista, sus ojos cansados y cargados de culpa. No podía evitarlo; Hyuna siempre lograba encender esa chispa de deseo, aunque el remordimiento seguía ardiendo en el fondo. El solo verla le recordaba las decisiones que había tomado y el impacto que estas tendrían en su vida.
—No es tan simple —respondió, su voz temblando ligeramente. A pesar de sus esfuerzos por mantener la compostura, su tono traicionaba la tormenta que sentía por dentro.
Hyuna sonrió con malicia, acercándose más, su perfume envolviéndolo. Sus manos se posaron en su escritorio, y ella se inclinó hacia él, dejando que su cercanía le resultara abrumadora. No necesitaba decir mucho; su presencia ya decía todo lo que necesitaba.
—Claro que es simple —susurró, su aliento caliente en el oído de Yoongi—. Jimin ya no es tu problema. Tú lo terminarás y Pedirás el divorcio, romperás todo lo que tenías con él. Ahora, lo único que quedara es seguir adelante y disfrutar del nuevo comienzo. Y yo estaré aquí para ayudarte a hacerlo.
Hyuna sabía exactamente cómo manipularlo. Cada palabra que decía estaba diseñada para deshacer cualquier rastro de culpa o duda. No le importaba Jimin, ni lo que había pasado entre ellos; para ella, todo se reducía a mantener a Yoongi bajo su control.
—¿Ya pediste el divorcio? —inquirió ella, con un tono de satisfacción maliciosa—. Yoongi solo atinó a asentir con la cabeza-.Te felicito. Es un paso necesario para que podamos estar juntos sin más complicaciones. Ya no hay vuelta atrás.
Yoongi sintió un peso en el pecho al escuchar esas palabras. Había tomado la decisión de pedir el divorcio, pero escucharlo así, de la boca de Hyuna, parecía hacer la realidad aún más cruda. No era solo una decisión legal; era el final de un capítulo importante de su vida.
—Sí, ya lo pedí —admitió con voz áspera—. Se lo dije a Jimin esta mañana el ya sabía de lo nuestro; No puedo dejar de pensar en cómo se sintió al escucharme
Hyuna lo miró con una mezcla de desdén y diversión, sin la menor señal de empatía. Sabía que esa lucha interna solo era una fase que él atravesaría antes de finalmente entregarse por completo a lo que ella le ofrecía.
—Mira, Yoongi —dijo mientras se movía más cerca, su mano rozando su pecho con una familiaridad calculada—. Hiciste lo que tenías que hacer. Jimin era una carga, un obstáculo en tu camino hacia lo que realmente deseas. Ahora, puedes concentrarte en nosotros. Deja de torturarte por algo que ya está acabado.
Sus palabras eran una mezcla de confort superficial y manipulación. No había ternura en su tono, solo una firme certeza de que su deseo de tener a Yoongi bajo su control era lo único que importaba. Hyuna se inclinó para besarlo, su toque lleno de posesión y seguridad, un recordatorio de lo que ella podía ofrecer.
Yoongi se dejó llevar por el beso, una sensación que era tanto un alivio temporal como una traición a su propia conciencia. En ese momento, sintió que todo se desmoronaba a su alrededor. Había cruzado una línea, y aunque la presencia de Hyuna era una especie de escapatoria, también sabía que estaba dejando atrás algo que nunca podría recuperar.
Cuando finalmente se separaron, Hyuna lo miró con una sonrisa satisfecha.
—Todo estará bien, Yoongi. Lo complicado ya terminó. Solo tienes que dejar de pensar y empezar a disfrutar de lo que viene.
Pero mientras ella se alejaba, Yoongi sintió una creciente desesperanza. Había tomado una decisión que parecía liberar a su presente, pero también lo atrapaba en un futuro lleno de incertidumbre y arrepentimiento. La puerta se cerró detrás de Hyuna, y Yoongi se quedó solo en la oficina, sintiendo el peso de sus decisiones hundiéndolo más en un vacío que parecía no tener fin.
ESTÁS LEYENDO
TRUE LOVE YOONMIN
FanficEra el amor de su vida pero aún así se acostaba con su secretaria.