Capítulo 2- El chico del templo.

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Tras la ceremonia del comienzo de las clases, el examen médico y de medir el peso y la altura, desgraciadamente empezó mi primer día en el segundo año de preparatoria, lo peor de todo es que Takeshi estaba en mi clase y se sentó al lado mío. Todo el mundo tenía sus miradas en mí, no solo por ser la nueva, sino porque al parecer el increíble y perfecto chico popular del instituto estaba sentado a mi derecha, como si a mí me hiciera feliz. Al sonar el timbre dos chicas visiblemente atractivas pero con demasiado maquillaje se acercaron a mí.

-Oye, nueva, te aviso que no te puedes fiar de este chico, le gusta todas y te romperá el corazón.-Me avisó delante de él.

-No me interesa.-Contesté mientras leía un libro.

-¿Perdón?-Preguntó la otra chica sin saber a lo que me refería.

-Él no me interesa, no me siento atraída y mucho menos me gusta, así que gracias por el aviso, pero no me interesa lo más mínimo estar con él.-Contesté sin importarme que lo escuchara, las chicas sonrieron por una parte aliviadas, y por otra mi valentía, aunque pienso que no creían lo que decía. Toda la clase me observaba al oír lo que dije, en ese instante los chicos se balancearon sobre el peli-castaño, algunos haciendo bromas y otros intentando consolarlo al pensar que había sido rechazado, aunque no se declaró.

-Tranquilos, que ella diga eso no quiere decir que no lucharé para gustarle.-Al escucharle me entró un enorme escalofrió, tal fue mi sorpresa que hizo que mis ojos apartaran la vista del libro ¿Pero qué le pasa a los chicos de este pueblo? ¿Están locos? Ahora lo único que notaba era miradas fulminantes de todas las chicas de la sala... gracias Takeshi, ahora estaré sola. Cerré el libro sin saber bien que hacer, así que saque otro libro de mi mochila y comencé a leer, la gente me miraba raro al ver que no realizaba ninguna acción.

Los días pasaban, mi hermano hacía amigos, en cambio yo solo recibía insultos de las chicas por las estúpidas palabras que pronunció aquel idiota. De verdad que anhelo la ciudad...

Tras unos largos meses en el cual realizamos una excursión para aprender de la naturaleza, en el autobús para volver a casa, una chica se sentó a mi lado.

-Tú eras Yumiko ¿verdad?-Preguntó seria.

-Si vienes a insultarme, lárgate, no me interesa tu comentario.-Le contesté indiferente, al escucharme se rió a carcajadas.

-Me llamo Hattori Karin. Tú eres la chica que le da calabazas al "Dios Takashi-sama", tengo que decirte que te has vuelto mi ídolo.-Confesó la chica del pelo negro azabache, de verdad que me había extrañado aquel comentario.-Siempre te he observado desde el asiento de atrás porque no sabía si realmente eras tú, así que hoy me he llenado de valentía para decirte que eres asombrosa, por fin alguien que hace sufrir a ese imbécil.-Dijo alegre, cuando me di cuenta de algunas miradas de odio en el autobús.

-Si sigues hablándome también te odiaran.-Dije señalando con la cabeza a las demás, ella se giró y enseñó la lengua.

-Que les den.-Dijo indiferente. Con esas tres palabras, dio inicio a una larga conversación en la cual prácticamente hablaba solo ella y realmente me divertía, hasta que pasamos por el templo, que como siempre me quedé mirando.-Ese es el templo más antiguo del pueblo.-Dijo interrumpiendo mis pensamientos.-La gente dice que allí habita un monstruo, algunos alumnos que han entrado para probar su valentía cuando salían estaban en estado de shock, pálidos y nunca querían hablar del tema, no se sabe lo que hay pero realmente asusta.-Me explicó con voz siniestra.

-Así que un monstruo.

-Uhh esa mirada me dice que quieres entrar.-Dijo riéndose, yo la mire sonriendo cuando se paró el autobús frente mi casa.

Wolf's soul Okami no tamashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora