Capítulo 12-Un espíritu, el secreto Hikari, Shizen extraño.

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-Voy a colocar el talismán protector.-Informé mirando aún al suelo sonrojada.

-Si...-Murmuró, me dirigí al templo pasando por su derecha cuando me cogió del brazo, le miré confusa mientras él observaba el suelo con una mirada melancólica y triste que nunca había visto jamás.

-¿Shizen?-Pronuncié su nombre sin saber que pasaba.

-Nada... no es nada, ve a poner el talismán.-Yo asentí aún confusa poniendo el papel sobre la fría madera, cuando me percaté sobre la ausencia de dos personas.

-¿Dónde están Hana y Arai?-Pregunté extrañada  ya que en esos momentos seguramente estarían molestándonos. Shizen se puso realmente nervioso al escuchar la pregunta, así haciéndome una idea de qué pasaba.

-Pues... están... dando un paseo.-Contestó intentando sonar lo más convincente  posible, aunque en realidad Arai se encontraba encadenado con cadenas de acero metido en una jaula y Hana estaba rodeada de veneno para plantas.

-Entiendo...-Murmuré, dando inicio a nuestro recorrido hacia la parada de autobús.-Por cierto, chucho, hemos quedado en vernos con una amiga mía y Takeshi en el reloj, así que compórtate.

-Me parece bien, pero ignorando el comentario indirecto sobre que no me muestro educado delante de más gente, ¿eres consciente de que no me podrás llamar chucho delante de ellos?

-Es cierto... entonces... ¡niñato!-Dije buscando un insulto.

-¡No me robes los insultos, niñata sin personalidad!-Gritó molesto.

-¡Te llamaré como me de la gana, animal!

-Además de obligarme a venir porque no te puedes cuidarte tu sola, demuestra la poca inteligencia que tienes-Murmuró haciendo media sonrisa, yo me puse roja de la rabia, cuando llegó el autobús.

-¡Idiota!-Le grité enseñándole la lengua mientras subía al transporte. 

Cada uno nos colocamos lo más lejos posible, yo conseguí milagrosamente un asiento  cuando el autobús se detuvo en la siguiente parada una anciana se subió quedándose de pie, por lo que me levanté ofreciéndole mi asiento.

-Gracias, cariño.-Dijo haciéndome una cansada y dulce sonrisa, me quedé de pie ignorando la mirada de Shizen mientras la mujer no me quitaba el ojo de encima.-Que linda, me recuerdas a mi cuando tenía tu edad.-Dijo sonriendo, yo reí levemente sintiéndome alagada.

-Gracias.

-Oye, ese chico no te quita el ojo de encima.-Susurró señalando a Shizen.

-¿A sí?-pregunté con un ligero desgano, ella hizo una leve risa.

-¿Sabes que tengo un nieto de más o menos tu misma edad?-Preguntó.

-¿En serio? ¿Cómo se llama?

-Hikari, Arakawa Hikari.-Al escuchar el nombre se me formó un nudo en la garganta.-Es un chico que ha pasado por muchas dificultades a lo largo de su vida, su madre murió, su padre le abandonó, y sólo le quedo yo, no confía mucho en la gente y por eso hace creer a los demás que es un mal chico, pero tiene un gran corazón.-Dijo sonriendo, yo me quedé mirándola entristecida.-Oye, ¿le podrías dar esto si le ves? Es un desastre, se le cayó en una pelea y cree que lo ha perdido.-Dijo cabreada, yo reí cogiendo lo que parecía un medallón.-Es muy importante para él, por eso dile que tenga más cuidado y por favor, intenta que no se burlen mucho por su nombre, fui yo quien se lo puso porque era la luz de esperanza en nuestra familia, y cada vez que bromean de eso, se acuerda de mi porque yo también lo hago.-Dijo riendo.-Pero hazlo de vez en cuando, que se acuerde de donde viene.

Wolf's soul Okami no tamashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora