Capitulo 30; El misterioso poder

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-Milotic salió del agua, majestuosamente nadando hacia su joven entrenador. Con una imponente figura de casi siete metros, la enorme criatura frotaba su cabeza contra Taresu, que no podía evitar reír mientras la abrazaba. James y Masao se acercaban a Taresu, quienes observaban maravillados mientras Sonne, la imponente Milotic, acariciaba con ternura la cabeza de su joven entrenador. La transformación de aquel pequeño Feebas en una majestuosa criatura había dejado a todos sin palabras. James, con los brazos cruzados y una expresión entre curiosidad y asombro, fue el primero en romper el silencio.

_¿Qué rayos hiciste? -preguntó el moreno, mirando a Taresu, pero su mirada pronto se dirigió a Baiore.- ¿Cómo es posible que haya evolucionado así de repente?

-Baiore, quien observaba la escena con una sonrisa maliciosa, respondió antes de que Taresu pudiera siquiera procesar la pregunta.

_Oh, no es tan complicado como parece, querido James -dijo, con un tono condescendiente mientras se acercaba—. Lo único que hice fue usar unas Bayas Algama. ¿Las conocen?

-Masao y James intercambiaron miradas. Bayas Algama no eran algo que ellos usaran a menudo. aunque masao tenia algunos conocimiento por haber visto programas de concursos antes. 

_¿Bayas Algama? -preguntó Masao, rascándose la cabeza.- si mal no recuerdo son las bayas que se usan en concursos ¿no?

_Sí, son unas bayas muy especiales. Al triturarlas y convertirlas en cubos, mejoran las características de belleza de un Pokémon. -Baiore alzó un dedo, como si estuviera dando una clase.- El Feebas de Taresu, Sonne, ya era increíblemente fuerte, como pudieron ver en su batalla de gimnasio. -Hizo una pausa y miró a James directamente.- ¿O acaso no se dieron cuenta de lo poderosa que ya era?

—¿Cómo sabes eso? —preguntó, su tono serio, james frunció el ceño, cruzando los brazos de nuevo. Era evidente que la actitud de Baiore lo irritaba.

_Soy una observadora nata, querido. Y créeme, lo único que Sonne necesitaba era un pequeño empujón. -Baiore sacó una pequeña bolsa de tela de entre sus ropas, de la que cayeron algunas bayas.- Con estas bayas, más una Escama Bella y solo usando la pokeball tradicional... -sonrió de manera enigmática.- fue más que suficiente para que evolucionara.

-Taresu, que había permanecido en silencio, acariciaba a Sonne mientras la escuchaba. Masao no podía dejar de mirar la majestuosa forma de Milotic.

_¿Así que solo fue eso? -preguntó Masao, aún incrédulo.

_Sí, querido. -Baiore sonrió con satisfacción.- No hay mucha ciencia detrás. Solo belleza, dedicación y un buen uso de los recursos. Sonne ya estaba lista. Solo necesitaba un pequeño empujón... y yo se lo di.

-James aún no parecía convencido, pero bajó la guardia al ver que Taresu no estaba preocupado. Mientras tanto, Baiore los observaba a todos con sus ojos calculadores, claramente complacida con lo que había logrado.

-De todas formas -continuó Baiore.- lo importante aquí no es el proceso. Es el resultado. Y el resultado es... fascinante, ¿no creen?

-Masao y James no respondieron, pero no podían negar lo impresionante que era ver a Sonne, ahora como una elegante Milotic, completamente feliz y lista para lo que sea que el futuro les deparara.

_Qué criatura tan hermosa... pero eso no es lo único asombroso aquí, chicos. Taresu... no es un niño ordinario. -dijo baiore sonriendo con una mirada intrigante.

-James y Masao intercambiaron miradas, tensos, sin quitarle los ojos de encima a Baiore. La joven bruja con su sombrero de pico, cuya presencia oscura y misteriosa aún les provocaba escalofríos, había estado vigilando a Taresu desde que se lo cruzo en la mañana. La consideraban una acosadora, y estaban dispuestos a mantenerla alejada.

Pokémon; espíritu del bosque verdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora