Tras terminar la historia miré a Shizen sin mostrar ni horror ni decepción.
-Shizen ¿es cierto?-Pregunté con un nudo en la garganta.
-Sí...-Reconoció con las manos en la cabeza, como si quisiera escapar de allí.
-¿Puedo escuchar tu versión de la historia?-Pregunté dolorida.
-No podría narrarla de forma diferente, es tal y como ella lo ha explicado.-Respondió con la voz quebrada.
-Entiendo...-Murmuré mordiéndome el labio para contener los soñozos de tristeza.-Me voy a dar una vuelta, sola.-Remarqué la última palabra, sabiendo que Ryu me seguiría.
Cogí el primer tren a la ciudad más cercana... el silencio se apoderaba y la soledad aparecía con el engaño y la traición de la gente de mi alrededor. Necesito escuchar el ruido, los coches, necesito no sentirme sola, no quiero que ese monstruo me vuelva a rodear...
Tras media hora llegué a Tokio. Subí unas escaleras para estar en un puente en medio de la carretera. Cerré los ojos mientras escuchaba con una especial atención a los motores y al bullicio de la gente, sentí por unos segundos un poco de paz, pero se interrumpió cuando notaba como unas pequeñas gotas húmedas se derramaban por mis ojos... no quería llorar, ni siquiera noté cuando comencé a hacerlo... por eso me quede observando sorprendida las gotas que caían en mis manos.
-¿Por qué lloras?-Preguntó una aguda voz a mi espalda, haciéndome entrar en shock durante unos segundos... ¿dónde había escuchado antes aquel tono de voz? Me pregunté al mismo tiempo que me giraba viendo a una muchacha no mucho más mayor que yo, con el cabello largo y blanco. Llevaba un uniforme de marinera, incluido un característico gorro. Me observaba con sus grandes ojos azules y una sonrisa divertida.-¿Estás triste?-Me preguntó mientras se acercaba a mi.
-Si... quiero decir... no, solo es un pequeño problema, nada importante.-Contesté intentando hacer una leve sonrisa.
-Mientes, tu rostro te delata, ¿nunca te han dicho que eres demasiado expresiva?-Preguntó seria.
-En realidad no...-Contesté murmurando.
-¿Si estás tan triste, por qué no acabas con tu dolor?-Preguntó mientras se asomaba a la barandilla viendo como los coches pasabas debajo nuestra.
-¿Qué quieres decir?
-Acabar con tu dolor, piénsalo, mucha gente lo hace, para acabar con su dolor y sus problemas terminan con su vida, para descansar... este mundo puede ser muy cruel.-Contestó pensativa.
-¿Pretendes que me suicide?-Pregunté asustada.
-Uy... esa palabra no me gusta, suena muy dramática ¿no crees? Yo solo digo coger un atajo hacia el final del camino...
-Muriendo.-Le interrumpí.
-Todos morimos, cariño, ¿por qué no hacerlo antes de lo esperado?, quién sabe, a lo mejor mueres mañana, porque lo ha decidido el destino, ¿por qué no lo decides tú? ¿acaso no puedes ser dueña de tu propio futuro?-Preguntó con una gran sonrisa.
-Porque esta mal...
-Oghh, no hagas esto, no hagas aquello, ¿por qué decidir lo que quieres hacer está mal? Si alguien intenta morir y no lo consigue, lo llevan a un manicomio o a la cárcel. Déjalo, el decide lo que hacer, no tú.-Se quejó decepcionada.-¿Sabes? Yo también estoy cansada de este mundo hipócrita, si quieres, puedo coger el atajo contigo.-Me propuso extendiéndome la mano.-Se la dueña de tu destino conmigo.
Estiré el brazo para cogerle la mano y justo cuando la iba apartar, me la cogió, para más tarde lanzarme al vació.
No... eso no es ser dueña de mi destino... aunque ya es tarde, todo esta perdido... ¡espera! No todos me han traicionado... Hana, Arai y Cazador-kun...
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Wolf's soul Okami no tamashi
RomanceSiempre viví en la ciudad de Tokyo, nunca pensé en mudarme a las afueras, me gusta el ruido, los coches, el sonido de los anuncios y la gente hablando, me crié con ello y nunca experimente lo que sería vivir en tranquilidad en el bosque, en un puebl...