Wolf's soul Okami no tamashi

Capítulo 5-El diario de los descendientes, el plan de Yumiko

-No entiendo.-Dije pensativa.-¿Por qué proteger a unos seres que ha matado a personas?-Pregunté molesta.

-Porque Inoue buscaba el perdón, él también cometió crímenes, no era un monje muy santo que se diga, pero le perdonaron, y él quería darle una oportunidad unas almas maltratadas que se habían transformado en demonios por el dolor que habían recibido, se puso en la piel de cada uno de ellos y ahora tienen la posibilidad de cambiar. Pero bueno, también hay que tener en cuenta que era un borracho que no sabía lo que hacía.

-¿Por qué mamá nunca me contó sobre esto?

-Ella desde pequeña temía mucho a los youkais que vivían en el bosque, cuando tenía tu edad mejoró en su trabajo junto a tu padre que llevaba siendo cazador desde pequeño, pero un día decidió dejarlo, no quería seguir los pasos de sus antepasados, se casó con tu padre y huyeron para protegeros de esto. Recientemente descubrieron que si seguíais alejada de esto podríais correr grave peligro ya que los dioses se podrían enfadar por no cumplir la misión de Inoue.-Me explicó, aunque sabía que algo faltaba en esa historia, no quería preguntar al respecto.

-Mamá no quiere que yo me convierta en sacerdotisa ¿no?-Pregunté seria, mi abuelo asintió, un cosquilleo surcó mi espalda, por primera vez en mi vida estaba emocionada y entusiasmada, me sentía dentro de un manga, sentía poder y peligro, realmente me gustaba la idea.-¿Qué puedo hacer para convertirme en sacerdotisa?-Pregunté interesada.

-Debes encontrar la magia que tienes en tu interior, tienes que entrenar y volverte fuerte, una buena mentalidad reside en ti y eso te puede ayudar, pero tienes que mejorar.

-¿Cómo encontraré mi poder?

-Eso solo tú puedes descubrirlo, yo no te puedo ayudar, esto es parte de tu entrenamiento. Te dejaré sola, me voy preparar objetos sagrados que podrás necesitar en un futuro cercano...-Dijo levantándose.

-Espera abuelo, por casualidad ¿qué maldición tiene Shizen?-El hizo una leve sonrisa.

-Está conectado con el templo, si este es destruido, él muere, su maldición fue pensada para que él más fuerte cuidara de un lugar sagrado y aprendiera sobre las personas y creencias.-Me explicó brevemente haciéndome entender su obsesión de que nadie tocara aquel desgastado lugar. Esa noche me acosté tarde investigando sobre youkais y sacerdotisas, como el día siguiente no tenía clase, tenía que prepararme para poder aprender de aquel lugar.

-¡Me voy!-Grité a la mañana siguiente con una tostada en la boca.

-Pero si no has desayunado apenas.-Dijo mi madre extrañada.

-Si he desayunado.

-¿A dónde vas?-Preguntó mi padre.

-Con Karin.-Mentí, para cuando me iban a hacer la siguiente pregunta cerré corriendo la puerta, me fui a la caseta de carpintería que mi abuelo tenía y cogí toda la madera que cabía en la carretilla, me fui con prisas al templo entrando ignorando los ojos curiosos de algunos seres que se ocultaban tras los árboles, cuando escuche un gruñido.

-¿Qué haces aquí?-Preguntó una voz familiar.

-Te dije que a lo mejor volvía, y lo hice, ¿algo que objetar?-Pregunté vacilante mientras vaciaba la carretilla al lado del templo.

-Sí, ¿quién te ha dado permiso para venir?

-Yo misma, ¿alguna otra pregunta estúpida o me dejarás trabajar tranquila?-Pregunté indiferente.

-Deberías irte, los youkais se están poniendo nervioso por tu presencia.-Dijo de brazos cruzados.

-¿Se están o te estás poniendo nervioso? Vaya, chucho, no sabía que yo te produjera ese efecto ¿debería sentirme alagada?-Pregunté vacilante, él puso cara de odio y repugnancia, haciéndome saber que no le atraía lo más mínimo.