Capitulo 31: La Isla Del Sur

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-El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, tiñendo las aguas del océano de un profundo naranja mientras Masao, James y Taresu continuaban nadando hacia Ciudad Portual. Cada brazada era firme, constante, y a su lado, sus Pokémon nadaban en perfecta sintonía, formando una vanguardia sólida y confiable que los protegía de las amenazas del vasto océano.

-Sonne, y Dragonair nadaban juntos con elegancia, sus cuerpos serpenteando con fluidez bajo el agua, como si estuvieran danzando en las profundidades. Los dos Pokémon se habían llevado bien desde el principio, moviéndose en armonía mientras sus auras brillaban tenuemente alrededor de ellos. Ambos mantenían un ojo atento al horizonte, anticipando cualquier posible peligro.

-Kirlia se mantenía cerca de Masao, nadando a su lado, alerta para proteger a su entrenador en cualquier momento. Sus movimientos eran gráciles, y aunque no era un Pokémon acuático, parecía adaptarse bien al entorno, utilizando su energía psíquica para ayudarse a avanzar con rapidez en esas aguas que podían volverse hostiles en cualquier momento.

-Mientras tanto, Urabe, nadaba con fluidez con su entrenador, utilizando su poder psíquico no solo para nadar, sino para mantener un escudo invisible que repelía cualquier amenaza menor en su entorno. La conexión telepática entre ella y Taresu era constante, asegurando que siempre estuvieran coordinados.

-Mareux, nadaba justo debajo del grupo, vigilando de cerca las profundidades del océano. Con sus grandes aletas, cortaba el agua con facilidad, siempre atento a cualquier movimiento que pudiera poner en peligro a los aspirantes o a sus compañeros Pokémon. Cualquier corriente subacuática que amenazara con desviarlos era neutralizada rápidamente por Mareux, cuyo poder en el agua era inigualable.

-Sceptile, nadaba un poco apartada del grupo, pero siempre vigilante. Con su aura de tipo Planta, Sceptile sabía que tenía una ventaja sobre los Pokémon de agua que podrían aparecer. Cada brazada suya era metódica, y aunque la distancia con Masao era intencional, su lealtad y capacidad para protegerlo jamás titubeaba.

-Mightyena, con sus poderosas patas, nadaba con energía, manteniéndose firme junto a Masao. A pesar de no ser un Pokémon acuático, su determinación lo impulsaba con cada movimiento, sus ojos atentos, buscando cualquier peligro cercano.

-Blaziken, se adelantaba al grupo, sus poderosas piernas permitiéndole desplazarse con velocidad y destreza por el agua. Cada zancada lo mantenía al frente, vigilando el camino y preparado para defender a sus compañeros de cualquier obstáculo. A su lado, Roselia, a pesar de sus cortas extremidades y la aparente desventaja de nadar con flores en lugar de manos, se mantenía a flote con sorprendente velocidad. Con su aura tipo Planta, Roselia ofrecía una ventaja táctica importante al grupo, sirviendo de refuerzo ante cualquier Pokémon acuático que intentara bloquearles el paso.

-Los tres entrenadores mantenían el ritmo mientras nadaban, a veces enfrentándose a Pokémon salvajes que se acercaban demasiado o, en ocasiones, a entrenadores nadadores que desafiaban a los aspirantes a batallas rápidas. Sin embargo, estos enfrentamientos ya no representaban un desafío para ellos. 

_Estos entrenadores... sólo quieren divertirse. -dijo el erudito. Su tono reflejaba la experiencia que ya había acumulado-. No están aquí para volverse más fuertes.

_Exacto. -James, nadando justo a su lado, sonrió y asintió.- Esto ya no es más que una forma de ganar dinero -respondió, aunque su mirada seguía enfocada en el horizonte.- El verdadero desafío vendrá después.

_Arenque estaría orgulloso...-Taresu, siempre optimista y motivado, aunque algo agotado por la travesía.- estamos haciéndolo como nos enseñó. -Hizo una pausa para respirar y luego sonrió, mirando a sus Pokémon—. ¡Y todos nuestros compañeros también están mejorando! -les dijo a todos con una sonrisa mientras los miraba enfrentar a un tentacruel.

Pokémon; espíritu del bosque verdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora