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Taehyung estaba parado frente al espejo de su habitación, ajustando el cuello de su chaqueta. Su mente vagaba entre los recuerdos de la última noche que pasó con Jimin, consolando a su mejor amigo en uno de los momentos más difíciles de su vida. Pero esta noche era distinta, había algo de emoción en el aire, una anticipación que le revolvía el estómago.

Su teléfono vibró sobre la cama y, al mirarlo, una sonrisa se dibujó en su rostro. Era un mensaje de Jungkook, el chico que había conocido en aquella fiesta meses atrás, en el capítulo de su vida que nunca había esperado escribir. Desde entonces, habían compartido mensajes, pequeñas salidas, y un sinfín de miradas que dejaban mucho por decir.

Jungkook:
"Estoy en camino, ¿listo?"

Taehyung soltó una risita, revisándose una última vez en el espejo antes de responder.

Taehyung:
"Siempre estoy listo ;)"

El corazón de Taehyung latía más rápido de lo normal, algo poco habitual para él. Por lo general, tenía una confianza arrolladora, pero había algo en Jungkook que lo desarmaba, lo hacía sentir vulnerable de una manera que no estaba acostumbrado. Cerró los ojos por un momento, tratando de calmar su agitación interna, y salió de su habitación justo cuando el sonido del timbre resonó por toda la casa.

Cuando abrió la puerta, allí estaba Jungkook, con su chaqueta de cuero negro, una camiseta blanca ajustada y una sonrisa que parecía iluminar la noche. Taehyung sintió su respiración detenerse por un segundo. Jungkook era guapo, de una manera casi intimidante, pero había algo en su mirada, algo suave y juguetón que equilibraba esa intensidad.

—¿Te ves increíble, lo sabías? —dijo Jungkook con una media sonrisa.

—Bueno, tú tampoco te quedas atrás —respondió Taehyung, sintiendo un leve calor en sus mejillas.

Ambos compartieron una risa ligera antes de que Jungkook hiciera un gesto hacia su motocicleta estacionada en la acera.

—¿Listo para la aventura?

Taehyung lo miró de arriba abajo, una sonrisa juguetona en su rostro.

—Depende de qué tipo de aventura estemos hablando.

Jungkook lo miró de reojo, sus ojos brillando con picardía.

—Ya lo descubrirás.

El viento fresco de la noche golpeaba el rostro de Taehyung mientras la motocicleta de Jungkook se deslizaba suavemente por las calles de Seúl. Estaba sentado detrás de él, sus brazos alrededor de su cintura, sintiendo la conexión física entre ellos en cada curva, cada aceleración. Había algo liberador en esa sensación, algo que lo hacía sentir vivo.

Jungkook condujo hasta las afueras de la ciudad, donde las luces se desvanecían y el cielo nocturno parecía más vasto y despejado. Llegaron a un pequeño mirador, donde podían ver toda la ciudad a lo lejos, parpadeando como un millón de estrellas artificiales. Jungkook apagó el motor, y ambos se bajaron, caminando en silencio hacia la barandilla que delimitaba el borde del acantilado.

—Este es uno de mis lugares favoritos —dijo Jungkook, rompiendo el silencio mientras ambos se apoyaban en la barandilla.

—Es hermoso —respondió Taehyung, mirando la vista—. No sabía que tenías un lado tan profundo.

—Hay muchas cosas que no sabes de mí, Tae —dijo Jungkook, su voz más suave, casi como un susurro.

Taehyung lo miró de reojo, notando la seriedad en su expresión. Era extraño ver a Jungkook así, tan introspectivo. Había una profundidad en él que Taehyung aún no había explorado del todo. Era como si hubiera capas ocultas debajo de esa fachada segura y encantadora que mostraba al mundo.

—¿Y qué es lo que no sé? —preguntó Taehyung, girándose para enfrentarlo directamente.

Jungkook lo miró por un momento antes de responder, como si estuviera debatiendo internamente si debía compartir algo más de sí mismo.

—No es fácil para mí... abrirme a la gente. —Jungkook bajó la mirada hacia sus manos—. Pero contigo es diferente. Desde que te conocí en esa fiesta, siento que... puedo ser yo mismo, sin pretender ser alguien más.

Taehyung sintió un nudo formarse en su garganta. No esperaba que la conversación tomara ese giro tan personal, pero tampoco quería retroceder. Había algo en la vulnerabilidad de Jungkook que lo atraía aún más.

—Tú también me haces sentir así —admitió Taehyung, sorprendiendo incluso a sí mismo con la sinceridad de sus palabras—. Normalmente soy el que tiene todo bajo control, pero contigo... no sé, es diferente.

Ambos se quedaron en silencio por un momento, la tensión en el aire era palpable, pero no era incómoda. Era como si ambos estuvieran esperando algo, un momento en el que todo cambiaría.

Finalmente, Jungkook dio un paso más cerca de Taehyung, sus ojos buscando los de él.

—Tae, ¿puedo ser honesto contigo?

Taehyung asintió, sin decir nada, sus ojos fijos en los de Jungkook.

—No puedo dejar de pensar en ti —admitió Jungkook, su voz apenas un susurro—. Desde esa noche en la fiesta, no he podido sacarte de mi cabeza.

El corazón de Taehyung latía con fuerza, y antes de que pudiera procesar completamente lo que estaba sucediendo, sintió los labios de Jungkook sobre los suyos. Fue un beso suave al principio, casi tímido, pero luego, como si ambos hubieran estado esperando este momento desde siempre, el beso se profundizó.

Las manos de Taehyung se aferraron a la chaqueta de Jungkook, tirando de él más cerca, mientras sentía el calor y la urgencia de sus cuerpos alinearse. Jungkook lo sostuvo por la cintura, sus dedos acariciando suavemente la curva de su espalda, como si temiera que si lo soltaba, el momento se desvanecería.

Cuando finalmente se separaron, ambos estaban respirando pesadamente, sus frentes tocándose mientras se miraban con intensidad.

—¿Esto es lo que querías decir con aventura? —susurró Taehyung, una sonrisa traviesa asomándose en sus labios.

Jungkook se rió suavemente, sus manos aún firmemente apoyadas en la cintura de Taehyung.

—Algo así. Aunque creo que recién estamos comenzando.

Taehyung no pudo evitar reírse también, su corazón latiendo rápido, pero esta vez no por la incertidumbre, sino por la emoción de lo que estaba por venir.

TRUE  LOVE YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora