Capitulo 45: Rescate.

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-Taresu corría a toda velocidad, sus pies apenas tocaban el suelo mientras su aura verde y vibrante lo envolvía como un rayo incandescente. Su furia era palpable, su respiración agitada, y sus ojos estaban llenos de rabia contenida. Su mente estaba inundada por recuerdos de su equipo, de los lazos que había formado con ellos desde el principio. Los recuerdos se sucedían uno tras otro, avivando la llama de su ira.

-Recordaba la primera vez que vio a Mareux, aquel pequeño Mudkip que apareció en su camino el día que salvó al Profesor Abedul. Un compañero noble y fuerte que, sin dudarlo, lo había ayudado desde entonces. Luego, sus pensamientos se volvieron hacia Urabe, cuando era una Ralts, que había rescatado de la muerte, una pequeña y tímida criatura a la que habia capturado con su pokeball especial, un regalo de su amigo de la infancia, Bekya, con la promesa de usarla en un Pokémon increíble. Y lo cumplió.

-Zard, el Zubat que había mostrado tanto alivio al estar cerca de él, siempre buscando su protección, y Sonne, aquella Feebas tímida pero con una voluntad indomable, deseosa de mejorar y volverse más fuerte, le inspiraban a seguir. Y Latias... aquella criatura juguetona, siempre cariñosa, que lo había tratado tan bien desde el principio, como si supiera lo especial que era su relación con su entrenador.

_No... no puedo perderlos... -Taresu murmuraba entre dientes, mientras sus ojos brillaban de furia. No podía soportar la idea de perder a su equipo, a esos compañeros que habían crecido junto a él y que lo habían acompañado en tantas aventuras.

-Mientras Baiore cargaba a James y Masao hacia el Centro Pokémon de Ciudad Arborada, Taresu avanzaba a una velocidad vertiginosa hacia Ciudad Calagua, viendo con su vista mejorada como matias aterrizo en una gran montaña marina, en esa montaña habia una entrada, así que no lo dudo. En cuestión de minutos, su pequeño cuerpo, casi invisible a los ojos de los transeúntes, se desplazaba por las calles de la ciudad costera. La gente apenas lograba percibir su sombrero de paja mientras pasaba a una velocidad que dejaba ráfagas de viento a su paso.

-Finalmente, llegó a la costa. Sin dudarlo, se lanzó al agua, nadando con una velocidad abrumadora. Su aura verde lo impulsaba como una bala, haciendo que el agua pareciera despejarse a su alrededor. Mientras se acercaba a la entrada oculta de la montaña marina, los subordinados del equipo Aqua ya habían recibido la alerta.

_¡Intruso a la vista! -gritó uno de los guardias, viendo a lo lejos el destello verde que se acercaba a toda velocidad.- ¡Es pequeño, lleva un sombrero de paja y está nadando a una velocidad increíble! ¡Activen la defensa!

-El mensaje llegó rápidamente a los oídos de Aquiles, el líder del equipo Aqua. Cuando escuchó la descripción, su mirada se endureció de inmediato.

_Ese niño... -murmuró con enojo, golpeando el botón de alerta en su oficina.- No murió... incluso después del ataque de Machamp... ¡Increíble! Pero no importa. ¡Asegúrese de que no entre!

-Taresu emergió del agua con la fuerza de un proyectil, impulsándose hacia la entrada de la cueva marina, pero fue interceptado rápidamente por dos Crobat y dos Sharpedo, que surcaron el aire y el agua con velocidad y ferocidad. Los guardias no iban a permitir que ese niño pasara tan fácilmente.

_¡Detente ahí mismo! -gritó uno de los guardias mientras sus Pokémon cargaban hacia Taresu.

-Sin embargo, Taresu no estaba dispuesto a perder tiempo. Sumergiéndose nuevamente en el agua, nadó a una profundidad que los Sharpedo no pudieron alcanzar, para luego salir disparado como un rayo verde. En el aire, formó una bala de energía aura en su mano, apuntando directamente a uno de los Crobat. La bala impactó de lleno en una de sus alas, destrozándola y haciendo que el Crobat cayera en picado hacia el agua.

Pokémon; espíritu del bosque verdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora