Capitulo 57: En Lo Mas Profundo Del Desierto

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-Mientras volaban en el caluroso cielo del desierto, el aire seco y denso soplaba con fuerza, pero Taresu y Baiore, montados sobre la esbelta figura de Latias, avanzaban sin problemas, guiando al grupo. Latios, con Masao y Carola, los seguía de cerca, mientras que James volaba con firmeza sobre su majestuoso Dragonite, igualando la velocidad de los Pokémon legendarios. Taresu fijó la vista y divisó a Máximo a lo lejos, de pie frente a una estructura oculta en la arena. Una vez en tierra, Máximo les sonrió y alzó una mano en señal de saludo. 

_Buenos días. -dijo el peli azul con voz calmada, mientras señalaba el oscuro templo semienterrado que parecía emanar una extraña energía. Baiore se apeó de Latias, observando el lugar con una mirada penetrante. 

_Este sitio... tiene algo que no se siente en otros lugares -comentó la bruja con seriedad.

_Así es... -añadió Máximo, mientras los guiaba al interior del templo, cuya entrada apenas sobresalía entre las dunas. El aire en su interior era pesado y frío, como si cada piedra estuviera impregnada de un misterio antiguo. Las paredes estaban cubiertas con una escritura casi ilegible.

_¿Podría ser un Luminialis Aeternus? -murmuró Masao, intrigado miro a su compañero con sombrero de paja.

_No. -Taresu negó con la cabeza mientras observaba las paredes.- Los Luminialis Aeternus suelen ser zonas naturales: bosques, islas, volcanes... Pero esto es diferente. Es como si la presencia no fuera del lugar, sino que algo la hubiera traído aquí.

_¿Y por qué nos trajiste aquí, Máximo? ¿Qué estás buscando? -James se cruzó de brazos, mirando a Máximo con una ceja alzada.

_Aquí encontré algo mientras seguía rascando información sobre la mega-evolución, en un libro antiguo, algo místico y oculto... este lugar estuvo perdido durante mucho tiempo. -Máximo sonrió, casi enigmáticamente.

_Nunca había visto esto, y eso que conocía las rutas de entrenamiento del equipo Magma...-Carola, que hasta entonces había estado en silencio, miró alrededor, un tanto extrañada.

_Eso es porque este lugar está cubierto casi siempre por tormentas de arena. -explicó Máximo.- Podríamos caminar cerca y nunca notar su existencia. Pero ahora que estamos dentro, el verdadero desafío es... avanzar.

-Baiore, sin decir palabra, se acercó a una de las rocas cubiertas de tierra, raspándola con delicadeza hasta descubrir unos puntos grabados. 

_Aquí hay algo. -dijo, llamando la atención de Masao y de Máximo, que se acercaron a observar. Carola también miró, intrigada.

-Taresu, curioso como siempre, caminó hacia otra columna similar y, con un gesto similar al de Baiore, comenzó a descubrir más puntos en la piedra. 

_Es braille, sin duda...-Máximo observó los puntos y pensó en voz alta.

_Yo sé leer braille. -comentó Carola, adelantándose. Sin embargo, al tocar las marcas, se apartó confundida.- Este... no es un idioma que conozca.

_Tal vez sea otra lengua antigua... -Masao se frotó la barbilla, reflexionando.- aunque yo sólo conozco cuatro idiomas. -añadió, un tanto apenado.

_Bueno, tú sólo apunta lo que puedas, no hay problema. -James tomó una libreta y un lápiz de la mochila del erudito.

-Máximo, por su parte, decidió alejarse un poco y seguir explorando, mientras Taresu iba de un lado a otro, encontrando cada vez más puntos grabados en las columnas y en un muro. Finalmente, se encontró con un conjunto de puntos en la pared. 

_Si no conocemos el idioma, esto nos puede tomar... todo el día... -murmuró, soltando un largo suspiro.

-Un rato después, Masao miró a Máximo, quien parecía absorto en sus pensamientos, y decidió interrumpir. 

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⏰ Última actualización: 8 hours ago ⏰

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