Yoongi no podía sacudirse la sensación de inquietud que lo envolvía. Desde que Jimin había descubierto la verdad sobre su traición, su vida se había convertido en una montaña rusa de emociones. A pesar de sus intentos de enfocarse en el trabajo y en el futuro que deseaba construir con Jimin y su bebé, los recuerdos de su infidelidad seguían acechándolo como sombras.
Cuando Hyuna entró a la oficina esa mañana, el aire cambió. Había una mezcla de desafío y seducción en su andar que lo incomodaba. Ella cerró la puerta tras de sí con un suave clic, y él sintió un escalofrío recorrer su espalda.
—¿Tienes un momento, Yoongi? —preguntó, su sonrisa insinuando más de lo que debía.
—No estoy de humor para juegos, Hyuna —respondió él, tratando de mantener su voz firme mientras se concentraba en la pantalla de su computadora. Sabía que no debía permitir que su presencia lo afectara.
Hyuna se acercó a su escritorio, sus tacones resonando en el suelo pulido, una melodía inquietante que retumbaba en su mente. Cuando se inclinó ligeramente, él no pudo evitar notar la fragancia que emanaba de ella; una mezcla de dulzura y peligro que le provocaba incomodidad.
—Yoongi, entiendo que las cosas no están bien entre nosotros —comenzó, su tono suave y persuasivo—. Pero realmente creo que podemos arreglar esto.
Él levantó la mirada, encontrando la intensidad de sus ojos. La última vez que habían hablado, él había cortado todos los lazos. No quería que su cercanía lo llevara a ese lugar de nuevo.
—No hay nada que arreglar —dijo con firmeza—. Lo que pasó entre nosotros fue un error. Un grave error.
Hyuna sonrió, pero era una sonrisa que no traía consigo la paz que él anhelaba. En su lugar, había un destello de desafío, un recordatorio de lo que una vez compartieron.
—Un error del que aprendimos, ¿no? —dijo, acercándose un poco más—. Sabes que hemos estado juntos muchas veces, y esa conexión no se borra de la noche a la mañana.
Él sintió que una ola de incomodidad lo invadía. No quería recordar esos momentos, esos encuentros que le habían costado tanto.
—No quiero recordarlo. No quiero verte. Y, sobre todo, no quiero tener nada que ver contigo. Jimin merece más que esto —replicó, su voz más firme.
—¿Y tú? —preguntó ella, desafiándolo—. ¿Qué mereces tú, Yoongi? ¿Seguir escondido detrás de tu dolor y la culpa? Eso no te hará feliz.
Él sintió una punzada de molestia, pero también un destello de inseguridad. Lo que decía Hyuna tenía algo de verdad. Había estado sufriendo, atormentado por sus decisiones. Pero no podía permitir que ella lo llevara a ese lugar de nuevo.
—No voy a caer en tus juegos otra vez —declaró, intentando que su tono sonara más seguro de lo que se sentía—. Jimin es lo que importa ahora.
Hyuna frunció el ceño, como si su confianza fuera un desafío que estaba dispuesta a aceptar.
—Oh, sí, Jimin... el hombre que te ha perdonado, que ha estado a tu lado a pesar de todo. ¿Pero qué pasará cuando se dé cuenta de que no puedes olvidarme tan fácilmente? —dijo con un tono de voz insinuante.
La tensión en el aire era palpable, y aunque él quería rechazarla, una parte de él se sintió tentada. Pero recordando el amor que sentía por Jimin y lo que habían construido juntos, se obligó a mantenerse firme.
—¡Basta! —gritó, su voz resonando en la oficina vacía—. Esto se acabó.
Ella lo miró, su expresión ahora seria, y él se dio cuenta de que había cruzado una línea. Ella no iba a rendirse tan fácilmente, y lo sabía. Pero él estaba decidido a no dejar que sus manipulaciones lo arrastraran de nuevo.
—Entiende que no me iré tan fácilmente. He estado contigo en la cama muchas veces, compartimos algo que no se puede olvidar. ¿Realmente crees que solo puedo desaparecer?
La afirmación de Hyuna lo golpeó como un puñetazo en el estómago. Las imágenes de su pasado juntos inundaron su mente, pero él se obligó a pensar en Jimin, en su confianza y en el futuro que estaban construyendo.
—¿Qué quieres? —dijo, forzándose a mantener la voz neutral, aunque su corazón latía desbocado—. ¿Realmente crees que puedes simplemente aparecer y esperar que todo vuelva a ser como antes?
—Yoongi, tú y yo sabemos que hay algo entre nosotros —dijo, su voz ahora un susurro seductor—. ¿Por qué no aprovechar lo que tenemos? Podríamos ser felices, solo nosotros dos, como antes.
Él sintió un tirón en su corazón al recordar esos momentos. Pero una voz en su mente le gritaba que no podía dejarse llevar por esa tentación.
—No, Hyuna. No puedo hacer eso. No puedo perder a Jimin.
—¿Perderlo? —replicó ella, acercándose aún más—. ¿Qué tal si Jimin no puede darte lo que yo puedo? ¿Y si se da cuenta de que no eres lo que él necesita?
Esa insinuación lo hirió más de lo que esperaba. La duda comenzó a abrirse paso en su mente, pero se aferró a la certeza de su amor por Jimin.
—No voy a dejar que me manipules de nuevo. Estoy con Jimin y eso no va a cambiar —dijo con determinación, aunque la inseguridad latente en su voz era innegable.
Hyuna sonrió, pero era una sonrisa que no traía consigo la paz que él anhelaba.
—Está bien, Yoongi. Pero esto no ha terminado. Siempre habrá una parte de ti que se preguntará "¿y si...?". Y yo estaré aquí para recordártelo.
Él la observó mientras ella se retiraba, su corazón agitado. Sabía que ella no se rendiría fácilmente, que seguiría acechando como un depredador en las sombras. Pero esta vez, estaba decidido a no dejar que su pasado lo atrapara. Se alejó de la ventana, apretando los puños, intentando disipar la confusión en su mente.
Era hora de volver a Jimin, a la familia que realmente quería. Pero a medida que se sumergía en sus pensamientos, una pequeña parte de él se preguntaba si podría mantenerse firme ante las tentaciones de Hyuna. Se prometió que lo haría, que lucharía por lo que realmente quería, por el amor que sentía por Jimin y por el futuro que ambos merecían.
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TRUE LOVE YOONMIN
FanfictionEra el amor de su vida pero aún así se acostaba con su secretaria.