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El sonido de la puerta cerrándose detrás de Jimin resonó en toda la casa, dejando a Yoongi solo en la penumbra de su oficina. El beso había sido intenso, lleno de emociones reprimidas, pero no había traído la paz que ambos buscaban. Yoongi pasó una mano por su rostro, sintiendo el peso de todo lo que había hecho y la incertidumbre de lo que estaba por venir.

Mientras tanto, Jimin caminaba hacia su habitación, tratando de mantener la compostura. Sus labios aún ardían por el beso, pero su mente era un caos de pensamientos. Su corazón latía con fuerza, recordándole que, a pesar de todo, aún lo amaba. Pero el amor, ¿sería suficiente?

Jimin se sentó en la cama, mirando al vacío. Los recuerdos de Yoongi y él, de los momentos buenos, parecían ahora un eco lejano, distorsionado por la traición. Sin embargo, no podía ignorar lo que aún sentía por él, esa conexión innegable que parecía persistir a pesar de las heridas.

Se quedó un momento en silencio, respirando hondo, y luego decidió hacer algo que llevaba tiempo postergando. Sacó su teléfono y marcó un número familiar, esperando unos segundos antes de escuchar la voz al otro lado de la línea.

—¿Jimin? —la voz profunda y cálida de Taehyung lo saludó, con esa familiaridad que siempre lograba calmarlo.

—¿Puedes venir? —fue todo lo que Jimin dijo. Su voz estaba apagada, pero Taehyung, siendo su amigo de tantos años, comprendió al instante que algo andaba mal.

—Estoy en camino —respondió sin dudarlo.

Jimin colgó el teléfono y dejó escapar un suspiro. Sabía que necesitaba a alguien en quien confiar, alguien que lo escuchara sin juzgar. Taehyung había estado con él en los momentos más difíciles, y ahora, más que nunca, necesitaba ese apoyo.

Pasó el tiempo, y la casa volvió a sumirse en el silencio. Jimin escuchó el suave golpe en la puerta de entrada y fue a abrirla. Allí, parado bajo la luz del porche, estaba Taehyung, con una expresión de preocupación en el rostro.

—¿Estás bien? —preguntó Taehyung en cuanto vio la expresión abatida de su amigo.

Jimin asintió débilmente, aunque no estaba seguro si era verdad. Sin decir más, lo dejó entrar, y ambos caminaron hasta la sala de estar. Se sentaron en el sofá, donde una quietud incómoda los envolvió por unos segundos.

—Yoongi y yo... —comenzó Jimin, su voz temblorosa—. Tuvimos una conversación. Fue... complicado.

Taehyung lo miró, su mirada comprensiva pero preocupada.

—¿Qué pasó?

Jimin respiró profundamente, como si estuviera intentando reunir las fuerzas para decirlo en voz alta.

—Nos besamos Tae. —Las palabras salieron con dificultad, como si dolieran más al ser pronunciadas—. Y aunque intentamos hablar, no sé si puedo perdonarlo.

Taehyung lo miró fijamente, sus ojos llenos de una mezcla de sorpresa y tristeza. Sabía cuánto Jimin amaba a Yoongi, cuánto había invertido en esa relación. Sin embargo, también entendía el dolor que debía estar sintiendo.

—Jimin... —Taehyung susurró, colocando una mano sobre su hombro—. No tienes que decidir ahora. Nadie espera que sepas qué hacer de inmediato.

Jimin asintió, pero la duda seguía atormentándolo.

—Él dice que me ama, y yo... yo aún lo amo también. Pero, ¿cómo puedo confiar en él de nuevo? Cada vez que lo miro, solo puedo recordar lo que hizo. —Su voz se quebró al final, y las lágrimas que había estado conteniendo comenzaron a deslizarse por sus mejillas.

Taehyung lo atrajo hacia él, envolviéndolo en un abrazo cálido. Jimin dejó que las lágrimas fluyeran, aferrándose a su amigo como si fuera su ancla en medio de la tormenta.

—Es normal sentirte así —murmuró Taehyung, acariciando su cabello en un gesto de consuelo—. Y está bien no saber qué hacer. Tienes derecho a tomarte tu tiempo, a procesar todo esto a tu manera.

Jimin asintió contra el pecho de Taehyung, agradecido por su presencia. Por un momento, se permitió simplemente sentir el consuelo de estar rodeado por alguien que lo entendía, sin esperar nada a cambio. Pero en el fondo, aún sabía que tarde o temprano tendría que tomar una decisión.

Después de unos minutos, Jimin se apartó ligeramente, secándose las lágrimas con el dorso de la mano.

—Gracias por venir, Tae. De verdad.

—Siempre, Jimin. No importa lo que pase, siempre estaré aquí para ti.

Jimin sonrió débilmente, aunque el dolor seguía presente. Sabía que, aunque estaba lejos de sentirse bien, el tener a Taehyung a su lado le daba fuerzas.

—¿Y tú? —preguntó Jimin, intentando desviar un poco la atención de sí mismo—. ¿Cómo has estado?

Taehyung lo miró con una pequeña sonrisa, agradecido por el intento de cambiar de tema, aunque no pasó desapercibido para él que Jimin necesitaba tiempo antes de retomar esa conversación.

—He estado bien. El trabajo va bien, y he estado viendo a alguien últimamente.

—¿De verdad? —preguntó Jimin, sorprendido—. ¿Por qué no me dijiste nada?

—Bueno, no es nada serio todavía —respondió Taehyung, encogiéndose de hombros—. Pero me está gustando cómo van las cosas.

Jimin sonrió genuinamente esta vez, contento de escuchar algo positivo en medio de su propio caos.

—Me alegra oír eso, Tae. Realmente lo mereces.

Taehyung le devolvió la sonrisa, aunque su mirada seguía cargada de preocupación por su amigo. Sabía que Jimin aún tenía mucho que procesar, pero también sabía que no lo dejaría solo en ese viaje.

Ambos se quedaron allí, en la tranquilidad de la sala de estar, disfrutando de la compañía mutua, aunque las palabras seguían siendo innecesarias. Mientras tanto, Yoongi, desde el otro lado de la casa, se sentía más solo que nunca, atrapado en su propia espiral de arrepentimiento y culpa, preguntándose si alguna vez lograría reparar el daño que había causado.

Jimin sabía que la conversación con Yoongi estaba lejos de terminar, pero esa noche, agradeció tener a alguien como Taehyung a su lado.

Para las fans de Tae y Jk como pareja jsjsjs se vienen consistas lindas 🙏🏻

TRUE  LOVE YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora