Capitulo 51: La Batalla Por El Destino De La Tierra. Pt2

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-El campo de batalla seguía envuelto en un caos implacable. Magno reía con desdén, su mirada feroz centrada en Kyogre debilitado. Con Groudon en su forma primigenia, el equilibrio se inclinaba a su favor, y la bestia terrestre lanzaba ataques con una fiereza inhumana, cada golpe sacudiendo el terreno, mientras Kyogre apenas lograba resistir.

-En medio de todo, Taresu permanecía inmóvil, su mente atrapada en una niebla de confusión y dolor. Sus ojos se abrieron de par en par, temblorosos, mientras buscaba con desesperación alguna señal, cualquier indicio de que su maestro seguía vivo. Giró su mirada hacia Baiore, quien, con un gesto solemne, asintió lentamente y se quitó el sombrero.

_Él... él hizo un pacto -dijo Baiore con una voz suave, aunque cargada de seriedad y respeto.- Liberó todo su poder en ese último ataque. Fue su máximo esfuerzo... a cambio de su vida.

-Taresu bajó la mirada, sus manos temblorosas mientras las observaba, como si la respuesta a toda esa desesperación pudiera hallarse en ellas. Una lágrima rodó por su mejilla, su voz apenas un susurro lleno de incredulidad y dolor.

_Entonces... ¿está... muerto? -preguntó, casi como un niño que no puede aceptar la realidad.

_Sí, Taresu... Él ya no está. -Baiore asintió mientras miraba con pesar al joven, sabiendo que podría ser un momento difícil para el.

El impacto de esas palabras golpeó a Taresu con la fuerza de un mazazo. Sus piernas flaquearon, y una ola de desesperanza lo inundó. 

_Nunca más... -pensaba el pequeño mientras miraba sus manos.-...nunca más volveré a verlo. -Un sollozo amargo se ahogó en su garganta mientras intentaba contener la tristeza que lo desbordaba.- ¿Cómo podría ser esto real? ¿Cómo podría alguien tan fuerte y sabio simplemente desaparecer?

_Aveces las personas somos muy frágiles, taresu, no importa que tan fuerte sea uno. -dijo baiore mientras se quitaba el sombrero.

-A lo lejos, Galano, quien luchaba incansablemente para mantener a salvo la ciudad, detuvo sus movimientos. La energía de su aura, que antes irradiaba con una intensidad poderosa, comenzó a menguar. El vacío que sentía era insoportable. Su maestro... ya no estaba. El golpe emocional lo dejó tambaleante, y solo un rápido movimiento de Plubio, quien lo embistió fuera del camino de un ataque de un Mega Camerupt, lo sacó del trance.

_¡No pierdas la compostura, Galano! -gritó Plubio, sujetándolo por los hombros con fuerza a su maestro.- ¡Lo sé, sé cómo te sientes! Pero aún debemos seguir luchando... ¡Aún no ha terminado!

-Galano asintió, secándose el rostro con un gesto rápido, y recuperó su postura. Encendió de nuevo su aura, que resplandeció con renovada convicción, mientras se lanzaba al combate, decidido a proteger la ciudad, aunque su corazón estuviera destrozado.

-Mientras tanto, Masao se arrodillaba en el suelo, con las manos en la cara, lágrimas cayendo en cascada. Los sollozos silenciosos sacudían su cuerpo, incapaz de aceptar que su maestro, su guía, ya no estaba. Erico, viéndolo en ese estado, se acercó con ternura, posando una mano reconfortante en su espalda, tratando de calmarlo.

_Lo siento... -murmuró Erico suavemente, sin encontrar palabras suficientes para consolar a su amigo. también sintiéndose mal por la perdida de su mejor amigo y rival del pasado.

-James, por otro lado, estaba consumido por la furia. Sus ojos ardían con una mezcla de rabia y lágrimas, mientras sentía la vibración de su aura dorada encenderse con una intensidad abrasadora. Pero su mente no estaba solo en la pérdida; aún podía sentir a Aquiles, aquel hombre que había llevado el caos a Hoenn.

-Taresu, mirando la escena a su alrededor, supo lo que debía hacer. Aún con lágrimas en los ojos, levantó la mirada hacia Gardevoir, su compañera, quien ya había recuperado fuerzas.

Pokémon; espíritu del bosque verdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora