Pokémon; espíritu del bosque verde

Capitulo 21: regresamos a la aventura

-En el caluroso ambiente de Pueblo Lavacalda, bajo el resplandor del sol y rodeados de vaporosas aguas termales, Taresu, Masao, y James se preparaban para un combate que pondría a prueba sus habilidades recién adquiridas en el manejo del aura. Aunque la atmósfera era amistosa, todos sabían que cada enfrentamiento era una oportunidad para crecer, tanto en poder como en destreza.

-Taresu se posicionó con una postura firme, su aura brillando con una intensidad verde que reflejaba su fuerza física sobrehumana. Su cuerpo, ya condicionado por sus habilidades naturales, estaba rodeado por una energía que pulsaba con poder. Masao y James, aunque más ligeros y ágiles, sentían la presión que emanaba de Taresu. Sabían que enfrentarlo en solitario sería un desafío muy difícil.

-Masao, el erudito del grupo, decidió que la mejor táctica era unir fuerzas con James para contrarrestar la ventaja de Taresu. Masao, con su estilo de combate basado en la agilidad y el sigilo, movía su aura con una sutileza que le permitía escabullirse entre los ataques de Taresu. James, por otro lado, empleaba su aura con precisión, usando una combinación de ataques rápidos y estratégicos que mantenían a Taresu en constante movimiento.

-Cuando Taresu avanzaba con su poder bruto, Masao utilizaba Ju, desviando la fuerza del ataque con movimientos suaves, mientras James lo atacaba desde los flancos con Go, lanzando golpes directos y fuertes que aprovechaban los momentos en que Taresu quedaba expuesto. A pesar de sus esfuerzos conjuntos, la defensa de Taresu era formidable, pero los ataques combinados de Masao y James lograban desestabilizarlo lo suficiente como para nivelar el campo de batalla.

-El combate se intensificó cuando los tres comenzaron a aplicar las técnicas de Go y Ju de manera más sofisticada, utilizando sus auras para complementar sus movimientos. Taresu, adaptándose rápidamente, combinaba la fuerza y la flexibilidad de sus ataques, lanzando golpes que alternaban entre la brutalidad y la precisión, obligando a sus amigos a mantenerse en constante alerta.

-Mientras tanto, los Pokémon de cada entrenador también estaban inmersos en su propio entrenamiento. Urabe, se encontraba frente a Dratini, el poderoso dragón de James. A pesar de haber perdido su capacidad de usar aura debido a su sacrificio anterior, Urabe no estaba en desventaja. Su dominio de los poderes psíquicos era tal que podía anticipar y contrarrestar los ataques de Dratini, manteniéndolo a raya incluso cuando este liberaba su aura de tipo Dragón. Con movimientos gráciles y precisos, Urabe utilizaba su poder psíquico para desviar los embates de Dratini, creando una barrera que el joven dragón encontraba casi imposible de atravesar.

-Mareux, Zard y kirlia se enfrentaban a Beautifly, Mightyena, Grovyle y Wingull de Masao. La batalla era intensa, con cada Pokémon desplegando sus auras de tipo para potenciar sus ataques. Mareux, con su aura de tipo Tierra, lograba absorber los ataques voladores de Wingull y Beautifly, mientras que Zard, usando su velocidad y agilidad, mantenía a raya a Grovyle y Mightyena con ataques aéreos precisos. Sin embargo, la habilidad de Grovyle para moverse entre a una gran velocidad igual a la de un rayo, sumado a su agilidad y el feroz instinto de Mightyena obligaban a Zard y Mareux a mantenerse en constante movimiento, evitando quedar atrapados en una posición desfavorable, mientras que kirlia usaba su aura psíquica junto con su habilidad para teletransportarse para tomar distancia y atacar con sus poderes psíquicos.

-Por su parte, Combusken y Masquerain de James estaban en una feroz batalla contra Mareux y Zard. Combusken, con su aura de Fuego, lanzaba ataques cargados de energía explosiva, mientras que Masquerain utilizaba su aura de tipo Volador para contrarrestar los ataques de fuego de Combusken y los ataques aéreos de Zard. La sinergia entre estos dos Pokémon les permitía mantener a Mareux y Zard a la defensiva, aunque el terreno inestable y la ventaja de Zard en el aire hacían que la batalla estuviera lejos de ser decidida.