El verano ha acabado, lo que quedaba de vacaciones las pase en el planeando mi propio asesinato. También me enteré de que Arai se había ido lo comprendía perfectamente, él no pertenecía al bosque, sin embargo, las esperanzas de que él volviera seguían presente, ya que él era capaz de hacernos reír cuando estábamos de mal humor o preocupados, ahora ese mapache se ha ido y quien se ha visto más afectada ha sido Hana, aunque lo negase, se la veía más triste y melancólica, y eso me hizo preguntarme sobre el pasado de Hana antes de estar en esta maldición.
-¿El pasado de Hana?-Me preguntó mi abuelo extrañado.
-Si.-Contesté mientras me tomaba mi desayuno.
-¿Por qué no miras entre los libros antiguos? Hay están todos los libros del pasado de todos los youkais del bosque.
-Hmmm interesante.-Dijo corriendo al desván donde guardaba todos los libros hasta encontrar el de Hana.-¡Me voy al instituto!-Grité mientras salía de casa cargando con el antiguo libro...
(...)
Algunos de los youkais tenemos un pasado donde eramos humanos, y yo era uno de ellos. Antes yo era una joven y hermosa chica de diecisiete años casada por conveniencia en un pequeño pueblo de Kyoto, pocos saben mi historia y desgraciadamente tendría que ser plasmada en un libro que atesoran los Inoue.
"¿Por qué una criatura tan hermosa se tuvo que volver tan malvada?" Me preguntó aquel monje, eran tan irónica la pregunta y sin embargo me afectó tanto que nunca olvidaré cada momento que me llevo a tal destino.
El día de mi boda fue muy común como todas las bodas, sin embargo, ninguno de los dos queríamos casarnos, él amaba a otra muchacha y yo quería ser libre, correr atravesando los campos de arroz y perderme en el bosque lleno de leyendas sobre monstruos. Quería tener aventuras, pero tenía que estar encerrada en aquella jaula llena de agujas que me pinchaban extrayéndome cada gota de felicidad.
No era una gran sorpresa que en el siglo donde vivía si el marido no le gustaba su mujer se deshiciera de ella, y aunque yo fuera una de las muchachas más hermosas de la aldea, él no me quería, pero tampoco era capaz de deshacerse de mi por su humilde corazón, y eso hizo que incondicionalmente le cogiera cariño, algo que no le hacía ninguna gracia a su amante y teniendo en cuenta lo loca que estaba, al ver que entre nosotros comenzaba a nacer una buena relación, donde nos conocíamos perfectamente el uno al otro y nuestras familias nos empujaban a tener un hijo, ella me mató brutalmente delante de él. No me sentí furiosa por haber sido asesinada por la amante de mi marido, sino triste por no haber vivido una vida en libertad.
Tras aquel escenario, él, lleno de dolor puso fin a su relación con su amante (a buenas horas...) y llevó mi cuerpo lleno de sangre a lo más profundo del bosque, porque él quería que yo pudiera al fin ser libre. Una vez que me enterró entre los árboles más hermosos que había encontrado, el bosque aceptó mi alma, formando un nuevo cuerpo solo para mi hecho a base de flores y raíces, mi alma había encontrado un lugar donde renacer, el lugar donde me convertí en youkai.
Si, fue hermoso y triste, no hay razones para que me convierta en un monstruo, era la protectora de los bosques, y también la protectora de aquel hombre que me había dado la libertad, pude observar su corta vida, donde había encontrado a otra chica a la que entregarle su corazón y tener una hermosa familia, sin embargo cada vez que intentaba acercarme a él y darle las gracias, me confundían con un monstruo maligno y toda la aldea me atacaba y me insultaba. Mi aspecto era feo, solo soy una silueta hecha de raíces, no se me podía considerar bella, pero antes de que él muriera por ser un anciano, se asomó la ventana mirando al bosque donde yo estaba observándole, me miró fijamente y me sonrió. Algo dentro de mi se estremeció, ya no volvería ver al humano que me dio alas y aquello me entristeció. Por favor, no lloréis, sí, es bello, pero tampoco me iba a afectar tanto la perdida de aquel ser humano, yo ahora era poderosa, y aunque fuera fea, yo podía hacer casi cualquier cosa. Viajé por todo Japón siendo a veces atacada por aldeas obligándome a destruirlas, pero nunca quise matar ningún ser humano, y nunca ataqué a ningún niño, no es mi estilo. Solo me dedicaba a herir a los hombres con armas e irme por mi camino.
-Oe oe, que hace una hermosura como tú en un lugar como este.-Me dijo un tanuki mientras bebía sake. Ese mapache solo hablaba con otros youkais para hacerles bromas, robarles o pedirles sake, por lo que seguí mi camino.-Oye, chica flores, no me ignores.-Dijo intentando correr con sus pequeñas patas de mapache.
