-Eres tan mona.-Gritaba mientras yo me ponía más nerviosa, ya que no sabía si era de ese tipo de chicas que actúan de forma positiva y alegre, y se dedica a asesinar a la gente con esa sonrisa psicópata, o es que no pretendía hacerme nada...
-Ryu-chan.-Murmuré, cuando apreció el pequeño dragón al instante gruñendo a Tomomi.
-Ohhh que pequeño y más tierno, te llamaré Jimmy.-Dijo cogiéndolo como si nada, tanto el dragón como yo nos quedamos congelados al ver la reacción de la chica, hasta que por fin Ryu respondió intentando liberarse.
-¿Jimmy?-Pregunté molesta.-No puedes ir por ahí poniéndole nombre a los youkais, además ya tiene nombre, es Ryu.-Dije cabreada mientras movía con brusquedad mi brazo sosteniendo un talismán, el cual se estiro como si fuera un látigo enrollándose en Asuka, tiré de ella hacía la ventana, golpeándose con el marco y quedándose con medio cuerpo fuera.-Vienes a atacarme a mi propia casa, ¿no crees que es estúpido?-Pregunté vacilante mientras ella se reía a carcajadas.
-¿Qué pasa aquí?-Preguntaron mis padres alarmados seguidos de mi abuelo, quienes escucharon todo el jaleo.
-Tenemos una cazadora en casa.-Contesté sin que la risa de la chica cesara.
-Oh, estupendo.-Contestó mi abuelo sentándose en la silla de mi escritorio.
-¿Quieres dejar de reírte?-Pregunté perdiendo la paciencia.
-Es que es muy divertido.-Contestó mientras cortaba el talismán con una pequeña daga, para más tarde saltar de la ventana, para que no se escapara salté tras ella escuchando el grito de mi madre.
-Mizu ransu.-Dije mientras salia una rígida lanza de agua del talismán, Tomomi sonrió al ver el arma sacando un par de sais (un arma típica japonesa similar a las dagas), nos pusimos una enfrente de la otra mientras ella mantenía su rostro alegre, yo la miraba seria, preparada para cualquier ataque. Ella intentó clavarme la sai, la cual esquivé con facilidad, así golpeándole el brazo, para más tarde darle en el estomago con la parte de la lanza que no cortaba, haciendo que retrocediera sin parar de reírse.
-Me encantas, en serio.-Dijo mientras bloqueaba mi ataque con la lanza cortándola con la sai, para más tarde intentar apuñalarme en la garganta, obligándome hacer un puente hacía atrás para más tarde darle una patada en el mentón y tirando una de esas armas cuando hacía la voltereta hacía atrás. Chasqueé los dedos haciendo una pared de fuego alrededor suya. Tomomi cambió su arma por una katana que tenía sujeta en la espalda y cerró los ojos apareciendo una gran cantidad de agua alrededor de ella sin llegar al fuego, toda aquella cantidad de agua se depositó en la katana que empuñaba Asuka, la cual movió ligeramente cortando la pared que se apagaba rápidamente al entrar en contacto con el arma. Al desaparecer aquella manta roja, pude ver la piel de Tomomi color azulado, las orejas puntiagudas, las manos que sostenían la katana tenían membranas y en su cuello, branquias. Me quedé mirándola asombrada y fascinada mientras ella me miraba con una ligera sonrisa.
-Hermoso...-Murmuré haciéndola reír.
-No eres la única con poderes.-Dijo vacilante, no tenía ni idea de que ser mitológico era, por un momento pensé que podría ser una sirena, pero esa posibilidad era nula.
-Eres un youkai...-Murmuré sorprendida.
-No exactamente.-Negó guiñándome el ojo.
-¿Tomomi?-Preguntó mi abuelo al verla, ella se giró guardando corriendo la katana para volver a la normalidad.-¿Qué haces en Japón?-Preguntó molesto.
-Me enteré de quien era la nueva sacerdotisa y no pude contenerme.-Contestó sonriente.
-Esta niña es tonta.-Se quejó el anciano mientras mis padres la miraban incrédulos.
-Tomomi, has crecido muchísimo y estas preciosa, pero ¿me puedes explicar que haces intentando matar a mi hija?-Preguntó mi madre, mientras yo los miraba a todos sin saber cómo procesar lo que estaba sucediendo, ¿todos la conocen menos yo? ¿y por qué mi madre sabe quien es ahora y no antes cuando le abrió la puerta? ¡¿Y por qué nadie se sorprende al ver esa transformación?!
-Ella me atacó primero.-Contestó señalándome.
-¿Eh?-Pregunté confundida.-Pero eres una cazadora y has intentado atacarme ¿no?
-Vaya, un malentendido.-Dijo pensativa.-Sí, soy una cazadora, pero soy de tu equipo.
-¿Desde cuando alguien del mismo equipo intenta clavar una daga en el cuello a su "compañero"?-Pregunté intentando ser paciente.
-No es una daga, es un Sui.
-Un sui, lo que sea.
-Creía que querías entrenar, solo te seguí el juego y así ver cómo luchas.-Contestó sin borrar la sonrisa de su cara.
-Cada vez son más raros...-Murmuré mientras miraba a otro lado.-¿Qué eres?
-Uy, eso es muy interesante, vamos a tu cuarto, tomamos un té o un zumo y dulces mientras te lo cuento, Yumiko-chan.-Dijo entusiasmada mientras me cogía de la muñeca arrastrándome al interior de mi propia casa mientras mi hermano nos miraba confundido.
Una vez nos encontrábamos en mi cuarto, me obligó a sentarme en mi cama mientras se ponía seria.
-Todo ocurrió en un día de tormenta, mi padre estaba en el sur del Océano Atlantico en un barco de cazadores, juntos a su tripulación buscaban y estudiaban la existencia de otros seres mitológicos distintos a la cultura japonesa, como las sirenas o el hipocampo, entonces algo chocó con el barco, y un grupo de figuras femeninas saltaron al barco mientras reían y molestaban a los cazadores, eran Ondinas, una especie de ninfas acuáticas sin alma, que jugaban con los marineros, seduciéndolos con su risa y algunos los ahogaban mientras se intentaban divertir, sin embargo, ellas no eran capaz de diferenciar el bien del mal, por lo que mi padre tuvo mucho cuidado a la hora del encuentro. Mientras algunos de sus compañeros acaban inconsciente o ahogados, él fue capaz de capturar a una de ellas encerrándola en una jaula, mientras las otras se iban ya aburridas. Cuando el cielo se despejó y todo volvió a la normalidad, los cazadores tenían planeado matar a la ondina capturada y diseccionarla, sin embargo, mi padre se enamoró de ella, aquel espíritu juguetón e inocente le había cautivado completamente. Semanas después de que llegarán a tierra descubrieron que estaba embarazada, nueve meses más tarde nací y mi madre recibió un alma, ya que cuando estos seres tienen un hijo medio humano, reciben un alma. Los cazadores, obviamente no se alegraron de saber lo que había hecho mi padre ni de mi existencia, así que hicieron todo lo posible para matarnos a mi madre y a mi, por lo que nos fuimos a América con ayuda de tu abuelo, quien nos protegía en todo momento ¡Y SU NIETA ES UNA MONADA!-Gritó cogiéndome de las mejillas.
-Ya se de quien has heredado esa personalidad... ¿y tus hermanos también son como tu?-Pregunté.
-No, antes mi padre tenía una mujer con quien tuvo unos mellizos, después ella murió, aún así nos hemos criado para estar muy unidos.-Explicó sonriente.
-¿Y tu primo lo sabe?-Pregunté haciendo que se pusiera ligeramente seria.
-Sí, y eso le ha traído muchos problemas. Los cazadores siempre le miran con desprecio y él se ha tenido que adaptar, sin embargo eso no borra el hecho de que seamos familia y nos tengamos que apoyar.
-Entiendo... ¿y por qué has vuelto de América?-Pregunté seria.
-Quiero vengarme de los cazadores, y la forma en la que lo haré será ayudándote y protegiéndote con mi vida, corre muchos rumores sobre ti y tus poderes, y yo seré la que esté en tu bando.
ESTÁS LEYENDO
Wolf's soul Okami no tamashi
RomanceSiempre viví en la ciudad de Tokyo, nunca pensé en mudarme a las afueras, me gusta el ruido, los coches, el sonido de los anuncios y la gente hablando, me crié con ello y nunca experimente lo que sería vivir en tranquilidad en el bosque, en un puebl...