Capitulo 41: Lograr Un Mejor Control Pt. 3

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-La tarde avanzaba y Taresu, James y Masao se encontraban juntos en un campo amplio, donde intentaban hacer que sus Pokémon dominaran la técnica de Expansión Territorial. Los tres aspirantes observaban con concentración, animando a sus compañeros, pero los resultados no eran lo que esperaban. Aunque todos habían demostrado un crecimiento impresionante en sus habilidades, ninguno de los Pokémon parecía ser capaz de expandir su aura más allá de los 11 metros. Taresu suspiró, pasando la mano por su frente, un poco frustrado.

_Esto va a llevarnos días... -comentó el joven de sombrero de paja, con una sonrisa resignada. James, con los brazos cruzados, miró hacia el cielo. 

_Y yo pensé que habíamos hecho un gran avance -añadió, sin dejar de observar a su Feebas, que también intentaba, sin éxito, extender su aura.

_Es una técnica avanzada. No esperábamos dominarla tan rápido, pero al menos hemos empezado. Eso ya es algo. -Masao se limitó a asentir, su expresión siempre calmada pero reflexiva.

-Los tres intercambiaron miradas, sonriendo entre ellos con determinación, aunque sabían que el camino por delante no sería fácil.
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-En la base del Equipo Aqua, la atmósfera era mucho más tensa. Silvina, la comandante del equipo, caminaba con pasos rápidos y nerviosos al lado de Aquiles, el líder del equipo. Él se encontraba sentado en su silla de comandante, dándole la espalda, su silueta oscura proyectada por la tenue luz de las pantallas que rodeaban la sala. Cuando Silvina entró, Aquiles se giró lentamente en su silla, su mirada cargada de desprecio al fijarse en su subordinada.

_¿Perdiste? -preguntó Aquiles sin rodeos, su voz fría y severa al ver el estado de la comandante.

-Silvina, con nerviosismo, negó rápidamente con la cabeza mientras sacaba dos objetos de su busto. Uno de ellos era una Pokecap, que al presionarla, liberó una serie de archivos de clima y ensayos científicos. El otro era una Pokeball que liberó a un Castform. La pequeña criatura flotaba en el aire, adaptándose inmediatamente al clima de la sala, aunque su poder parecía mínimo.

_No perdí del todo, señor -respondió Silvina con voz temblorosa.- Con los datos que recolecté, y este Castform... aunque es débil, estoy segura de que podría ser útil para predecir los climas. Con estos datos, podríamos controlar el diluvio que Kyogre traerá...

-Antes de que pudiera terminar su frase, Aquiles se levantó de su silla de un salto, acercándose a ella con velocidad intimidante. Silvina apenas pudo reaccionar cuando Aquiles la agarró del cuello y la levantó del suelo sin esfuerzo alguno. El miedo brillaba en los ojos de Silvina mientras intentaba explicar, pero la ira de Aquiles no le daba tregua.

_¡Tres oportunidades te di! Te di un puesto de comandante, te di una misión para recuperar un meteorito, y te pedí información y mentes brillantes.-espetó Aquiles con una furia contenida.- Tres veces has fallado. No solo no trajiste lo que te pedí, información y valiosas mentes, sino que casi pierdes a dos de mis hombres. Y en lugar de luchar juntos, decidiste enfrentarte a esos mocosos en desventaja.

-Silvina trataba de balbucear, suplicando por una última oportunidad, pero Aquiles apretó más su agarre, y el mundo de Silvina se fue oscureciendo rápidamente. Finalmente, Aquiles apretó el cuello de Silvina con tanta fuerza que la cabeza de la comandante se desprendió de su cuello. Aquiles la soltó, dejándola caer al suelo como si no fuera más que un estorbo.

-Con una expresión de asco, Aquiles miró al Castform, que flotaba nervioso en la sala. Con un simple movimiento de dos dedos, lanzó una onda de kiai que hizo que el pequeño Pokémon estallara en mil pedazos. Sin inmutarse, Aquiles se giró y dejó la sala, sus pasos resonando con frustración.

-Caminó hacia una habitación especial, oscura y tranquila, iluminada solo por unas pocas velas que proyectaban sombras danzantes en las paredes. En el centro, estaba Matías, el joven comandante del equipo, meditando con el fin de fortalecer su Genki. Al sentir la presencia de Aquiles, Matías abrió los ojos y rápidamente se levantó, arrodillándose con respeto frente a su líder.

Pokémon; espíritu del bosque verdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora