Jimin dejó su pijama en la orilla de la cama, sintiendo que esa noche requería algo distinto. Su mirada recorrió el armario hasta detenerse en un pantalón ajustado negro y una camisa blanca casi transparente. Con un aire de nostalgia, se miró al espejo mientras aplicaba un poco de maquillaje y peinaba su cabello. Sonrió con tristeza, hacía tiempo que no se veía tan arreglado. Un suspiro se escapó de sus labios, uno que sonó más a un sollozo que a alivio. Con la determinación de quien ya ha soportado demasiado, tomó su cartera y las llaves de su casa y camioneta antes de salir.Al salir del departamento, saludé con una sonrisa al portero. "Buenas noches", le dije como si todo estuviera bien. Pero por dentro, me sentía vacío. La luna brillaba con intensidad esa noche, bañando las calles con su luz fría. Conduje sin un rumbo claro, dejando que mis pensamientos se perdieran en la oscuridad, hasta que decidí estacionarme frente a un antro cercano. No quería ir muy lejos; solo necesitaba embriagarme para olvidar aunque fuera por un momento.
Me quedé sentado en la camioneta sin moverme, sintiendo un nudo en la garganta. ¿Qué había cambiado? Yoongi ya no era el mismo; su amor parecía haber desaparecido. Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas sin control. Golpeé el volante con frustración, el eco del estruendo resonando en el estacionamiento. Sin pensar, tomé mi anillo de matrimonio y lo lancé hacia algún rincón de la camioneta, como si al deshacerme de él pudiera arrancar el dolor de mi pecho. Limpié mis lágrimas, cerré la puerta del auto y, con pasos pesados, me dirigí al antro. La música fuerte ahogaba mis pensamientos, y me acerqué a la barra para pedir un trago, luego otro, hasta que el alcohol empezó a enturbiar mi mente.
Con torpeza, Jimin se dirigió al baño, tratando de mantener los ojos cerrados para no marearse más. Caminaba a tientas cuando, de repente, chocó con algo y cayó al suelo. Un gruñido escapó de sus labios cuando sintió el impacto en su trasero. Se sentía ridículo, pero al mismo tiempo, el dolor mezclado con el alcohol le provocaba una risa extraña.
El mundo giraba a mi alrededor, y apenas podía enfocar mi vista. Levanté la mirada y vi un chico frente a mí. Su piel era clara y su cabello negro como la noche. Me quedé observándolo como un tonto, hasta que su voz me sacó de mi trance.
- "¿Estás bien?" - preguntó con preocupación en su voz.
Parpadeé varias veces antes de responder. El chico me ofreció su mano y yo la tomé sin pensarlo dos veces.
- "Sí, lo siento y gracias. Soy Jimin. ¿Y tú eres...?"
- "Sehun, un placer conocerte, Jimin." -
- "Igualmente, Sehunie. ¿Puedo llamarte así?" - le sonreí
- "Claro, Jiminie. ¿Quieres bailar? Apostaría que te mueves muy bien-
Sin pensarlo, tomé su mano y nos dirigimos a la pista de baile. Coloqué mis brazos alrededor de su cuello, entrelazando mis dedos en su nuca. Sehun me miró con un brillo juguetón en sus ojos.
- "Eres increíblemente sexy." - murmuró mientras tomaba mi cintura y me acercaba más a él.
Bailaron pegados, moviéndose al ritmo de la música. Para cualquiera que los observara desde fuera, parecían una pareja completamente enamorada, perdidos en su propia burbuja. Mientras tanto, Yoongi estaba en su departamento, mirando con desesperación el reloj mientras las horas pasaban. Había llamado a Jimin incontables veces, pero todas las llamadas fueron ignoradas. Con la paciencia agotada, marcó una última vez, solo para que al otro lado respondiera una voz masculina desconocida.
- "¿Quién eres tú?" - preguntó Yoongi con un tono gélido, tratando de controlar su ira.
La línea se quedó en silencio, pero antes de que pudiera insistir, escuchó a Jimin de fondo: "¡Ven, vamos a bailar!"
Reconoció la voz de su esposo, pero la llamada se cortó antes de que pudiera decir algo. Una furia helada se apoderó de él. Sin pensarlo, tomó las llaves de su auto y salió del departamento. Activó el rastreador GPS de la camioneta de Jimin y, al ver que estaba aparcada cerca de un antro, aceleró como un loco.
Cuando llegó, estacionó el auto en una calle cercana y comenzó a buscar la camioneta blanca de su esposo. Al encontrarla, sus ojos se clavaron en la figura de Jimin, riendo mientras un chico alto y apuesto lo sostenía por la cintura. La sangre de Yoongi hervía. Se acercó rápidamente hasta donde estaban, pero se detuvo en seco al escuchar la risa alegre de Jimin, una risa que no había oído en mucho tiempo.
- "¡Park Jimin! ¿Qué demonios crees que estás haciendo?" - gritó Yoongi con la voz cargada de rabia y celos.
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TRUE LOVE YOONMIN
FanfictionEra el amor de su vida pero aún así se acostaba con su secretaria.