-El sol apenas había alcanzado su cénit cuando Máximo, después de haber tenido un momento de debilidad emocional, decidió tomar un respiro para meditar. Sentado en una esquina del Centro Pokémon, con los ojos cerrados y las manos apoyadas en sus rodillas, buscaba centrarse, mientras Taressu, James y Masao desayunaban en una calma que contrastaba con el caos que había dejado la mañana. La pantalla de televisión todavía mostraba imágenes de las piedras roja y azul desaparecidas, pero el ambiente en la sala parecía más ligero por el momento.
-Entre bocados y sorbos de té, Máximo abrió los ojos lentamente y, con una voz serena, les preguntó a James y Masao:
_¿Ya han logrado evolucionar a sus Feebas? -pregunto el peli azul en un tono calmado.
-James y Masao intercambiaron miradas antes de responder. Ambos habían hablado de esto en varias ocasiones, pero hasta ahora no habían tenido la oportunidad.
_No, aún no lo hemos hecho -respondió Masao, mientras dejaba su taza sobre la mesa.- Pero ahora que estamos en el Centro Pokémon, podría ser una buena ocasión.
_¡Exacto! Hoy podría ser el día. -James asintió, sonriendo con entusiasmo.
-Taresu, quien los observaba mientras terminaba su desayuno, frunció el ceño al escuchar esa conversación.
_No me gusta mucho la idea de meter a nuestros Pokémon en una máquina -dijo con un puchero, mirándolos con cierta preocupación.- ¿Qué pasa si algo sale mal?
_No te preocupes, Taresu. Las máquinas solo cambiarán temporalmente el contenido de las PokeBalls. Nuestros Pokémon estarán bien. No hay ningún riesgo. -Masao se echó a reír, intentando calmar las inquietudes de su amigo.
-Taresu no parecía del todo convencido, pero dejó de protestar mientras seguía mirando con cierta desconfianza la tecnología del Centro Pokémon. Una vez terminado el desayuno, James y Masao, emocionados por la evolución que estaban a punto de presenciar, se acercaron a la máquina de intercambio. Ambos sacaron a sus Feebas de las Poké Balls y, antes de colocarlos en la máquina, los equiparon con las preciadas Escamas Bella, el ítem necesario para su evolución.
-La enfermera Joy, quien había estado observando desde la cocina, se acercó a ellos con una sonrisa amable.
_¿Listos para comenzar? -preguntó, colocando una mano sobre los controles de la máquina.
-James y Masao asintieron al unísono, sus miradas fijas en la pantalla de la máquina. Joy apretó el botón y el zumbido de la máquina llenó la habitación mientras el contenido de ambas pokeballs era intercambiado temporalmente.
-El silencio se apoderó del Centro Pokémon cuando Joy les entregó nuevamente las pokeballs a los jóvenes. Con manos temblorosas, James y Masao liberaron a sus Feebas, anticipando el momento crucial. En cuanto las pequeñas criaturas emergieron de las pokeballs, las escamas comenzaron a brillar y las auras de ambas se activaron de golpe.
-Ambas Feebas comenzaron a cambiar de forma casi de inmediato. Sus cuerpos brillaron con intensas auras vibrantes mientras crecían, expandiéndose en tamaño y adoptando una apariencia mucho más imponente y majestuosa. Al terminar la evolución, en el lugar donde antes estaban sus Feebas, ahora se alzaban dos imponentes Milotic. Una de ellas de colores tradicionales, su piel blanca y brillante con tonos azulados en su cola, y la otra era una versión de colores inusuales, su cuerpo resplandeciendo con ligeros destellos de color oro y plateado, como si un manto de estrellas la envolviera.
_¡Increíble...! -exclamó James, incapaz de apartar la vista de su Milotic shiny, cuyos ojos parecían brillar con una serenidad casi divina.
_Son hermosas... -murmuró Masao, sintiendo una profunda conexión con su Milotic. Aún no podía creer que aquel Pokémon, tan frágil y osada como Feebas, se hubiese transformado en una criatura de tal belleza y poder.
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Pokémon; espíritu del bosque verde
Fantasyuna historia basada en los juegos y manga de Pokémon estoy subiendo dibujos para dar imágenes de referencia en mi IG: strawbot_d_00 son dibujos simples hechos amano, por favor denles cariño Créditos y Atribuciones Este fanfic está inspirado en el un...