CAPITULO 33

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Habían pasado dos días desde cuando Cedric abrí los ojos con respetó a esa víbora de Betsy Green. Era incrédulo de cuanta maldad hay en el mundo, también era increíble que uno pueda vivir una vida entera sin darse cuenta.

Pensó a su abuelo, que murió sin saber nada, de cómo la consideraba como una de la familia, a cuánta gente ella había engañado, a cuantas personas ella arrastraría detrás de ella en el fango tan solo ser asociado con ella, el nombre de él y de su abuelo estaría enfangado.

Quería hacer algo, se sentía con deber de hacer algo, pero su mujer no quería, ella decía que quería hacer caer a Betsy, pero lentamente porqué quería gozarse el espectáculo, Cedric por otra parte no tenía paciencia y quería solo que todo eso terminara y que Betsy cayera presa. Hope le decía que debía aprender a tener paciencia, porque las mejores cosas le llegan al que sabe esperar "Púes yo pienso que a mí no me llegaran mejores cosas porque yo no pienso cambiar" Esa fue la repuesta que le pasó por la cabeza a Cedric.

Eran las cinco de las tardes, Cedric había terminado sus ejercicios y estaba llegando a la casa. Cuando entró, lo primero que se encontró fue a Hope furiosa. Le daba la espalda a la puerta, discutiendo con Dylan que vio a Cedric entrar.

Cedric le hizo seña para que guardara silenció y no lo delatara. Con cuidado para que Hope no escuchara sus pasos, Cedric se fue directo a la habitación, cuando cerró la puerta, hizo un grande respiro. Hope estaba siempre peor y nadie se le escapaba, su cambio de humor lo estaban volviendo loco.

Cedric quería quitarse el sudor de encima con una larga, pero bien larga ducha, esperando que cuando haya terminado, su mujer estuviera de buen humor.

Después de que Cedric se tomó un tiempo interminable en hacerse una simple ducha, salió del baño y fue directo al vestidor pensando en tomarse mucho tiempo en buscar lo que se iba a poner y en vestirse, cuándo entró, vio arriba de una mesita de noche las cartelas que Hope tenía en Charlotte y que no quería que viera en ese momento. Cedric miró para todos lados a ver si Hope estaba escondida en algún lugar dentro de la habitación.

Cuando se dio cuenta de que estaba solo, agarró la primera cartela, volvió a mirar para ver si alguien lo estaba mirando -Yo no creo que esté haciendo nada malo, ella es mi esposa y yo tengo derecho a saber todo con respectó a ella, Hope no debería enconderme las cosas- Lo dijo en un susurro, probablemente para calmar su conciencia.

Abrió la primera cartela, vio que en ella estaban escrito datos de personas de diferentes edades y todos estaban desaparecidos, miro página por página notando que todos eran jóvenes, también había muchos niños.

Apoyó la cartela a un lado en la mesita de noche y tomó otra era igual a la primera, continuo a controlar todas las cartelas y era lo mismo, de un momento a otro a Cedric se le pusieron los ojos redondos como dos platos al realizar que probablemente eran personas que Betsy y su hijo habían secuestrado y vendido.

La realidad de todo eso le pego bien fuerte a Cedric, a tal extremo que perdió la fuerza en las piernas y se dejó caer en el piso llorando como un niño. No sabía cuánto tiempo estuve sentado en el piso llorando. Debió recordarse que ya no era un crio y que lo que debía hacer era buscar un modo para hacérsela pagar y salvar a esas personas. Un poco más tranquilo y con más determinación que antes, Cedric, se levantó del piso, se vistió y fue en busca a su mujer, ella y él debían encontrar un sistema para destruir a esa zorra.

Cedric, al no encontrar a su esposa en donde era antes, fue al despacho, pero cuando entró se encontró con un tremendo desastre, parecía que había pasado un torbellino. Los cuadros estaban en el suelo roto, la silla del escritorio era contra la pared como si alguien la había tirado, el escritorio era girado de un lado, papel, computadora, lápiz, lapiceros, todo estaba por el suelo. En medio del desastre estaba su esposa con el pelo alborotado, en una esquina estaban Dylan y Edgar, tranquilos como si no estaba pasando nada.

DANZA MORTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora