Podía ver sus grandes colmillos amenazantes se encontraban a pocos centímetros de mi rostro, sin duda alguna era agresivo.
-Vamos a ver...-Dije cabreada.- ¿Vas a quitarte de encima o tendré que seguir oliendo tu asqueroso aliento?-Pregunté quejándome, el cerró la boca sorprendido y se quedó mirándome. Vale, sí, era totalmente consciente de que mi vida en aquel momento no estaba en el estado más seguro, pero realmente me molestaba.
-No te asustas.-Murmuró sorprendido.
-No, así que quítate de encima.-Dije dándole un rodillazo en el estómago, librándome de él.
-Maldita ¿cómo te atreves?-Preguntó molesto por haberle hecho daño, lo que me enfadó una vez más.
-Mira, chico sin nombre, no me vengas con esas que antes me has amenazado con matarme y me has tirado al suelo, así que si te he dado un pequeño golpe no es para que te quejes.-Le regañé cabreada, viendo que me había hecho una pequeña herida en el brazo.
-Apestas a sangre.-Se quejó.
-Me pregunto de quién será la culpa.-Dije pensativa cogiendo un pañuelo de mi mochila y limpiándome la herida.
-Con ese olor solo atraerás a más youkais.-Me informó.
-Pues muy bien, dile a esos "monstruos" que se vayan a freír monos, yo me voy al templo.-Le informé comenzando a caminar, él puso mala cara y me siguió mientras me dirigía al lugar que tenía previsto.-¿Quieres dejar de seguirme?-Pregunté enfadada.
-No, tengo que asegurarme que no le harás nada al templo, chica rara.-Contestó con mala gana.
-Me llamo Yumiko, así que deja de llamarme chica rara, orejitas.-Dije perdiendo los nervios... en ese momento me tapé la boca, era la primera vez que le decía mi nombre a un chico que no conocía de nada, de verdad que me estaba estresando.
-¿Orejitas?-Preguntó cabreado.
-Sí, orejitas.-Asentí vacilante, él me gruñó cabreado.
-Niñata.
-Chucho.
-Engreída.
-Perro sarnoso.
-Niña pequeña.
-Peluchito.-Al escuchar aquel insulto realmente se cabreó gruñendo fuerte.
-¿Queréis dejar de insultaros?-Preguntó una voz ronca y femenina a nuestras espaldas haciendo que miráramos a donde provenía aquella voz.-Me entran nauseas con solo miraros.
-¿Qué quieres Hana?-Preguntó el chico con desagrado, me quedé boquiabierta al ver como las raíces y flores del suelo se unían lentamente formando una figura femenina realmente hermosa.
-Quiero a la humana, mis hijas me han hablado mucho de ella en su mes por aquí, me dijeron que era una chica de ciudad que nunca había vivido cerca de un bosque, se ha hospedado en la casa del viejo Kazuya, creen que son familiares pero no se asemejan en ningún aspecto.
-Eso ya lo sé.-Le interrumpió.-Pero no creo que Kazuya sea su familiar ya que él no permitiría que alguien con su sangre acabara como esta chica, además no se parecen ni en el comportamiento.
-Excepto la valentía.-Añadió la chica de flores.
-Ese Kazuya es mi abuelo.-Les interrumpí perdiendo la paciencia, ambos me miraron, el lobo tenía expresión de sorpresa y a la vez de desagrado mientras que la chica de las flores mostraba una expresión de victoria y orgullo.-No sé qué tenéis que ver con él, ni por qué os ha dado por acosarme, pero me largo al templo, así vuelvo rápido a casa.-Dije comenzando a andar.-Adiós Hana, adiós chucho estúpido.
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Wolf's soul Okami no tamashi
Storie d'amoreSiempre viví en la ciudad de Tokyo, nunca pensé en mudarme a las afueras, me gusta el ruido, los coches, el sonido de los anuncios y la gente hablando, me crié con ello y nunca experimente lo que sería vivir en tranquilidad en el bosque, en un puebl...