-¿Qué quieres?-Pregunte cruzada de brazos.-No tengo sake, ni dinero, ni tengo ganas de bromas, así que se breve.
-Woow, relájate hermosa, solo quería conversar.-Dijo mientras cambiaba de apariencia a una humana. No pude evitar quedarme impactada al verle, su apariencia era similar a la de mi antiguo marido, no eran exactamente iguales, pero esa mirada... eran tan parecidas que algo dentro de mi se removió, sentí, miedo.-¿Qué pasa? ¿te has quedado impactada por mi belleza?-Preguntó vacilante haciéndome enfadar.
-¿Belleza? ¿dónde? Puede que sea un youkai pero aún tengo suficiente gusto.-Le contesté molesta.
-Vaya, acabo de descubrir que los youkais tenemos mal gusto, bueno, supongo que yo seré una excepción, porque yo sí que me he fijado en una belleza.-Esbozó una sonrisa mientras se apoyaba en un árbol. Ya perdiendo los nervios, moví ligeramente mi dedo indice haciendo que la rama de ese mis árbol, le golpeara estampándolo en otro tronco.-Vaya... una mujer con carácter, como me gustan a mi.
-Si vas a burlarte de mi te pediría que me dejases no estoy de humor.-Dije cansada de que la gente me despreciara de todas las formas posibles y me agotaba de tal forma que pedía a los cielos que parara todo este sufrimiento, ya que no se le podía llamar libertad, las palabras y las acciones de la sociedad se convertía en una nueva jaula que no me dejaba respirar.
-¿Burlarme? Nunca me burlaría de una dama y menos de una tan fantástica como tu.-Negó serio haciendo que le mirara incrédula.
-Si, vale...-Contesté sin creerle y continuando mi camino.
-No eres consciente de lo bella que eres ¿verdad?-Preguntó interponiéndose en mi camino.
-No hay que ser consciente de nada, porque no hay belleza en mi, y ahora si me disculpas...
-Vaya, si eres tonta y todo, te consideraba mucho más inteligente ¿Puedo preguntar hacía dónde te diriges?-Preguntó cruzado de brazos. Me quedé unos segundos pensando sin saber qué contestar.
-No lo se.-Contesté al fin. El suspiró mirando al suelo, para más tarde sonreírme de forma cálida.
-¿Cuánto tiempo llevas andando sin rumbo recibiendo insultos y ataques de los humanos?
-No lo se.-Volví a contestar con la voz temblorosa.
-¿Quieres sake?-Preguntó sentándose llenando su vaso de alcohol.
-Sí.-Accedí sentándome enfrente suya. Después de estar unos minutos bebiendo en silencio, él lanzó sake al aire, que se quedó suspendido como si no hubiera gravedad.
-Quieres ser libre ¿verdad?-Preguntó mientras movía con la mano las gotas del liquido.
-Sí.
-Pues vente conmigo, conocerás un mundo donde tu serás de los seres más hermosos.-Me quedé mirando su mano extendida esperando a que la cogiera.
(...)
Era la hora del almuerzo y evidentemente estaba sola, ya que Karin se iba con Takeshi a otro lado mientras yo me quedaba en la azotea leyendo.
-Vaya...-Murmuré poniendo un marca páginas en el libro y miraba el cielo.-Libertad ¿no?
-Oye, niña fea ¿qué haces aquí sola?-Preguntó Hikari, haciéndome cerrar el libro con brusquedad.
-Nada, ¿y tú?-Pregunté.
-Solo venía a tomar el aire y por mi mala suerte, resulta que estás aquí.-Y resultaba que me tenía que creer eso viniendo de un cazador... Pensé, sin embargo, al acordarme de su abuela no podía sentirme en peligro.
-Si que tienes mala suerte...-Murmuré.
-¿Qué ha pasado entre Karin y tu?
-Supongo que ya no somos amigas.
-Pues o lo arreglas con ella o te buscas nuevos amigos o vendré a fastidiarte. Puede que me caigas mal pero no te deseo ningún mal.-Reconoció mientras me robaba un rollito de tortilla de mi bento.
-¿Quién te dio permiso de quitarme comida?-Pregunté molesta.
-Yo mismo, ¿algún problema?-Suspiré mirando a mi comida pensativa mientras él me miraba de reojo.
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Wolf's soul Okami no tamashi
RomanceSiempre viví en la ciudad de Tokyo, nunca pensé en mudarme a las afueras, me gusta el ruido, los coches, el sonido de los anuncios y la gente hablando, me crié con ello y nunca experimente lo que sería vivir en tranquilidad en el bosque, en un puebl...