Capitulo 33: Ultimo choque

1 1 0
                                    

_¡Este es el fin, Taresu! -gritó Carola mientras descendía hacia él como un meteoro, su puño brillando con un aura de luz focal, cargado con toda su furia.

-Taresu apenas tuvo tiempo de levantar los brazos antes de que el golpe de Carola lo impactara con una fuerza descomunal en el lado izquierdo de la cara, máximo no pudo llegar a tiempo. El impacto lo lanzó varios metros hacia atrás, golpeando el suelo con violencia. Sin embargo, antes de estrellarse de nuevo, su fiel Gardevoir, Urabe, apareció de la nada con un teletransporte, atrapando a su entrenador en el aire con sus delicadas pero fuertes manos.

_Gracias, Urabe... -murmuró Taresu con una sonrisa de gratitud, aunque la esquina de su boca estaba ensangrentada por el golpe recibido. Sin embargo, su tono cambió rápidamente a uno más serio.- Pero debes concentrarte en los Camerupts, no en mí. Si no los detenemos, ¡podrían destruir toda la isla!

-Urabe asintió solemnemente, sabiendo que su deber estaba con los Pokémon en el campo. La batalla había escalado a tal punto que cada segundo contaba. Taresu, con la herida en su frente ya regenerada, se levantó con un nuevo vigor. A su alrededor, su aura verde brillaba intensamente, creando a partir de esta en una manifestación tangible en la forma de un bastón rojo con puntas doradas. Con firmeza, volvió a lanzarse a la batalla completamente intacto ahora, dejando a Urabe en su combate propio.

-Carola, entretanto, seguía combatiendo ferozmente con Máximo Peñas, el campeón de Hoenn, que la presionaba con su aura dorada y su experiencia táctica. Los dos intercambiaban golpes rápidos y precisos, sus auras chisporroteando y vibrando en el aire como si la misma atmósfera se resistiera a contener tanta energía concentrada.

_¡Tienes que controlarte, Carola del equipo magma! -le gritó Máximo, esquivando por poco un golpe de luz focal de ella.- ¡Estás destruyendo a tus propios Pokémon al empujarlos tan lejos!

_No me importa. Haré lo que sea necesario para ganar -Carola respondió con una sonrisa sádica y un brillo maníaco en sus ojos, enviando otro puñetazo cubierto en aura hacia el campeón, quien apenas pudo bloquearlo con su propio Muro Energético.

-Mientras tanto, en el otro lado del campo de batalla, la situación con los Pokémon estaba alcanzando su punto máximo. Los Camerupts de Carola, imbuidos de un poder explosivo por los caramelos raros, lanzaban Erupciones con tal intensidad que el suelo temblaba con cada ataque. Mareux, estaba resistiendo con toda su fuerza, usando su aura para aumentar su defensa, pero incluso él estaba siendo empujado al límite.

-Urabe, se movía elegantemente entre los ataques, lanzando tipo hada precisos contra los Houndoom que intentaban acorralarla. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, las llamas negras de los Houndoom, aumentadas por el triple de poder gracias a los caramelos, comenzaban a quemar el campo de batalla y forzaban a Urabe a retroceder.

-Del lado de James, Blaziken y Masquerain luchaban ferozmente, pero el calor y la ferocidad de los Camerupts eran abrumadores. Blaziken, sincronizando su aura con la de James, se movía con una precisión impecable, saltando entre los ataques y devolviendo golpes certeros. James, que era más estratega que Masao, mantenía un ojo en cada detalle del campo de batalla, dando órdenes precisas y rápidas.

_¡Blaziken, usa Patada Ígnea en el flanco del Camerupt! ¡Masquerain, cúbrelo con Rayo burbuja! -ordenó James con claridad, sabiendo que debían trabajar en equipo para superar el inmenso poder de esos Pokémon dopados.

-A su lado, Masao luchaba junto a su Sceptile, quien también sincronizaba su aura con su entrenador. Masao, a diferencia de James, luchaba de una manera más instintiva, conectándose emocionalmente con Sceptile y usando su aura para moverse en sincronía con él. Sin embargo, Latios, el Pokémon legendario que lo acompañaba, estaba más enfocado en proteger que en atacar.

Pokémon; espíritu del bosque verdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora