28

63 3 1
                                    

La tensión entre ellos se había ido construyendo durante toda la noche, cada mirada, cada roce accidental, creando un torrente de emociones que ninguno de los dos había intentado detener. Taehyung sentía el calor de la mano de Jungkook aún entrelazada con la suya, y el sonido de la música de fondo apenas lograba apagar el latido acelerado de su corazón.

—¿Qué es lo que quieres, Tae? —preguntó Jungkook, su voz un susurro que vibraba en el aire.

Taehyung no necesitó pensarlo mucho. Su mirada viajó de los ojos oscuros y penetrantes de Jungkook a sus labios, que parecían tan cercanos y al mismo tiempo tan lejanos. Todo en ese momento se redujo a una decisión simple, una que había postergado por mucho tiempo, pero que ahora sentía inevitable.

—Quiero esto... —susurró Taehyung, antes de cerrar la distancia entre ellos.

El beso fue inmediato, pero no suave. Fue profundo, hambriento, como si todo lo que habían reprimido se desbordara de repente. Taehyung sintió la urgencia de los labios de Jungkook sobre los suyos, y respondió con la misma intensidad, sin pensar en nada más. No había pasado ni un segundo cuando sus manos se movieron por cuenta propia, una subiendo al cuello de Jungkook, acercándolo más, mientras que la otra seguía aferrada a su camiseta.

Jungkook respondió igual, su mano libre se deslizó hacia la nuca de Taehyung, tirando suavemente de su cabello mientras el beso se profundizaba. Las barreras que habían existido entre ellos se rompieron en un instante, y ambos se sumergieron en el calor de ese momento, olvidándose de todo lo demás.

Los besos se volvieron más desesperados, sus respiraciones entrecortadas llenando el pequeño espacio entre ellos. Jungkook, con una habilidad que solo podía describirse como natural, llevó a Taehyung más cerca de él, hasta que prácticamente estaban encima el uno del otro, sin importarles las miradas curiosas de las pocas personas que estaban alrededor. Todo lo que importaba era el fuego que se encendía entre ellos.

—Tae... —murmuró Jungkook entre besos, su voz baja, cargada de deseo—. Eres adictivo.

Taehyung sonrió entre el beso, su propio cuerpo reaccionando al calor del momento. Sus labios viajaron por la mandíbula de Jungkook, bajando hacia su cuello, donde escuchó un suave gemido que le hizo estremecerse. La mano de Jungkook encontró su camino bajo la chaqueta de Taehyung, sus dedos rozando la piel expuesta de su cintura, provocando escalofríos de placer.

—No podemos seguir aquí... —dijo Jungkook, su voz entrecortada por la necesidad.
  
—Tienes razón —respondió Taehyung, asintiendo, aún sintiendo el eco de los besos en sus labios.

Con una determinación repentina, Jungkook se apartó y tomó la mano de Taehyung, tirando suavemente de él hacia la salida del mirador. Sus corazones latían a mil por hora, y el camino hacia el club se sintió como una carrera en la que ambos deseaban salir victoriosos.

Cuando llegaron a la moto de Jungkook, la adrenalina era palpable. Ambos estaban ansiosos por continuar con lo que habían comenzado, y en un instante, se encontraron pegados el uno al otro en el asiento de la moto, sus cuerpos presionados de tal manera que apenas podían respirar.

El viaje hacia el apartamento de Jungkook fue una mezcla de risas y miradas intensas, el viento en sus rostros solo intensificaba la electricidad que se había creado entre ellos. Cada vez que Taehyung se movía, sentía la presencia de Jungkook a su lado, y eso lo llenaba de una emoción que nunca había experimentado antes.

Al llegar, apenas lograron cerrar la puerta antes de que Jungkook lo empujara suavemente contra la pared, sus labios encontrándose en un beso que encendió de nuevo la llama entre ellos. Las chaquetas cayeron al suelo rápidamente, los besos se volvieron más intensos, y las manos exploraban sin freno. Jungkook empujó a Taehyung suavemente contra la pared, sus labios viajando hacia su cuello mientras sus manos desabotonaban la camisa de Taehyung con una destreza que lo hacía sonreír entre respiraciones agitadas.

—Eres increíble... —murmuró Jungkook contra la piel de Taehyung, antes de morder suavemente el lóbulo de su oreja, arrancando un gemido de sus labios.

Taehyung sentía que su cuerpo estaba a punto de explotar. La intensidad de cada beso, de cada caricia, lo hacía desear más. Lo quería todo, y lo quería ahora. Las manos de Jungkook viajaron hacia sus caderas, y Taehyung no pudo evitar tirar de él con más fuerza, acortando la distancia que aún quedaba entre sus cuerpos.

—Jungkook... —susurró Taehyung, sus labios apenas rozando los de él—. No pares.

Jungkook rió suavemente, su respiración igual de agitada.

—No pienso hacerlo.

Lo que siguió fue una serie de movimientos fluidos, casi coreografiados por la urgencia y el deseo compartido entre ambos. Jungkook lo llevó hacia la cama, y pronto Taehyung sintió la suavidad de las sábanas bajo su cuerpo. Ambos estaban sobrecogidos por el momento, sin importarles nada más que la sensación de sus pieles tocándose, de los besos que se hacían cada vez más intensos, de los suspiros que llenaban el aire cargado de pasión.

—Esto... —murmuró Taehyung, entrelazando sus dedos con los de Jungkook mientras lo miraba a los ojos—. Esto es lo que quería.

Jungkook lo miró con una sonrisa cargada de promesas, antes de inclinarse para besarlo una vez más, sellando el pacto silencioso entre ellos.

TRUE  LOVE YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora