Pokémon; espíritu del bosque verde

Capitulo 32: Latios Y Latias

-La batalla comenzó con un grito resonante que rompió el silencio en el campo. Carola, firme y decidida, alzó su mano y gritó con autoridad: 

_¡Fuego! -De inmediato tras l orden de la comandante, los tanques del equipo Magma rugieron al unísono, disparando con estruendo. 

-Los soldados, sin perder un segundo, comenzaron a descargar sus armas, y un torrente de balas y proyectiles voló por el aire, acompañados por el aullido furioso de los Mightyenas y el rugido infernal de los Houndoom. Golbats descendieron en picada, mientras los Camerupt, con la lava burbujeando en sus cuerpos, cargaron hacia el frente.

-Carola, rodeada por el caos, activó su aura dorada. Sin embargo, esta vez, la brillante energía estaba teñida con un ligero tono oscuro, reflejando la creciente ferocidad dentro de ella. Ante el inminente ataque, Kirlia no vaciló. Con gracia y precisión, creó una barrera psíquica, levantando un escudo translúcido que detuvo en seco los proyectiles de los cañones. Las balas rebotaban inofensivamente en la superficie de la barrera, chisporroteando antes de desvanecerse en el aire. Al mismo tiempo, el Aggron de Máximo, con su imponente armadura metálica, bloqueó sin inmutarse las ráfagas de las ametralladoras, que ni siquiera dejaban rasguños en su dura coraza. La mirada de acero del Pokémon se mantenía fija en el horizonte, como una muralla impenetrable.

-Taresu, observando la escena, sintió la energía fluir a través de su cuerpo. Su aura brillaba con intensidad, y en un gesto decidido, materializó un bastón rojo de puntas doradas entre sus manos. El aura vibrante a su alrededor emanaba poder. 

_¡Equipo! -taresu se dirigió a sus compañeros.- confió en ustedes, no tengan piedad. -ordenó a sus Pokémon que dieran todo de sí. Luego, sin titubear, se lanzó directo hacia los soldados armados del equipo Magma, su bastón girando con velocidad mortal.

-James y Masao no se quedaron atrás. Sus auras doradas, tan vibrantes como la de Taresu, se sincronizaron con las de sus iniciales, como si ambos estuvieran conectados por un mismo latido. Masao, con su aura resonando en perfecta armonía con Sceptile, se lanzó al frente, esquivando los ataques llamarada del enemigos con movimientos ágiles, mientras su Sceptile trazaba cortes precisos moviendose al mismo tiempo que su entrenador, destrozando a los Pokémon caninos enemigos con una velocidad que apenas se podía seguir con la vista.

-James, por su parte, sincronizó su aura con la de Blaziken. Ambos se movían al unísono también, sus cuerpos brillando con energía rojiza. Con una serie de patadas devastadoras, James y su Blaziken se lanzaron contra los Pokémon de tipo siniestro de Carola, golpeando a los Mightyenas y Houndoom con una furia imparable. El fuego del Blaziken envolvía sus patadas, creando un espectáculo de luz y destrucción que iluminaba la batalla. Cubriendo siempre la espalda del otro, James y Masao luchaban como si fueran una sola mente, sus estrategias fluyendo sin esfuerzo. y en el cazo de james, cada estrategia que funcionaba, potenciaba mas las auras de su equipo. 

-Masquerain, con sus alas extendidas, volaba en círculos elegantes por el campo de batalla, enfrentándose con valentía a los Golbats que intentaban rodearla. A su lado, Zard con su silencioso vuelo, se unió al combate, deslizándose entre los ataques con una velocidad vertiginosa. Las alas de Masquerain brillaban con energía, disparando haces de luz desde su aura que atravesaban el aire y derribaban a los enemigos.

-Wingull, por otro lado, se mantenía al margen, asustado por el caos que lo rodeaba. Temblaba, sin ganas de pelear, hasta que sus ojos se cruzaron con los de Latias. La legendaria le dedicó una sonrisa suave, llena de comprensión y aliento. Algo cambió en ese instante dentro de Wingull. Inspirado por la belleza y serenidad de Latias, su determinación creció. Un brillo emergió en sus ojos, y su aura, de tipo agua, explotó con fuerza.