CAPITULO 24

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Hope termino de hacerse la ducha y siguió el consejo de Edgar. Basta con toda esa mierda, volvía a meterse su ropa normal. Se vistió con un pantalón jeans de color vino, una blusa negra sin manga, una bota negra del tipo militar, se colocó bien tres puñales e hizo que se cubrieran con la blusa, metió en cada bota un puñal, se hizo una cola bajita, ya no tenía los cabellos postizos, sus cabellos estaban bastante largo, le llegaban por la cintura, por ahora lo dejo así, aún tenían el color castaño, pero no le quedaba nada mal y su piel se veía meno pálida que con el pelo negro. Usó una pequeña mochila y adentro metió todas las cosas que necesitaba, más su m9 con algunos cargadores de más.

Hope salió de la habitación y escucho un silbido cuando, dio media vuelta y vio a Dylan en la puerta de la cocina con una taza de café en la mano que la miraba y sonreía. -Era hora, no soportaba verte con esa ropa de vieja que tenía cuando llegamos- Dylan bebió un trago de su café.

Hope solo negó con la cabeza. No eran una de las vestimentas más cómoda, pero no eran tan fea y no eran de vieja, aunque si no era su estiló.

Edgar se unió a ellos y le tiró un par de llaves. Hope lo miró preguntándole con la mirada del porqué de las llaves -Dylan y yo habíamos pensado que te merecía algo más adaptó a tu personalidad que ese cacharro que manijas- Le dijo Edgar, pero aún no le estaba diciendo lo que ella quería saber. Él resoplo y puso los ojos en blanco -Es la llave de una motocicleta, exactamente una Ducati-

De inmediato el cuerpo de Hope se llenó de ánimos y lentamente sus labios se extendieron en una grande sonrisa y como una niña salió corriendo para afuera sin esperar más nada.

Cuando llegó al garaje se encontró una estupenda Ducati negra, se acercó a ella despacito, mirándola con maravilla, la acarició como alguien que acariciaba su amante, sintiendo en las puntas de sus dedos el frío del metal, no podía destacar la vista de semejante maravilla.

-Esto te servirá- Escuchó a Edgar decirle. Con todo su pesar, separó la vista de la lindura y miró a Edgar y Dylan, los dos tenían una magnífica sonrisa en sus labios y mientras los observó a los dos a la cara se dio cuenta que nunca estuvo sola y que de verdad tenía cuatros hermanos, que nunca le dio el valor que merecían, ya era hora de que todo eso cambiara y le diera el valor que tenían. Ellos eran su familia siempre lo fueron.

Sin avisar se les tiro encima y los abrazó a los dos bien fuerte, se unieron los tres en un abrazo de grupo. Cuando se separaron, Dylan le metió una chaqueta de cuero negra, la cerró y se la acomodó como si fuera una niña, luego le dio un tierno beso en la mejilla. Hope tenía los ojos lúcidos, se había conmovió.

Edgar le metió un par de guante de cuero negros y acomodos sus dedos en ellos, luego al igual que Dylan le dio un beso en la otra mejilla y le dieron un cascó negro. Hope se subió en la motocicleta, la prendió y la hizo cantar por un momento antes de partir.

Era el mejor sonido que se podía escuchar a parte la voz de Cedric. Debía ir a verlo, debía abrazarlo. Miró su reloj y vio que eran casi la cinco de la mañana, si partía en ese momento tendría tiempo de verlo antes de que se valla para el trabajar. Saludo por una última vez a sus hermanos, se puso el cascó y partió para Charlotte a ver el amor de su vida y decirle todo lo que sentía y también quería que él le digiera muchas cosas con respecto a Betsy Green.

Manejar esa moto era un sueño "Puedo aprovechar el camino hacia Charlotte para probar la velocidad" Hope guio la motocicleta esquivando todos los vehículos en la carretera y llegó bien temprano a Charlotte.

Llego al edificio y estaciono la motocicleta en unos de los espacios que eran reservado para Cedric. El portero al ver su motocicleta salió para admirarla

DANZA MORTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora